2011/12/02

Una exitosa colocación de deuda de España trae un poco de calma a los mercados de bonos

Por Emese Bartha

FRANCFÓRT (EFE Dow Jones)--Siguiendo el patrón de las recientes subastas, el Tesoro español se vio obligado el jueves a pagar una mayor rentabilidad que en subastas anteriores para convencer a los inversionistas de que compraran bonos en la subasta, por lo que es probable que la colocación de deuda seguirá siendo cara para el país durante el próximo año.

Sin embargo, la fuerte demanda en la subasta tranquilizó al mercado, haciendo caer la rentabilidad de los bonos españoles a su menor nivel en dos semanas y provocando la subida del euro a un máximo de la sesión. Mientras que las rentabilidades medias fueron más altas que en las subastas anteriores, estuvieron por debajo de los niveles que marcaba el mercado secundario antes de la subasta, lo que indica una fuerte demanda.

"Como está sucediendo a menudo estos días, probablemente la atención estaba simplemente en 'hacer el trabajo'", dijo David Schnautz, estratega de Commerzbank. "En ese sentido la subasta tuvo éxito".

Pero, en general, las subastas parecieron más fuertes de lo esperado, ayudadas por lo que los estrategas de RBS llaman un "cambio momentáneo" en el apetito por el riesgo. Esto se produjo después de la acción coordinada de los bancos centrales del miércoles para mejorar la liquidez en dólares y la confianza en el sistema financiero.

El Tesoro español --muy probablemente después de consultar con los operadores primarios, o las instituciones financieras que participan directamente en las ventas de bonos-- decidió ofrecer la reapertura de tres líneas con vencimientos en abril de 2015, enero de 2016 y enero de 2017, en lugar de lanzar un nuevo bono a tres años como había planeado inicialmente.

El organismo colocó el objetivo máximo de 3.750 millones de euros en bonos, recibiendo ofertas por un total de 10.255 millones de euros.

La rentabilidad se incrementó en las tres líneas frente a las anteriores subastas. La rentabilidad media del bono a abril de 2015 fue del 5,187%, por encima del 3,639% de la subasta anterior celebrada el 6 de octubre. La rentabilidad media del bono a enero de 2016 subió a 5,276% desde 4,045% de la subasta anterior celebrada el 3 de febrero. Y finalmente, la rentabilidad media del bono a enero de 2017 fue del 5,544%, frente al 4,782% del 20 de octubre.

Mientras que la subasta española se cerró cómodamente, parece que las perspectivas de financiación para el país seguirán siendo un desafío.

A pesar de contar con un ratio más bajo de deuda pública-Producto Interior Bruto que algunos de sus socios, España sufre por la preocupación sobre la salud de su sistema bancario, así como por la elevada deuda a nivel regional y familiar. El crecimiento se ha desacelerando hasta casi detenerse y el nivel de desempleo es el más alto de la euro zona.

Chiara Manenti, de Intesa Sanpaolo, espera que las emisiones de bonos de España caigan a unos 40.000 millones de euros en 2012 desde alrededor de 48.000 millones de euros en 2011, ya que el gobierno se ha comprometido a reducir su déficit al 4,4% del PIB.

Por su parte, Francia, que ha tenido que trabajar duro para disipar los temores a perder su calificación crediticia de triple A, vendió un total de 4.346 millones de euros en bonos con vencimiento a 2017, 2021, 2026 y 2041. La Agencia del Tesoro francesa ofreció entre 3.000 millones de euros y 4.500 millones de euros en su última subasta de bonos programada para este año.

La rentabilidad del bono a diez años de Francia descendió 23 puntos básicos al 3,15%, según los datos de Tradeweb, reduciendo la prima de rentabilidad entre los bonos del país y los bunds alemanes a 94 puntos básicos, el nivel más bajo desde finales de octubre.

El diferencial aumentó a un máximo desde la creación del euro de 202 puntos básicos el mes pasado.

La rentabilidad de los bonos españoles a diez años caía 21 puntos básicos al 5,99%, su cota más baja en dos semanas. El descenso de la rentabilidad fue mayor en los títulos con vencimiento menor.

La rentabilidad de los bonos italianos también cayó con fuerza.

"Se están creando muchas especulaciones sobre la posibilidad de una solución a la crisis, implicando al Banco Central Europeo y al Fondo Monetario Internacional", dijo un operador en Londres.

2011/12/01

Lo impensable de la crisis europea

Por Simon Nixon

Uno de los rasgos más llamativos de la crisis del euro es la velocidad con la que lo impensable se ha vuelto realidad. Hasta la cumbre de Cannes hace un mes, una división de la eurozona era considerada un riesgo extremo. Ahora todos los inversionistas del mundo discuten las implicancias de una posible división. La semana pasada, la Autoridad de Servicios Financieros del Reino Unido recomendó públicamente a los bancos preparar planes de contingencia. ¿Pero qué deberían hacer los bancos y los gobiernos?

La respuesta breve es que la planeación depende de una gran cantidad de conjeturas, debido a las incertidumbres extremas y los potenciales resultados; una división podría abarcar cualquier cosa, desde la salida de un país a una completa disolución y un retorno a las monedas nacionales.

Mucho también depende del Banco Central Europeo: si se apega estrictamente a la norma y niega a los países en cesación de pagos acceso a las líneas de financiamiento, una división podría ser incluso más desordenada. Una complicación adicional es que los encargados de política y los bancos están reticentes a negociar planes de contingencia -o comprometerse a poner cualquier cosa por escrito- por temor a avivar la crisis.

Para los bancos, la mayor preocupación es el riesgo de una redenominación: necesitan determinar qué activos y pasivos están en mayor riesgo de ser convertidos a una nueva moneda y tomar medidas para mitigar su exposición.

Gran parte depende de la situación legal de su exposición transfronteriza: si los activos se mantienen en filiales extranjeras y son financiados por depósitos locales, entonces la exposición neta al riesgo cambiario sería limitada. Pero si los bancos han estado prestando dinero en el extranjero, respaldados por depósitos en su moneda local, entonces los bancos podrían enfrentar riesgos de redenominación aún mayores. Los bancos podrían tratar de minimizar los riesgos cambiarios al registrar los activos en jurisdicciones más seguras. Pero necesitan sopesar este proceso contra un riesgo de incumplimiento que podría ser mayor ya que los clientes serían quienes tendrían que soportar el riesgo cambiario.

Además, los bancos señalan que definir cómo se redenominarán las cuentas no es fácil. Unicredit, por ejemplo, es el tercer mayor banco en Alemania y el segundo mayor en Italia. ¿Cómo decide a qué clientes se les paga en marcos alemanes y a cuáles en liras? ¿Depende de dónde se abrió la cuenta? ¿O dónde vive el cliente? ¿O de qué país es su pasaporte? Estas serán al final decisiones políticas que los bancos no pueden planificar fácilmente.

Los bancos también necesitan considerar cómo una división de la eurozona podría afectar su capital y financiamiento. La posible suspensión del cronograma de Basilea III podría otorgar algo de alivio. Los controles de capital podrían ayudar a limitar la fuga de depósitos para bancos nacionales en países que saldrían del euro, pero también evitarían que los bancos extranjeros retornen el dinero a sus países. Sólo un puñado de bancos europeos tendría una probabilidad real de recaudar capital privado. Separados del BCE, la única forma en que los gobiernos de los países que abandonarían la unión podrían recapitalizar sus bancos o garantizar financiamiento sería recurrir a la impresión de nueva moneda, lo que presenta el riesgo de que la inflación se salga de control.

Finalmente, cualquier plan de contingencia debe considerar cómo mantener el funcionamiento de los mecanismos de pago, sin los cuales los países podrían caer en un desorden civil. Las uniones monetarias se han dividido antes, pero ninguna involucraba interrelaciones tan complejas entre los países y entre los gobiernos y los bancos. Introducir nuevos billetes y monedas nacionales es un desafío logístico enorme; los billetes y monedas en euros no se introdujeron hasta dos años después de que surgiera el euro. El desafío sería aún mayor si el euro en sí mismo dejara de existir.

Quizás es por eso que, aun en este momento tan difícil, muchos de los responsables de los planes de contingencia siguen creyendo que esta vez lo impensable es realmente impensable -y que los líderes de Europa al final harán lo que sea necesario.

Fuente: WSJ

2011/11/30

S&P rebaja la calificación de deuda de Rumania a chatarra

Por Nathalie Tadena

Standard & Poor's Ratings Services ha bajado la calificación crediticia en moneda local de Rumania al nivel de basura, ya que considera que la economía del país es vulnerable a choques externos.

La agencia de calificación bajó el rating del país en un escalón, a BB+, un peldaño por debajo del grado de inversión. La perspectiva es estable y refleja las expectativas de que el Gobierno rumano siga consolidando sus cuentas públicas en línea con los objetivos fijados.

La rebaja se ha realizado después de que S&P revisara su metodología para equiparar el rating en moneda local de Rumania con el rating en divisa extranjera debido al elevado nivel de "euroización" de la economía.

Los fundamentales de Rumania han ido mejorando, con el descenso del déficit fiscal, la reducción del déficit por cuenta corriente y el reequilibrio de la economía. S&P espera que el Gobierno rumano reduzca su déficit hasta justo por debajo del 5% del PIB en 2011.

No obstante, S&P indicó que la economía del país sigue siendo vulnerable a los choques externos por su aún elevada deuda externa y por la propiedad predominante de grupos griegos y austriacos del sistema bancario del país.

S&P dijo que los ratings de Rumania podrían verse presionados si, en contra de las previsiones, el Gobierno no logra cumplir la consolidación fiscal y la estrategia de reformas estructurales, o si los déficit externos de Rumania aumentan significativamente sin mejorar el potencial de crecimiento de largo plazo.

Fuente: WSJ

2011/11/29

Los 'refugios' de alto riesgo de los inversionistas

Por Matt Wirz

La búsqueda por la apuesta perfecta ha desviado a algunos inversionistas muy lejos del rebaño.

Estos inversionistas están revisando hasta los rincones más recónditos del mundo de las inversiones para apostar por los bonos israelitas, la suerte de la banca islandesa y la probabilidad de recibir pagos de la bancarrota de Lehman Brothers Holdings.

El objetivo es hallar inversiones cuyo valor no esté sujeto a los grandes movimientos de los mercados dictados por la crisis europea y las batallas políticas en Estados Unidos.

Tradicionalmente, los inversionistas han recurrido a materias primas como el petróleo y a coberturas para protegerse de los vaivenes de los mercados. Últimamente, no obstante, estos activos han tendido a subir y bajar en sincronía, un fenómeno conocido como correlación.

"Los inversionistas se dan cuenta de que, en épocas de crisis, cae todo su portafolio", apunta Robert Koenigsberger, director de inversión de Gramercy, una administradora de fondos especializada en mercados emergentes con unos US$2.700 millones bajo gestión. "Se ha producido un gran movimiento para reforzar los portafolios con inversiones que no están correlacionadas", afirma.

Alfredo Viegas, estratega de mercados emergentes de la firma de valores Knight Capital Group, recomienda a sus clientes apostar contra los bonos de Israel. Su teoría es que, al estar tan concentrado en Europa, el mercado no ha evaluado acertadamente los riesgos de Medio Oriente, como un deterioro en las relaciones entre Israel e Irán o un recrudecimiento de los conflictos en Egipto y Siria. Una vez que los inversionistas incorporen tales riesgos, los bonos israelitas se desplomarán, razona Viegas. Mientras tanto, la deuda de Israel no se verá tan afectada por la crisis europea, agrega.

Pese al alza en los rendimientos de los bonos europeos en los últimos meses, los US$70.000 millones en bonos israelitas denominados en dólares han tenido un desempeño estable y rinden 1,4 puntos porcentuales por encima de los bonos del Tesoro estadounidense. Eso los transforma en una inversión contra la cual es barato apostar. Una posición de tres meses por US$100 millones contra los bonos de Israel, junto a una cobertura en bonos de EE.UU., costaría cerca de US$750.000, dice Viegas. La transacción, sin embargo, podría generar US$5 millones y tal vez mucho más si hay una crisis en Medio Oriente, asegura el estratega.

Menos fluctuación

Las inversiones no correlacionadas, como la de los bonos israelitas, fluctúan menos que otros activos puesto que su desempeño está más ligado a acontecimientos específicos, como la guerra o decisiones judiciales.

Algunos inversionistas han estado comprando la deuda de Nortel Networks y Lehman Brothers, empresas que se declararon en bancarrota, con la esperanza de ganar dinero cuando se distribuyan los fondos recaudados en el proceso de quiebra. Los bonos de estas empresas ocuparon el sexto y octavo lugar entre la deuda chatarra más transada del tercer trimestre, según la firma especializada MarketAxess.

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"Es un mercado de deuda bastante definido. Hay un fondo a repartir y los inversionistas tratan de dilucidar cuánto les corresponde", explica Timothy Horrigan, de Fulcrum Capital, una firma de valores especializada en bancarrotas.

Los inversionistas están dispuestos a pagar por tener ese tipo de certeza en medio de las tormentas del mercado.

La negociación de los bonos de Nortel se disparó en julio, cuando el portafolio de patentes del

desaparecido fabricante canadiense de equipos de telecomunicaciones fue vendido por cerca de US$4.500 millones, una suma superior a la prevista. Los precios de la deuda saltaron de los 95 centavos a los 114 centavos por dólar.

A su vez, Elliot Management ha estado comprando deuda de Lehman Brothers y, según documentos judiciales, acumula cerca de US$587 millones. Muchos de los vendedores han sido bancos e inversionistas europeos. Los bonos de Lehman se han negociado en torno a los 25 centavos por dólar en lo que va del año.

Son, por supuesto, estrategias de inversión muy arriesgadas en las que no es de extrañar que a veces el tiro salga por la culata. Un fallo judicial desfavorable o el descubrimiento de que las finanzas de un emisor están en un estado más precario del previsto podrían afectar el valor de la inversión.

Los compradores de bonos de los bancos islandeses en quiebra, por ejemplo, absorbieron un duro golpe este año, cuando la Corte Suprema del país decidió que los depositantes debían ser resarcidos antes que los inversionistas, lo que generó un derrumbe de 17% de los bonos.

Fuente: WSJ

2011/11/28

Fitch reitera la calificación "AAA" de EE.UU., pero revisa su perspectiva a "negativa"

Por Drew Fitzgerald

Fitch Ratings rebajó el lunes su panorama para la calificación de deuda soberana de Estados Unidos e indicó que los mayores niveles de deuda y las atribuladas perspectivas económicas podrían poner en peligro su calificación máxima.

Fitch mantuvo su calificación "AAA" para Estados Unidos -la mayor calificación posible- tras citar los sólidos indicadores fundamentales económicos y crediticios del país. El dólar y los valores del Tesoro siguen siendo referenciales mundiales, afirmó la calificadora, lo que coloca a Estados Unidos en una posición que le otorga el beneficio de mínimos riesgos financieros y bajos costos de financiamiento fiscal.

Sin embargo, Fitch señaló que la incertidumbre que rodea a la producción potencial de la economía estadounidense opaca el panorama fiscal a largo plazo. Fitch también agregó que el alto nivel de deuda federal podría alcanzar un punto que sea inconsistente con la calificación "AAA" y amenace con limitar la capacidad del gobierno para responder a futuras crisis económicas y financieras.

En agosto, Fitch advirtió que podría rebajar su panorama para el país si el comité del Congreso creado para buscar un acuerdo sobre la reducción del déficit no lograba cumplir con su cometido para la fecha límite de noviembre. El plazo se cumplió la semana pasada y los objetivos no se cumplieron.

Fitch fue la última de las tres principales agencias calificadoras en rebajar su panorama para la deuda estadounidense. Moody's Investors Service asignó al país un panorama negativo en agosto. Standard & Poor's redujo su calificación para la deuda del país a "AA-" en agosto, y mantuvo un panorama negativo para la deuda.

Fuente: WSJ