2009/03/04

EE.UU. se resigna a controlar AIG por varios años

Por Sudeep Reddy y Liam Pleven

Seis meses después del rescate inicial de American International Group (AIG), el gobierno estadounidense no está más cerca de tener un plan para deshacerse de la atribulada aseguradora estadounidense.

En la práctica, el gobierno está tratando a AIG de una forma parecida a la que un banco o una firma de capital privado gestiona a una firma en problemas. Funcionarios del gobierno manifestaron el lunes que su principal objetivo era disminuir el tamaño de AIG mediante la venta de activos una vez que mejoren las condiciones en los mercados.

AIG quedaría reducida a una firma de seguros doméstica, disminuyendo el riesgo que representa para el sistema financiero. Las fuentes reconocieron que las grandes decisiones estratégicas tendrán que esperar hasta que la economía repunte y que podrían demorar años.

El gobierno estadounidense ya ha arriesgado más de US$170.000 millones para mantener a flote a AIG y reconoce que la empresa podría necesitar nuevas inyecciones de fondos si la economía no muestra señales de una mejoría.

Por su parte, Maurice "Hank" Greenberg, ex presidente ejecutivo de AIG, entabló una demanda en un tribunal de Nueva York acusando a la aseguradora de fraude al presentar en forma indebida pérdidas multimillonarias ligadas a su portafolio de seguros contra cesaciones de pagos (CDS, por sus siglas en inglés). Una vocera de la firma dijo que AIG opina que la acción legal carece de fundamento.

El lunes, AIG reportó una pérdida de US$61.700 millones en el cuarto trimestre, con lo que el saldo en rojo acumulado en 2008 asciende a US$99.300 millones. Sus activos, en tanto, se redujeron de más de US$1 billón (millón de millones) el 30 de septiembre a US$860.000 millones a finales de 2008.

Los problemas de la empresa se han expandido más allá de productos financieros. AIG, por ejemplo, informó que las primas de su filial de seguros en EE.UU. cayeron 22% en el cuarto trimestre frente al mismo período de 2007. AIG planea combinar la división con otros negocios y ofrecer una participación a nuevos inversionistas.

Inversión a largo plazo

El plan original de la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro era desmantelar la firma rápidamente y vender sus partes. La estrategia, sin embargo, fracasó debido a que AIG resultó ser una compañía más complicada de lo que se pensaba y la economía pasó de mal a peor.

Edward Liddy, el presidente ejecutivo designado por el gobierno, atribuyó las pérdidas al delicado estado de la economía durante una conferencia telefónica con inversionistas. "El mercado es un pésimo lugar en estos momentos", señaló Liddy. "Cuando al mundo le da neumonía, nosotros también nos contagiamos", aseveró.

A cambio de las gigantescas inyecciones de efectivo, el gobierno estadounidense ahora posee cerca de un 80% de AIG y sólo obtendrá un retorno sobre esa inversión a largo plazo, en el mejor de los casos. "AIG es ciertamente una lección sobre las cosas que pueden salir mal cuando se nacionaliza", afirma Douglas Elliott, catedrático del centro de estudios Brookings‐ Institution y ex banquero de inversión de J.P. Morgan Chase.

Incluso los mayores detractores de la compañía reconocen que el gobierno ha hecho demasiado como para restarle su apoyo en estos momentos. "Como AIG tiene sus tentáculos en todas partes, tenemos que hacer todo lo que se pueda para sostenerla", dijo el representante demócrata Elijah Cummings, quien ha criticado al equipo de gestión de la aseguradora. "Tenemos que esperar para cuando podamos hacer una pausa y aguantar hasta que la economía mejore un poco y vender las filiales que podamos... con cada hora que pasa, la idea de obtener una ganancia se convierte cada vez más en un sueño".

Los negocios de AIG siguen estando tan entrelazados con la economía mundial y la empresa tiene tantos contratos con tantas instituciones financieras, que el gobierno y la Fed están haciendo todo lo que esté a su alcance para impedir una bancarrota. En realidad, Liddy confirmó que la mayor parte del dinero inyectado en la empresa ha pasado "de AIG a otras entidades financieras".

Durante la conferencia en un momento Liddy trajo a colación un sentimiento que demuestra el delicado estado de salud de la empresa que dirige: "Todavía estamos vivos", sentenció.

Fuente: WSJ