2011/04/08

El FMI pide impuestos a los bancos que hagan peligrar la solvencia del sistema financiero

Nueva York Estela S. Mazo

Los esfuerzos realizados en el sector bancario no son suficientes. Ni lo son las nuevas normas de Basilea III, que intentan limitar el riesgo de liquidez que asume cada banco pero no mitiga los peligros sistémicos.

Es la opinión del Fondo Monetario Internacional que pide suplir estas carencias con una reforma que azuzará aún más el debate: pide crear impuestos vinculados al riesgo que suponga cada entidad para el conjunto del sistema financiero.

“Una prioridad debe ser el diseño de cierto tipo de mecanismos de evaluación sobre la manera en que las decisiones de gestión de la liquidez de una institución podrían perjudicar al resto del sistema financiero. Así, estas instituciones financieras podrían asumir una mayor parte de la carga que generan para los bancos centrales y los gobiernos”, explica el FMI en los primeros capítulos que acaba de desvelar del Informe sobre la estabilidad financiera mundial.

¿Cómo hacerlo? “Esto se puede lograr mediante una herramienta macroprudencial”, que podría adoptar la forma no sólo de impuestos, sino también de “recargos de capital, comisiones o primas de seguro”.

La banca se opone a penalizaciones en función de su tamaño. Y la organización es consciente de la falta de un buen termómetro que mida los riesgos de cada entidad más allá de la dimensión. Imponer un nuevo impuesto “presupone” que las autoridades responsables de las políticas cuentan con una metodología sólida para medir el riesgo de liquidez sistémico y la contribución de cada institución a ese riesgo.

Eso es, sólo lo presupone, porque “un problema observado hasta ahora ha sido la carencia de análisis sobre cómo medir el riesgo de liquidez sistémico y el grado en que cada institución contribuye a ese riesgo”

Por ello propone distintos métodos con los que medir el grado en que una institución contribuye al riesgo de liquidez sistémico. Esa información serviría para determinar el precio de la asistencia de liquidez que una institución recibiría del banco central.

Junto a estas recomendaciones, el FMI exige más supervisión para los hedge funds (fondos de alto riesgo) y un impulso para aplicar “prácticas óptimas para la estabilidad de los sistemas de financiamiento de la vivienda”, que también pasan por fortalecer la gestión del riesgo.

Fuente: Expansión

2011/04/07

La posible alza de tasas en Europa le quita atractivo al euro, dicen analistas

Por Erin McCarthy

NUEVA YORK (Dow Jones)--Algunos de los participantes más importantes del mercado cambiario no están tan impresionados con el euro, especialmente debido a que la esperada alza de tasas del Banco Central Europeo podría exacerbar la crisis de deuda soberana de la eurozona.

En una mesa redonda con DJ FX Trader, el autor y experto financiero, John Mauldin; el titular mundial de estrategia cambiaria de Brown Brothers Harriman, Marc Chandler, y el titular mundial de investigación económica de Roubini Global Economics, Christian Menegatti, dijeron que el alza de tasas del BCE, podría concretarse esta semana, se sumaría a los riesgos que rodean a la moneda única.

Ellos no creen que el euro, o ninguno de los principales rivales del dólar, se convierta en una amenaza importante al estatus del dólar como la principal moneda de reserva.

"Yo no entiendo lo que [el presidente del BCE Jean-Claude] Trichet está haciendo al decir 'subamos las tasas' mientras los países en su periferia están muriendo", dijo Mauldin. Menegatti agregó que las mayores tasas ponen una presión mayor sobre el euro e intensifican los problemas estructurales de la periferia.

Las altas expectativas del ajuste del BCE también dejan más espacio para la decepción dado que "el mercado tiene altas esperanzas [sobre] cuánto podría elevar la tasa el BCE", indicó Chandler.

Respecto a si la intervención coordinada del Grupo de Siete para debilitar al yen funcionó, Chandler señaló que fue exitosa porque redujo la volatilidad del mercado. Sin embargo, Mauldin indicó que el yen podría depreciarse de manera más dramática en el largo plazo dado que es probable que el banco central de Japón deba imprimir yenes para contrarrestar su abultada carga de deuda en relación al producto interno bruto. Espera que el dólar se fortalezca a Y200 hacia fines de la década.

Chandler indicó que el dólar podría recuperarse frente al euro a fines de año mientras el mercado sigue descontando un alza de tasas de la Reserva Federal hacia mediados de 2012. Añadió que el dólar podría también fortalecerse una vez que finalice el ciclo de ajuste del BCE.

Al ser consultados sobre una potencial rebaja de la calificación de deuda de Estados Unidos, Chandler no lo considera probable, mientras que Mauldin dijo que, si Estados Unidos no comienza a solucionar sus problemas fiscales hacia 2013, una rebaja de la calificación es una posibilidad real.

"En Estados Unidos, nos encontramos en camino hacia la inestabilidad fiscal; estamos en camino a [convertirnos en] Grecia", dijo Menegatti de Roubini.

Aún así, el dólar no está dejando escapar su rol como la primera moneda de reserva mundial, indicaron los panelistas. "Es una contienda entre los menos feos, y el dólar sigue ganando", señaló Menegatti.

2011/04/06

La intervención del yen está dando resultados

Por Alex Frangos

La caída del yen a su mínimo nivel contra el dólar y el euro en varios meses es la más reciente señal de que la intervención coordinada posterior al terremoto está dando resultados.

¿Pero cuán bajo puede caer el yen?

El dólar valía más de 85 yenes durante la jornada bursátil asiática el miércoles. Ello representa una caída de 7% para el yen desde que el Grupo de Siete países industrializados anunció una oleada coordinada de venta de yenes el 18 de marzo, y su nivel más débil desde septiembre, después de que Japón intervino en los mercados cambiarios por sí solo.

En la mañana de actividad bursátil en Estados Unidos el miércoles, el dólar estaba en 85,34 yenes, frente a 84,83 yenes al cierre del martes en Nueva York. El euro estaba en 121,89 yenes, frente a 120,64 yenes. Un día antes de la intervención, el dólar estaba en torno de 78,95 yenes y el euro estaba en alrededor de 110,70 yenes.

"Esto se está perfilando como uno de los episodios más exitosos de intervención hasta la fecha", dice Sean Callow, estratega de monedas de Westpac Institutional Bank en Sidney.

El euro tocó un máximo de 11 meses contra el yen en Asia el miércoles, gracias a las sendas cada vez más divergentes que establecen las autoridades monetarias en las dos economías. Hay una expectativa generalizada de que el Banco Central Europeo eleve las tasas de interés en una reunión el jueves. Las mayores tasas de interés suelen atraer capital.

La caída constante del yen en las últimas semanas está alentando el punto de vista de que la moneda japonesa finalmente se está acercando a un punto de inflexión después de más de dos años de fortalecimiento contra el dólar que ha frustrado a compañías y políticos japoneses.

Analistas de Nomura dicen que la barrera de 85 yenes "podría ser significativa desde una perspectiva de mediano plazo y no nos sorprendería ver una tendencia de mayor debilidad del yen". Nomura ha revisado su pronóstico para reflejar una mayor caída en el yen, prediciendo que el dólar valdrá más de 90 yenes en 2012 conforme suban las tasas de interés de EE.UU. y las tasas de Japón sigan firmes.

El éxito de la intervención se explica en parte por operadores que ahora ven un techo para la fortaleza del yen, gracias a las amenazas de futura intervención. Eso ha dado a los inversionistas confianza para acumular apuestas en el arbitraje cambiario, o carry trade, por el cual toman prestados yenes a muy bajas tasas de interés y convierten ese dinero en monedas de mayor rendimiento como el dólar australiano, que también está cotizando en máximos recientes contra el yen.

Otro factor es la condición económica debilitada de Japón. Los apagones rotativos y los temores nucleares están perjudicando la manufactura y las exportaciones. Incluso un descalabro temporario podría reducir la demanda de compañías de autos, tecnología y maquinarias de convertir a yenes el dinero ganado en el exterior.

Standard Chartered redujo su pronóstico de crecimiento de Japón en 2011 de 1,9% a 0,7% este año. Elevó su pronóstico de 2012 por expectativas de una fuerte recuperación en forma de V, y cree que el dólar se afirmará a 90 yenes.

Entretanto, el Banco de Japón tenía previsto reunirse el jueves y está bajo presión para relajar aún más las condiciones monetarias expandiendo su programa de compra de activos para apoyar la recuperación post sísmica de Japón, una medida que naturalmente deprimiría el yen al aumentar su oferta.

Un yen más débil debería ayudar a atribuladas compañías japonesas a lidiar con los efectos de los desastres natural y nuclear, y la continua escasez de suministros y electricidad.

El director general de Hitachi Ltd., Hiroaki Nakanishi, dijo el miércoles que un dólar que cotice a más de 85 yenes es un "estado más natural". Dijo que Hitachi diseñó su presupuesto para el ejercicio fiscal que apenas comenzó este mes, basado en la expectativa de que el dólar cotizaría a 80 yenes.

"Para nosotros, sería favorable que el dólar se mantuviera estable en la banda de 85 yenes a 90 yenes", dijo.

El éxito de largo plazo de las intervenciones monetarias debe medirse en meses y años, en vez de semanas. Podría resurgir un yen más firme, como ocurrió cuando Japón intervino unilateralmente en los mercados cambiarios en septiembre. Tras un debilitamiento inicial, el yen repuntó, fortaleciéndose aún más a las pocas semanas que el momento inicial de la intervención.

De hecho, no todos esperan que el yen caiga. Deutsche Bank sigue recomendando que los clientes apuesten a un yen más fuerte contra el dólar, suponiendo que la divisa estadounidense volverá a caer por debajo de 80 yenes en los trimestres venideros gracias en parte a los superávits persistentes del comercio y de la cuenta corriente de Japón.

Fuente: WSJ

2011/04/05

¿Se le ocurre un buen nombre para una bolsa?

Por Aaron Lucchetti y Shira Ovide

A NYSE Euronext y Deutsche Börse no les faltan dolores de cabeza ahora que Nasdaq OMX Group Inc. está tratando de arruinar su acuerdo de fusión de US$25.000 millones. Y por si esto fuera poco, ahora se les suma un nuevo dilema: cómo llamar la compañía combinada de 6.500 empleados y US$5.400 millones en ingresos.

En las últimas semanas, la bolsa creó un comité de expertos legales y en marketing para evaluar los más de 1.000 nombres sugeridos por empleados de ambas compañías. Un grupo de expertos en imagen de marca también está recomendando nombres.

No es un asunto trivial. Calibrar estos asuntos políticamente sensibles será crucial cuando las dos compañías traten de sortear los obstáculos regulatorios en ambos lados del Atlántico.

Después de que los dos operadores bursátiles anunciaran en febrero su intención de unirse, un senador estadounidense dijo en un comunicado que el nombre debería empezar con "New York" para que él lo respaldara. Al cabo de unos días, Duncan Niederauer, presidente ejecutivo de NYSE, dijo que había sacado "DB NYSE" —una de las primeras opciones consideradas— de la carrera.

El tema del nombre también es delicado en Europa. Según la propuesta del acuerdo, los accionistas de Deutsche Börse tendrán 60% de la compañía combinada y controlarán nueve de los 15 asientos en la junta directiva. Pero dado que se espera que la presidencia ejecutiva sea ocupada por Niederauer, muchos en Alemania temen que demasiado control emigre de Fráncfort, indican fuentes.

Este dilema ha cobrado peso desde que Niederauer anunció su pacto con Deutsche Börse el 15 de febrero. "¿Por qué no estoy sorprendido?", respondió Niederauer cuando se le preguntó sobre el nombre. "Hay un gran componente de orgullo nacional, especialmente en las empresas que operamos". Luego añadió que él y su contraparte de Deutsche Börse, Reto Francioni, no se decantarían por "la Gran Börse… si bien algunos corredores en el piso de la Bolsa de Nueva York ahora esperan que el Oktoberfest sea feriado".

Consultores de Interbrand están cotejando los nombres propuestos. Lo más probable es que decenas de las sugerencias sean desechadas porque son nombres ya en uso o no se traducen bien a otros idiomas. Global Exchange, por ejemplo, lo utiliza una organización de derechos humanos. Innovex, una combinación de innovación y "exchange" (bolsa, en inglés), es el nombre de un fabricante de equipos de golf y otras empresas. A Alina Wheeler, una consultora de marcas, le gusta "Undx", que acopla la palabra alemana para "y" con una X para exchange. Pero parece que ese nombre también está adjudicado ya. Es un programa de software y parte del nombre de una banda, "So-UNDX".

Esta búsqueda del nombre perfecto podría demorarse varios meses o más si se desata una guerra de ofertas entre Deutsche Börse y Nasdaq.

Nasdaq aseguró el viernes que bautizaría su combinación como Nasdaq NYSE Euronext Group Inc. Según representantes de la bolsa tecnológica, el nombre es obvio ya que son los compradores y porque la compañía matriz representa dos instituciones estadounidenses, en vez de un grupo más centrado en Europa. IntercontinentalExchange Inc., que se ha unido a Nasdaq para comprar otras partes de NYSE Euronext, no ha indicado nada sobre si cambiaría su nombre para acomodar a su posible nuevo socio, el negocio de derivados Liffe de NYSE.

Algunos han criticado a NYSE y Deutsche Börse por no decidirse antes por un nombre. Otros, sin embargo, aseguran que la espera podría ayudar a idear uno que ayude a superar el examen regulatorio. Algunos seguidores de NYSE esperan que los alemanes permitan que "New York" pueda ir primero en el nombre, especialmente si controlan la compañía combinada, tienen una mayoría en la junta y el peso de las operaciones viene de Europa.

—William Launder contribuyó a este artículo.

Fuente: WSJ

2011/04/04

Las interminables pruebas de resistencia de Irlanda

Por Simon Nixon

Cuando se trata de la crisis económica de Irlanda, hasta los números grandes perdieron el poder de asombrar.

La última cifra de 24.000 millones de euros (US$34.000 millones) de capital que el Banco Central de Irlanda necesita inyectar al sistema bancario del país es 15.000 millones de euros más que la proyección hecha en noviembre. Sin embargo, por mucho tiempo ha estado claro que la cifra real sería superior. El resultado es que el gobierno irlandés, con ayuda de los fondos de rescate europeos destinados a la recapitalización de los bancos, ahora habrá inyectado más de 70.000 millones de euros al sistema bancario, equivalente a un asombroso 45% del producto interno bruto.

Si esta última capitalización pone fin a la crisis, aún está por verse. Algunos, por ejemplo, cuestionarán si una prueba de resistencia que asume una pérdida de sólo un 6,7% en los libros de créditos hipotecarios es realmente tan conservadora como sostiene el banco central.

Pero si el banco central está en lo correcto, entonces esto permitiría que los principales bancos irlandeses mantengan un ratio de capital core tier 1 sobre un 6% en un escenario económico más adverso que lo previsto en las próximas pruebas de estrés de la Asociación Bancaria Europea, mientras que al mismo tiempo reducirían sus ratios créditos-depósitos de un 180% a un 122,5%.

Inevitablemente, la carga extra de estas inyecciones de capital sobre los contribuyentes aumentará más la temperatura del debate emocional respecto a si los tenedores de bonos prioritarios, que nuevamente salieron ilesos, deberían aceptar parte del sufrimiento. Pero este es un argumento estéril.

La verdadera historia de la catástrofe irlandesa es que el Banco Central Europeo, a través de sus propias líneas de crédito y las que provee el propio Banco Central de Irlanda, ahora está inyectando casi 188.000 millones de euros de liquidez al sistema bancario irlandés, lo que equivale a un 120% del PIB.

Mientras que los tenedores de bonos individuales parecen escapar sin un rasguño, su deuda no ha desaparecido, sino que simplemente ha asumido una forma distinta. Tarde o temprano, un incumplimiento de deuda parece ser inevitable. La decisión no es si imponer las pérdidas a los acreedores, sino que simplemente decidir qué clases de activos enfrentarán un recorte y cuándo. Las autoridades de la eurozona parecen no tener apuro por tomar una decisión. Hasta que lo hagan, Irlanda permanecerá en el limbo.

Fuente: WSJ