2009/03/02

El bono del Tesoro sigue siendo el rey

Por Jon Hilsenrath

A algunos inversionistas les preocupa que el apetito mundial por los bonos del Tesoro de Estados Unidos pueda disminuir a medida que se dispara el déficit fiscal del país. Pero luego de que el presidente Barack Obama presentara un gigantesco presupuesto el jueves, el sistema financiero mundial enfrenta el problema opuesto: hay un exceso de demanda por los valores del Tesoro.

Cinco meses después del colapso de Lehman Brothers Holdings, los inversionistas siguen acudiendo en masa a los instrumentos más seguros y, en el proceso, dejan de lado la deuda más riesgosa, una señal de los persistentes males que siguen aquejando a la economía mundial y los mercados financieros.

Una serie de subastas de bonos del gobierno estadounidense realizada esta semana, cuyo monto ascendió a los US$94.000 millones, dejó en evidencia la situación. Durante una subasta de títulos a dos años el martes, por ejemplo, la demanda por los valores superó la oferta por una relación de más de 2,5 a 1, a pesar de que los bonos ofrecían un rendimiento de apenas 0,96%. También hubo una alta demanda en las subastas de papeles a cinco y siete años.

[Fuerte demanda]

La pérdida del apetito por la deuda de mayor riesgo constituye otro obstáculo que deben superar las empresas y las personas que intentan acceder al crédito porque se traduce en un alza de las tasas de interés para otro tipo de deuda que no sean bonos del Tesoro.

Para financiar el déficit y paquetes de rescate, es probable que Estados Unidos emita hasta US$2 billones (millones de millones) de deuda en el actual año fiscal, que termina el 30 de septiembre, según analistas de J.P. Morgan. La gigantesca emisión de deuda se produce en momentos en que otros países también están acudiendo a los mercados. Europa y Japón, por ejemplo, agregarán más de US$750.000 millones en nuevas emisiones este año, según J.P. Morgan.

En algún momento, los inversionistas podrían rechazar este flujo abrumador de bonos, causando un descenso en los precios y un alza en los rendimientos. Por ahora, sin embargo, la aversión al riesgo sigue vigente.

Aunque el rendimiento sobre los bonos del Tesoro a 10 años ha subido de 2,08% a mediados de diciembre a casi 3% el jueves, sigue estando casi tres puntos porcentuales por debajo del nivel de 2000, cuando Estados Unidos tenía un superávit fiscal y estaba retirando deuda del gobierno. Los inversionistas se han mostrado tan reacios a poseer otros instrumentos que han estado dispuestos a tener bonos del Tesoro a pesar de sus bajos retornos. Entre esos inversionistas figuran los chinos, quienes aumentaron sus tenencias de bonos del Tesoro de EE.UU. en US$192.000 millones entre julio y diciembre a US$696.000 millones, según los cálculos de Win Thin, analista de Brown Brothers Harriman. "Necesitamos que los extranjeros continúen comprando bonos del Tesoro y creo que lo harán", afirmó. Sin embargo, aunque los inversionistas chinos compraban deuda del Tesoro de EE.UU., reducían sus posiciones en la deuda ligada a las firmas hipotecarias estadounidenses Fannie Mae y Freddie Mac, señaló Thin, lo cual indirectamente presiona al alza las tasas hipotecarias en EE.UU.

Los mercados monetarios se están comportando de la misma forma. El dinero que ha entrado a los fondos de inversión especializados en valores del Tesoro ha crecido en más de US$121.000 millones desde septiembre, mientras que los fondos que invierten en deuda corporativa han visto una salida de capital de casi US$200.000 millones, según iMoneyNet, una publicación que rastrea los flujos de fondos en los mercados monetarios.

Pavan Wadhwa, un estratega de tasas de interés de J.P. Morgan, cree que los bancos de Estados Unidos serán los próximos. Desde 2001, señala, los bancos japoneses han aumentado su inversión en bonos del gobierno japonés y la deuda estatal japonesa de un 5% de activos totales a alrededor de un 15%, en un intento por apuntalar sus balances. El analista considera que los bancos estadounidenses seguirán el mismo camino. "Los bancos invertirán una cantidad mayor de sus activos en bonos del Tesoro en lugar de activos más riesgosos", afirma Wadhwa.

De modo que lo que simplifica la situación para Obama en los momentos en que intenta administrar un gigantesco déficit fiscal también podría ser una señal de que la alicaída economía y el sistema financiero estadounidense no muestran signos de una mejoría.

Fuente: WSJ