2010/06/10

El Banco Mundial calcula cómo sería la crisis si se da una cesación de pagos en Europa

Por Ian Talley

WASHINGTON (Dow Jones)—El Banco Mundial dijo el miércoles que el crecimiento económico global podría enfrentar otro estancamiento serio si la deuda soberana de cualquiera de los países europeos en problemas sufre una cesación de pagos no gestionada o si se acelera la crisis de confianza de los mercados.

El banco dijo en su pronóstico económico más reciente que la economía global está mostrando señales de una recuperación estable y que las turbulencias europeas hasta el momento se han logrado contener.

Sin embargo, aunque el banco pronostica que producto interno bruto global crezca entre 2,9% y 3,3% entre 2010 y 2011, esas cifras podrían verse afectadas si el comercio y el crédito se marchitan si los problemas europeos se salen de control.

En EE.UU. y Japón, dos de los principales motores de la economía global, la recuperación económica impulsada por los estímulos ahora es motivada por una expansión más orgánica, alimentada por la inversión y la demanda de los consumidores. Eso indica una recuperación autosuficiente y reduce el riesgo de una recaída. Europa es otro asunto. El crecimiento del año pasado está siendo socavado por las ansiedades de deuda, por lo que ahora el Banco Mundial pronostica un crecimiento más débil.

Funcionarios del banco dijeron que el riesgo de que se desate una crisis de deuda es bajo, la situación en Europa es manejable y las medidas tomadas hasta el momento son suficientes para que se mantenga bajo control.

Pero si el mercado forzara un incremento en la aversión al riesgo de 100 puntos base en los rendimientos de los bonos y los problemas de deuda se convirtieran en una crisis real en las principales economías de Europa, el crecimiento mundial se reduciría a 0,7% en 2011. La mayor parte de ese tenue crecimiento sería impulsado por países en desarrollo como China, mientras que los países con altos ingresos probablemente experimentarían una contracción de -0,6%.

Esta simulación está basada en la crisis del este asiático y asume que se seque tanto el crédito internacional como doméstico para las grandes economías de la UE, además de un brutal ajuste fiscal y una contracción del crédito que serían desatadas por esas condiciones. El PIB de Francia, Alemania, Italia, España y el Reino Unido podría caer en hasta 15% causando un efecto dominó en las exportaciones al resto de la Unión Europea y el mundo.

Andrew Burns, el principal autor del reporte, dijo que las estrategias de consolidación fiscal y el paquete de US$1 billón (millones de millones) convenido por la UE y el Fondo Monetario Internacional es un buen augurio para los que creen que se puede superar el nerviosismo actual del mercado.

"Estos factores hacen que sea relativamente poco probable que veamos una crisis muy seria en el futuro", dijo. Pese a esto, algunos en el mercado creen que la única forma de restaurar la confianza del mercado es a través de una reestructuración gestionada de la deuda soberana. En una nota de mercado publicada el lunes, el banco de inversión Brown Brothers en los mercados europeos, ya que los funcionarios del continente no han logrado cambiar las percepciones del mercado.

"Creemos que lo que cambiará la situación sigue siendo una reestructuración de deuda sumadas a reformas estructurales respaldadas por el Banco Mundial, como Latinoamérica bajo el Plan Brady", dijo la nota.

2010/06/09

Mensajes contrarios

por Lex Column

El tópico dice que los mercados se rigen por la codicia y el miedo. Lo que no se menciona tanto es la distinta tolerancia que disfrutan ambas. El precio de la vivienda, se dice, puede triplicarse con los años sin apenas provocar un murmullo.

Pero en el preciso instante en que caen, aunque sólo sea una décima parte, los inversores chillan como niñas pequeñas. Entonces, ¿los últimos movimientos de los mercados son una reacción exagerada o una respuesta sensata a un verdadero cambio?

Desde los mínimos del año pasado, la renta variable global repuntó una media del 70%. Muchos índices duplicaron su valor. Ahora, desde comienzos de abril, pierden entre un 8% y un 15%. Difícilmente pueda considerarse una catástrofe. Al menos a corto plazo, las empresas parecen disfrutar de un saludable estado. Los beneficios en EEUU, por ejemplo, crecieron un tercio interanual en el primer trimestre. Es probable que los tipos de interés, a los que las valoraciones son especialmente sensibles cuando están deprimidos, se mantengan en valores bajos durante algún tiempo.

¿Puede tratarse de un berrinche? Tal vez no. El hecho de que el precio del petróleo caiga también un 20%, y que la rentabilidad de los bonos del Tesoro a 10 años lo haga en 60 puntos básicos, sugiere que los inversores están realmente preocupados por los fundamentos. Pero sobre este respecto, las evidencias son desiguales. Pese al drama de Grecia, existen otros indicios de que la economía de la eurozona se está recuperando. Los datos, conocidos el lunes, de los pedidos industriales en Alemania en el mes de abril, por ejemplo, fueron muy sólidos. El viernes, las cifras del empleo en EEUU asustaron a los mercados, pero a principios de esa semana, los datos sobre la productividad habían mostrado el sexto mayor cambio en el cuarto trimestre desde que comenzara a realizarse el estudio.

Además, un creciente número de países desarrollados siente la suficiente confianza como para comenzar a normalizar de nuevo los tipos de interés. Economías emergentes como China y Brasil siguen avanzando viento en popa. El gran problema es que los argumentos a favor de la recuperación pueden contrarrestarse con los extraordinarios estímulos necesarios para alcanzarla. La realidad, hoy en día, es difícil de precisar.

The Financial Times Limited 2010. All Rights Reserved.

Bernanke advierte sobre déficit presupuestal en EE.UU.

Por Luca Di Leo

WASHINGTON (Dow Jones)--El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, dijo el miércoles que la economía del país debería seguir creciendo este y el próximo año, pero el ritmo de expansión no será suficiente como para solucionar las dificultades en el mercado laboral y reducir el enorme déficit presupuestario.

El titular del banco central dijo ante el Comité de Presupuesto de la Cámara baja del Congreso que un incremento permanente en los gastos de los consumidores y en las inversiones de las empresas debería compensar el retiro del estímulo gubernamental para impulsar la economía.

Sin embargo, debido a que el crecimiento económico por si solo no será lo suficientemente sólido para reparar las finanzas del país, Bernanke volvió a decir a los legisladores estadounidenses que se deben tomar medidas para reducir el déficit.

El funcionario subrayó que los problemas de la deuda soberana en Europa demuestran la importancia de mantener finanzas públicas saludables.

"Para evitar cambios perjudiciales y bruscos en los programas de gastos y políticas impositivas en el futuro, y para retener la confianza del público y los mercados, deberíamos estar planeando ahora cómo cumpliremos con estos desafíos presupuestarios inminentes", sostuvo Bernanke, según el texto de sus declaraciones preparado con anticipación.

En varias audiencias del Congreso, Bernanke ha advertido este año que los déficit presupuestarios de Estados Unidos no son sostenibles. La propuesta para el presupuesto del 2011 del presidente Barack Obama prevé un déficit récord de US$1,6 billones, o el 10,6% del producto interno bruto, su nivel más elevado desde la Segunda Guerra Mundial.

Aunque hasta ahora los mercados han estado preocupados frente a los problemas de la deuda soberana de la eurozona, se podría argumentar que la situación de Estados Unidos es peor. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico predice que el déficit presupuestario de Estados Unidos seguirá ubicándose en el 8% del PIB en el 2011 después de situarse en el 9,3% en el 2009. Para la región del euro, la OCDE prevé que el déficit permanezca en torno al 4,0% del PIB hasta el 2011.

En tanto, los niveles promedio de la deuda pública en la eurozona deberían ubicarse cerca del 93% del PIB, según la OCDE. En Estados Unidos, se estima que la deuda bruta general del gobierno, que incluye deuda total y estatal, subirá al 100% del PIB en el 2011.

Bernanke agregó que Estados Unidos disfruta de una "posición de ventaja única" debido a su economía grande y flexible y mercados financieros líquidos y profundos.

El funcionario afirmó que el déficit presupuestario de Estados Unidos debería reducirse en los próximos años a medida que la economía y los mercados financieros continúan recuperándose. Pero advirtió que eso no será suficiente sin más medidas, debido a que se espera que la recuperación de la economía siga siendo moderada.

El presidente de la Fed señaló que la recuperación no será lo suficientemente rápida para volver a dar trabajo a ocho millones de personas en un corto plazo. También advirtió que el mercado de la vivienda permanecerá débil.

"Una variedad de proyecciones que extrapolan políticas actuales y hace convincentes suposiciones sobre la futura evolución de la economía muestra una brecha presupuestaria estructural que es grande en relación al tamaño de la economía y que está aumentando con el tiempo", añadió Bernanke.

2010/06/08

La política de 'dinero fácil' de Bernanke va para largo

Por Jon Hilsenrath

Los inversionistas pasaron buena parte del primer semestre preguntándose cuándo el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, empezaría un ajuste de la política monetaria. La crisis europea, sin embargo, se está encargando precisamente de eso.

Las preocupaciones sobre la deuda de algunos países de la zona euro han derribado los principales indicadores bursátiles estadounidenses, fortalecido el dólar, elevado las tasas de interés para los préstamos interbancarios de corto plazo y contribuido a reducir la emisión de papel comercial.

Este cuadro, sumado al anémico crecimiento del empleo y una inflación baja en EE.UU., disminuye significativamente la probabilidad de que la Fed revierta su política de relajamiento que ha engrasado los motores del sistema financiero desde el comienzo de la crisis. "No creo que las condiciones económicas lo ameriten", dijo en una entrevista Richard Fisher, presidente del Banco de la Reserva Federal de Dallas.

James Bullard, presidente del Banco de la Reserva Federal de St. Louis, subraya que las últimas tensiones en los mercados refuerzan la postura precavida del banco central estadounidense. "Hay un mayor riesgo de sufrir un coletazo", indicó en una entrevista.

[EE.UU.]

De todos modos, la creciente presión de los mercados aún no es lo suficientemente severa como para alarmar a la Fed. Bullard destaca que varios factores contrarrestan la reciente caída en los precios bursátiles y las tensiones en los mercados de crédito. El declive de los rendimientos de los bonos del Tesoro a largo plazo, por ejemplo, ayuda a la baja generalizada de las tasas de interés. Las tasas hipotecarias a 30 años, sin ir más lejos, han descendido a menos de 5%.

Bajo control

Fisher espera que la economía estadounidense se desacelere levemente en el segundo semestre y que la inflación se mantenga bajo control. Las recientes tensiones en los mercados financieros podrían "restarle un poco" al crecimiento económico, manifestó. Fisher aclaró, no obstante, que no está "demasiado preocupado" al respecto, en parte porque los mercados crediticios no exhiben "muchos signos de problemas" y la volatilidad de las acciones es normal.

Los mercados a futuro asignan una probabilidad de 50% a que la Fed eleve en un cuarto de punto porcentual su tasa de interés de referencia en diciembre, de 0,25% a 0,5%. En mayo, en cambio, el mercado consideraba que el alza estaba prácticamente garantizada.

Muchos inversionistas también están revisando a la baja sus proyecciones sobre la magnitud del aumento de tasas. Los precios de los mercados a futuro indican que los inversionistas esperan que la tasa de fondos federales llegue a 0,75% para julio de 2011. A principios de abril se esperaba que superara 1,25% en la misma fecha.

Las señales de un deterioro en las condiciones del mercado son abundantes. Algunas empresas han abandonado sus intentos de recaudar capital en las últimas semanas. El operador de aerolíneas Allegiant Travel Co., por ejemplo, suspendió una colocación de bonos chatarra por US$250 millones.

Mientras tanto, la emisión de deuda de empresas con grado de inversión descendió a US$75.600 millones en abril y mayo, frente a los US$183.600 millones del mismo período del año pasado, según la firma de análisis de mercado Dealogic.

En el mercado "repo", donde los grandes bancos de Wall Street obtienen préstamos de corto plazo, la actividad ha caído 46% frente a igual lapso del año previo.

La próxima prueba de las intenciones de la Fed tendrá lugar en la reunión prevista para el 22 y 23 de junio.

Mucho antes de empezar a subir las tasas, el banco central debe eliminar de su comunicado la frase que especifica que mantendrá las tasas bajas "por un período extendido". "Durante un futuro previsible, la Fed mantendrá el lenguaje del 'período extendido'", señala Jan Hatzius, economista jefe para EE.UU. de Goldman Sachs Group Inc.

Fuente: WSJ

Ansia de Triple A

por Lex column

Un mes después de su experiencia agonizante, ¿es la eurozona un prestatario con calificación Triple A? La cuestión va directamente al núcleo de la Facilidad Europea de Estabilidad Europea (EFSF, en sus siglas en inglés) aprobada esta semana por los ministros de Economía europeos.

La EFSF es el componente central del mecanismo de rescate del euro, que asciende a 750.000 millones de euros. Es un sistema que, por raro que parezca, resulta familiar: una empresa de responsabilidad limitada con domicilio fiscal en Luxemburgo, que está autorizada a asumir préstamos de hasta 440.000 millones de euros, a repartir entre los países de la eurozona con mercados crediticios en malas condiciones. Además de esta similitud con las CDO, la facilidad tiene algunas generosas garantías para que quede garantizada la calificación triple A.

Las agencias de ráting desconfían de la EFSF: ninguna se ha atrevido a calificarla todavía. No obstante, asumir una calificación Triple A puede resultar una osadía. Sólo dos de los cuatro principales países que la controlan, Alemania y Francia, disfrutan de ese estatus. Sus fondos se destinarán a países cuya calificación se ha visto rebajada.

España e Irlanda, por ejemplo, perdieron su calificación Triple A durante la crisis financiera global. Un ministro francés cometió el otro día el error de preguntarse en alto si incluso Francia sería capaz de mantener la suya. ¿Se convertirá su reflexión en una realidad?

Garantizar la máxima calificación, y mantenerla, no es el único obstáculo al que pudiera enfrentarse la EFSF. Cualquier condición que imponga a los préstamos podría tener que ser aprobada por los parlamentos de los países prestatarios, lo que podría suponer un escollo si, por ejemplo, la condición de un préstamo a España fuera la reforma del mercado laboral del país.

También existe la posibilidad de que el mecanismo fracase por los obstáculos jurídicos que pudiera introducir Alemania. Es probable que la EFSF sea el producto que el BCE necesita para retirar su programa de compra de deuda. No obstante, existe el peligro de que su estructura sea demasiado engorrosa en momentos de crisis o se colapse por el peso de su principal contradicción: que, en teoría, un grupo de países con problemas financieros tenga que acudir al rescate de uno o varios de ellos.

The Financial Times Limited 2010. All Rights Reserved

2010/06/07

Chapuceros en Budapest

por Lex Column

Abra la boca, introduzca la comida. Repita la operación. Cuando el vicepresidente del Fidesz, el nuevo partido que gobierna Hungría, dijo a su audiencia doméstica el jueves que su país tendría suerte si evitaba una crisis financiera similar a la de Grecia, sus declaraciones, como cabía esperar, provocaron una fuerte caída de los activos húngaros.

Experimentaron cierto repunte cuando los inversores llegaron a la conclusión de que sus declaraciones iban dirigidas exclusivamente al ámbito nacional. Después de todo, el Fidesz había hecho promesas de campaña incompatibles con los fondos de estabilización, por valor de 25.000 millones de dólares (20.885 millones de euros), recibidos del Fondo Monetario Internacional y la UE.

La carnicería se reanudó y extendió después de que un portavoz del primer ministro sugiriese el viernes incluso la posibilidad de un impago teniendo en cuenta los problemas de la economía. Este estúpido ejercicio de gestión de las expectativas provocó el desplome del florín húngaro y la subida de más de 100 puntos básicos de los contratos de cobertura frente al impago de créditos, hasta los 425 puntos. Se esfumaron billones de dólares de valor de los activos globales.

Lo irónico es que este episodio resulta ligeramente tranquilizador para las vulnerables economías de la periferia europea. Se produjo después de que el primer ministro Viktor Orbán sufriera un revés frente a los líderes de la UE tras expresar su deseo de aflojar la camisa de fuerza fiscal de Hungría. Desde finales de 2008, el gobierno socialista saliente había reducido el déficit presupuestario al 4% del producto interior bruto incluso pese a la fuerte contracción de la economía.

La experiencia de Hungría demuestra que los ajustes fiscales pueden dar resultado cuando existe la voluntad política necesaria. Tanto en términos de endeudamiento público –en torno a sólo el 78% del PIB– como de deuda externa, la situación de Hungría es mucho mejor que la de Grecia. También ayuda disponer de una divisa propia, aunque la alta cantidad de créditos privados y corporativos en divisas extranjeras haría que una fuerte devaluación resultase ruinosa.

El episodio debería servir de lección, si bien cara, para el gobierno entrante. Incluso si Bruselas y Washington capitulan, los inversores no lo harán. Orbán podría incluso transigir en su campaña para destituir al respetado gobernador del banco central, András Simor. Los nerviosos mercados financieros están preparados para disparar primero y preguntar después.

Fuente: FT

La banca española aventaja en capital y liquidez a las entidades europeas

por M. Martínez / A. Monzón

El sector financiero sigue haciendo frente a la crisis. A las puertas de cumplirse tres años del estallido de las primeras tensiones, las provocadas por el colapso de dos hedge fund de Bears Stearns en julio de 2007, el horizonte vuelve a encapotarse.

El importante deterioro de las finanzas públicas, que ha vuelto a poner en jaque los mercados financieros y que amenaza la incipiente recuperación económica por los severos planes de ajuste fiscal que deberán poner en marcha los gobiernos, supone un paso atrás y un renovado obstáculo para la banca.

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Las entidades españolas, con todo, afrontan el resurgir de la crisis desde una posición relativa mejor que la de sus homólogas europeas. Su base de capital y su balance, más estables que las de sus competidoras, juegan a su favor, según se desprende de los datos de un estudio realizado por R.R. de Acuña y Asociados, a partir de los balances a cierre de 2009 publicados por el Banco de España y el Banco Central Europeo (BCE).

Solvencia
En conjunto, el sistema financiero español está mejor capitalizado que el de las principales economías europeas. El capital y las reservas de los bancos y cajas de ahorros españolas (incluyendo las provisiones acumuladas por las entidades) es equivalente al 7,9% de su pasivo, por encima de la media de la zona euro, situada en el 6,2%. Los recursos con los que cuenta la banca española superan ampliamente las disponibilidades de países como Alemania o Francia, donde la relación entre el capital y reservas, y el pasivo de la banca alcanza el 5,1% y 5,9%, respectivamente. En Bélgica, Holanda y Luxemburgo los porcentajes son incluso más bajos, al situarse por debajo del 5%.

La liquidez, detonante de la crisis y factor que vuelve a cobrar máxima actualidad ante las renovadas tensiones en los mercados de financiación mayorista, es otro aspecto en el que la banca española tiene menos presión: depende menos que otras entidades de la liquidez que suministra el BCE y los depósitos de clientes, que presentan más estabilidad, tienen un mayor peso.

El saldo de los depósitos de instituciones financieras monetarias (indicativos de la apelación al BCE) representa, en el conjunto de la zona euro, el 20,3% del pasivo. En Alemania, la relación alcanza el 21,4% y en Francia, incluso el 23,6%, en contraste con la ratio de la banca española, del 15,1%. En España, el porcentaje que suponen las imposiciones de clientes con respecto al pasivo se aproxima al 50%, a distancia del 32% de la banca en Europa. Este factor da mayor estabilidad a los recursos captados, dado que gran parte de los mismos proceden de particulares de dentro del país.

Activo
La estructura del activo del sector en España, por su parte, refleja el boom del crédito registrado hasta el estallido de la crisis. La fuerte demanda interna de financiación ha favorecido que los fondos canalizados por la banca hacia el exterior de la zona euro apenas representen el 5% del activo. Sólo Italia presenta un porcentaje más reducido (2,6%). En la zona euro, la media alcanza el 13,7%, de la que se distancian países como Malta (57,5%) o Irlanda (39%).

Buena parte de ese flujo de crédito que demandaba la economía española ha ido hacia hipotecas para viviendas concedidas a familias. Tienen mayor protagonismo que en el resto de Europa, pero son créditos con un menor perfil de riesgo. El inmueble que actúa de garantía mejora las perspectivas de recuperación de la deuda. Junto a las hipotecas de familias, la financiación también llegó con ímpetu a las compañías, en concreto, a los sectores de construcción e inmobiliario –la mitad del crédito a empresas –, el Talón de Aquiles de la banca en España.

Otro elemento en el que el sector financiero español presenta una mejor posición es el relativo a los resultados. La relación entre los beneficios y los fondos propios en los bancos españoles alcanza el 12%, frente al 3% de las entidades italianas y el 2,5% de la banca francesa. En la Unión Europea, Reino Unido, Holanda y Alemania, esta ratio incluso es negativa.

El crédito al sector inmobiliario y constructor, el punto débil
La banca española ha capeado la crisis financiera, pero no ha podido sortear con tanto éxito el desplome del mercado inmobiliario, debido a su elevada exposición al sector, tras una década de auge continuo de este negocio en España. Según datos de los balances a cierre de 2009, las empresas inmobiliarias y las constructoras, con una tasa de morosidad que ronda el 10%, acaparan el 56% de la financiación a empresas concedida por las cajas de ahorros, un porcentaje que se sitúa en el 38% en el caso de los bancos.

El importe de los préstamos suscritos con estos sectores es equivalente al 316% de los recursos propios de las cajas y al 134% de los fondos de los bancos. A la hora de gestionar el riesgo inmobiliario, el sector ha recurrido en los últimos dos años a las compras y canjes de deuda por los inmuebles que garantizan los préstamos. Las adquisiciones de activos se han ralentizado desde hace meses, pero el sector afronta ahora la llegada de los inmuebles adjudicados (llegan a la entidad tras un proceso de embargo judicial).

El montante total de la cartera asciende a 60.000 millones de euros. Los inmuebles adquiridos pesan un 1,42% en el balance de las cajas, mientras que en los bancos la ponderación es del 0,83%. Según la consultora, la banca en su conjunto podría sufrir pérdidas de 50.000 millones por su exposición al sector inmobiliario. Pero los bancos en mayor medida y las cajas de ahorros podrían asumir este impacto, que quedaría cubierto con sus provisiones genéricas. Este escenario, en cualquier caso, refleja la situación media de las instituciones de crédito. Dentro de ésta, existe gran heterogeneidad en el escenario que afrontan las distintas entidades.

Fuente: Expansión