2011/12/23

Sin fronteras: en medio de temores, el capital huye de la zona euro

Por Deborah Ball, Stelios Bouras y Sabrina Cohen

Inversionistas del sur de Europa, temerosos sobre la salud de sus bancos y el futuro del euro, cada vez más están volcando su riqueza a monedas, bienes raíces y productos de inversión fuera de la zona euro, dicen banqueros y funcionarios.

En una señal preocupante para los bancos europeos, inversionistas de Grecia, Portugal e Italia están recurriendo a banqueros y abogados para preguntarles cómo proteger su dinero en caso de la quiebra de los bancos de la zona euro o la desaparición del propio euro. Algunos están convirtiendo depósitos a monedas como el franco suizo. Otros están comprando bienes raíces fuera de la unión monetaria, en lugares como Londres, o estableciendo fondos fiduciarios para conservar su riqueza en jurisdicciones tan remotas como Singapur o las Bahamas, aseguran banqueros y abogados.

En tanto los líderes europeos habían confiado en que el acuerdo del 9 de diciembre sobre un pacto fiscal de la zona euro más firme calmaría este nerviosismo, las tensiones siguen altas. Como resultado, es probable que las salidas masivas de capital continúen e incluso podrían intensificarse, sugieren los expertos. "Clientes como los empresarios y profesionales ven un riesgo en el sistema bancario italiano", dice Andrea Cingoli, presidente ejecutivo de Banca Esperia, un banco italiano. "Como consecuencia, están buscando opciones en el extranjero".

Con excepción de Grecia, las cantidades son aún relativamente pequeñas, pero el riesgo de un éxodo mayor sigue siendo alto.

"¿Veremos salidas significativas de dinero de estos países? Aún no", presagia Marcello Zanardo, analista de Sanford Bernstein, en Londres. "Pero la línea es muy delgada y el ambiente está tenso".

En Italia, la marcada escalada de la ansiedad sobre los problemas fiscales del país y el nerviosismo por la crisis de liquidez que enfrentan los bancos italianos han empujado a los inversionistas a Suiza, cuyo franco se ha disparado este año conforme los inversionistas buscan un refugio de la crisis de la zona euro. Como respuesta, banqueros de Tesino, una región ítaloparlante de Suiza, dan cuenta de un ingreso pequeño pero constante de dinero italiano en el último mes.

"Hemos visto un aumento constante en el flujo de dinero aquí de italianos que buscan un entorno político y financiero estable como Suiza, donde los bancos se están alejando del viejo modelo de secretismo bancario", dice Christian De Prati, ex presidente ejecutivo de Merrill Suiza.

Los banqueros dicen que los italianos están convirtiendo sus euros a francos suizos y depositándolos en Suiza para mayor seguridad. La disponibilidad de cajas de seguridad de los bancos está virtualmente agotada. Otros están comprando oro. En los últimos seis meses, se han disparado las ventas de lingotes de oro de Pro Aurum, minorista del metal precioso en Tesino.

En Grecia, la fuga de capitales se ha intensificado. Desde el inicio de su crisis de deuda soberana a fines de 2009, los griegos han retirado de sus bancos más de 60.000 millones de euros en efectivo, cerca de un cuarto de los depósitos totales. Entre septiembre y comienzos de noviembre, esas salidas sumaron casi 14.000 millones de euros. Según el Banco de Grecia, alrededor de un quinto de los depósitos retirados en los primeros nueve meses de este año fueron al exterior.

Las propiedades en Londres también atraen a inversionistas espantados de la zona euro. Las ventas de la firma inmobiliaria Knight Frank en el centro de Londres a compradores griegos se han triplicado en el último año, según Liam Bailey, jefe de investigación residencial de la empresa. Las compras por parte de españoles se han duplicado.

Los bancos —temerosos de una fuga de depósitos— buscan otras maneras de satisfacer a sus clientes. En Portugal, bancos entre los que se cuentan las sucursales locales de Deutsche Bank, ofrecen a los clientes fondos de renta variable en Luxemburgo o depósito a plazo en monedas como el franco suizo, el dólar o el yen.

Fuente: WSJ

2011/12/22

Las lecciones de hace 10 años de Argentina para la zona euro

Por Michael Casey

NUEVA YORK (Dow Jones)—Hace 10 años, Fernando de la Rúa renunciaba como presidente de Argentina después de tomar un helicóptero para evitar una multitud que se agolpaba frente a las puertas de la Casa Rosada.

Los líderes de la zona euro deberían reflexionar sobre esas imágenes similares a la toma de la Bastilla.

A diferencia de lo que les sucedió a los argentinos en diciembre de 2001, quienes debieron ver pasar tres presidentes más en las siguientes dos semanas, es poco probable que las fiestas de fin de año de los europeos se vean interrumpidas por una total agitación social. Pero la dinámica de la economía que llevó a la ignominiosa partida de De la Rúa es muy similar a la europea. Si la zona euro no resuelve las tensiones creadas por los incompatibles marcos monetarios y fiscales, los 17 países miembros podrían sufrir el mismo tipo de ruptura.

En diciembre de 2001, el sistema político argentino alcanzó un punto de quiebre. Era incapaz de soportar el inmenso costo social de los recortes requeridos para cubrir sus deudas y sostener la paridad del peso argentino con el dólar.

La decisión de recortar las pensiones en 13% había demostrado ser políticamente imposible, lo que llevó a los inversionistas locales y extranjeros a sospechar que la paridad no duraría. Ejerciendo su derecho constitucional, comenzaron a demandar dólares por pesos y a enviarlos hacia cuentas bancarias en Estados Unidos. Para frenar esta creciente y destructiva fuga de dinero, el ministro de Economía, Domingo Cavallo, pergeñó una solución draconiana: congeló las cuentas bancarias.

La medida desesperada de Cavallo provocó un brote de furia descontrolada en todos los sectores de la sociedad argentina, lo que inexorablemente llevó al colapso del gobierno, seguido por la mayor cesación de pagos de deuda soberana de la historia, y una devaluación de 75% en la moneda. Hacia finales de 2002, millones de argentinos estaban efectivamente en bancarrota, un cuarto de la fuerza laboral estaba desempleada y sus ingresos per capita se habían derrumbado en términos de dólares hasta el nivel de los de Guatemala.

¿Podría ocurrir algo similar en Europa? ¿Podría la austeridad fiscal demostrar ser demasiado difícil de implementar de manera que los ahorristas griegos, italianos o españoles pierdan la fe en el compromiso de sus países con el euro y busquen refugio en los bancos alemanes? Sí, es posible.

Argentina no era miembro de una unión monetaria como la zona euro, pero su régimen de convertibilidad de una década era lo más parecido a ello. El precio que pagó por la estabilidad del tipo de cambio fue poner la política monetaria por encima de la soberanía. En efecto, las tasas de interés de Argentina estaban determinadas por la Reserva Federal y por lo tanto por las condiciones de la economía, mucho mayor, de Estados Unidos, de manera muy similar a las economías periféricas de Europa, que están a merced de las políticas del Banco Central Europeo, calibradas con las dos grandes economías centrales: Francia y Alemania.

Como experimentó la periferia de la zona euro en los primeros años del euro, el "fuerte (régimen) monetario" de Argentina inicialmente alentó un auge del crédito luego de ser adoptado en 1991. Por una década, los argentinos acumularon bienes materiales que los hicieron la envidia de América Latina.

Pero para 1999, dos años después de la crisis financiera de Asia —cuyo eco vimos en la crisis mundial de 2008-2009— Argentina se vio atascada con un tipo de cambio excesivamente fuerte que no podía competir con las devaluadas monedas de sus pares de los mercados emergentes, especialmente el real de Brasil. Simplemente no podía vender suficientes productos para generar las divisas extranjeras necesarias para pagar su inmensa deuda. He allí la ruptura.

El hecho de que Argentina eventualmente volvió a ponerse de pie y ha disfrutado de un fuerte crecimiento por ocho años consecutivos inevitablemente alentará a aquellos que piden cesaciones de pagos de la deuda en Europa y una división del euro. Pero gran parte de la recuperación de Argentina fue alentada por un aumento sin precedentes en la demanda china de soya y otros cultivos argentinos, sin mencionar que estuvo sujeta a estadísticas extremadamente dudosas de parte del gobierno. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha dejado a su país dependiente de una agricultura de monocultivo y amenazado por una creciente inflación.

Argentina no es un lugar estable. Los líderes de la zona euro tienen todos los incentivos para evitar repetir el escape en helicóptero que protagonizó De la Rúa.

2011/12/20

El BCE quiere evitar una recesión ofreciendo liquidez, dice Draghi

Por Margit Feher

FRÁNCFORT (EFE Dow Jones)--La existencia del euro es "irreversible" y la especulación sobre su rompimiento es "morbosa", dijo el lunes el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, quien desestimó así la interpretación del diario Financial Times de una entrevista concedida al periódico, en la que el funcionario había advertido ó sobre un rompimiento de la eurozona.

"Ellos hicieron el titular", dijo Draghi en Bruselas durante su primera comparecencia ante la Comisión Económica y de Asuntos Monetarios del Parlamento Europeo desde que asumió las presidencia del BCE el 1 de noviembre.

"No tengo ninguna duda de la solidez del euro, de su permanencia e irreversibilidad. La moneda única es irreversible", señaló. Draghi agregó que un rompimiento del euro tendría costos extraordinarios.

El BCE acoge las últimas decisiones de los jefes de Estado y gobiernos de la Unión Europea de reglas fiscales sólidas y transparentes, ya que el "nuevo pacto fiscal es una señal esencial, que muestra una trayectoria clara para la futura evolución del área del euro", señaló Draghi.

El BCE inició el 8 de diciembre "importantes" medidas para ofrecer liquidez a los bancos para evitar una recesión, ya que su mandato no le deja comprar bonos estatales para financiar a los gobiernos, dijo Draghi el lunes.

El BCE busca evitar la posibilidad de una ralentización económica o incluso de una recesión el año próximo ofreciendo liquidez ilimitada a los bancos de la eurozona, que se enfrentarán a una crisis crediticia.

"Debemos garantizar, cueste lo que cueste, que no tendremos una recesión proveniente de la presión en la financiación", dijo Draghi.

Los bancos además se enfrentan a una escasez de capital porque "la situación ha cambiado profundamente", advirtió. Ante las presiones de capital, los bancos deben reducir los préstamos y esa sería la peor alternativa, dijo Draghi.

Los bancos experimentarán un período muy difícil de limitaciones en la financiación en el primer trimestre y probablemente a lo largo de 2012 y el BCE "quiere evitar una mayor ralentización del crecimiento económico y una posible recesión", dijo Draghi.

El BCE está intentando "hacer lo mejor que puede" para evitar que se produzca una crisis crediticia por la falta de financiación que sufren los bancos de la eurozona, agregó Draghi.

Evitar una crisis de liquidez es aún más importante desde que los temores de liquidez pueden fácilmente convertirse en temores de solvencia, dijo Draghi.

Cada vez son más las peticiones de que el BCE actúe como prestamista de último recurso para los estados de la eurozona afectados por la crisis.

El BCE debe impulsar la estabilidad financiera del BCE sin debilitar su credibilidad, dijo Draghi para explicar la decisión del BCE de reanudar la compra de bonos estatales a gran escala. El mandato el BCE está mucho más restringido a la estabilidad de los precios que el de la Reserva Federal, dijo Draghi.

El BCE ha estado comprando bonos estatales en el mercado secundario pero esas compras, que ni son eternas ni infinitas, son una de las herramientas más poderosas, reiteró Draghi. Cuando el BCE considera que su política monetaria se ha paralizado, tiene que reanudar y llevar a cabo compras de bonos, dijo Draghi.

La política monetaria del BCE es expansiva y las medidas de liquidez, que también incluyen ampliar el colateral que acepta la entidad a cambio de sus préstamos ilimitados a los bancos, buscan apoyar la economía real; el crecimiento económico y la creación de empleo, dijo Draghi.

"Debemos actuar dentro de los límites del tratado", indicó Draghi, destacando que el BCE debe proteger su propio balance.

El precio de los bonos estatales refleja las condiciones de estrés pero a la vez sirve como señal para que los gobiernos actúen, agregó Draghi.

2011/12/19

La telaraña que envuelve a los bancos europeos

Por David Enrich y Laura Stevens

Decenas de bancos de Europa han vendido grandes cantidades de seguros a otros bancos e inversionistas como protección contra los riesgos de impago de países en problemas, en lo que constituye el ejemplo más reciente de los enormes enredos financieros entre los bancos y gobiernos del continente.

Los últimos datos divulgados por los reguladores bancarios europeos la semana pasada sugieren que los riesgos de que los bancos sufran pérdidas vinculadas a sus carteras de bonos soberanos europeos podrían ser mayores y más extendidos de lo que se creía.

Los bancos europeos han vendido pólizas de seguros por un valor de 178.000 millones de euros (US$328.000 millones), en la forma de derivados financieros conocidos seguros contra cesaciones de pago, sobre bonos emitidos por los gobiernos de Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y España. Si esos países caen en impago, como temen algunos inversionistas, los bancos podrían tener desembolsar grandes sumas a los titulares de estos seguros.

Los bancos se han cubierto al menos parcialmente de tales pérdidas potenciales comprando grandes cantidades —unos 169.000 millones de euros— de seguros contra cesaciones de pagos vinculados a los mismos bonos, aparentemente en gran medida de otros bancos europeos, según datos de la Autoridad Bancaria Europea (ABE).

Las revelaciones subrayan otra capa de riesgo entrelazada en el sistema bancario europeo. Por lo pronto, los temores de inversionistas acerca de cientos de miles de millones de euros de bonos gubernamentales potencialmente riesgosos en poder de bancos europeos han socavado la confianza en el sector, dificultando que muchos bancos financien sus operaciones.

Un interrogante clave para calibrar los riesgos que afronta cada banco en particular es de quién compró la protección. Los datos de la ABE no dan una respuesta. Algunos bancos grandes, como Deutsche Bank AG y Barclays PLC, dicen que sólo compran seguros de bancos que no están expuestos al riesgo de los países contra los cuales buscan protección.

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Algunos analistas e inversionistas dicen que habían asumido que los seguros contra cesaciones de pago, conocidos como CDS (por sus siglas en inglés), eran principalmente vendidos por enormes bancos de inversión globales del Reino Unido, Francia y Alemania y Estados Unidos. Pero las nuevas cifras de la ABE indican que un amplio espectro de entidades europeas grandes y pequeñas —al menos 38— han vendido instrumentos que protegen contra pérdidas potenciales de bonos gubernamentales griegos, irlandeses, italianos, portugueses y españoles.

"Hay una trama compleja", reconoce Mike Harrison, analista de Barclays Capital en Londres. "Está más disperso de lo que habíamos adelantado".

De la protección total que los bancos europeos han emitido sobre bonos gubernamentales de los cinco países con mayores problemas de Europa, casi un tercio se originó en bancos alemanes.

Deutsche Bank fue responsable de la mayor parte de ello, principalmente debido a sus extensos negocios de banca corporativa y de inversión. Al 30 de septiembre, el banco con sede en Fráncfort había vendido 37.400 millones de euros de dicha protección y comprado 34.500 millones de euros.

Ejecutivos de Deutsche Bank aseguran que sus posiciones están bien cubiertas y que compran protección de CDS solamente de instituciones de fuera del país en el que el banco está tratando de comprar protección. En otras palabras, Deutsche Bank no compra CDS italianos de un banco italiano.

Los diferentes grupos de bancos en el mercado de CDS soberanos significa que los riesgos se pueden propagar con mucha mayor rapidez por el sistema financiero. También es más difícil predecir cómo las pérdidas se distribuirían entre bancos y países, dicen los analistas.

Los bancos y algunos analistas argumentan que la actual exposición del sector es mucho menor a los 178.000 millones de euros en CDS que han vendido, porque los bancos han comprado 169.000 millones de euros en protección similar de otras fuentes, lo cual puede compensar la exposición.

Muchas de las compras y ventas de CDS de Deutsche Bank, por ejemplo, son con los mismos homólogos, con los cuales el banco alemán tiene acuerdos de compensación de pagos.

Fuente: WSJ