2011/05/27

Por qué no vale la pena invertir en fondos de cobertura

Por Brett Arends

BOSTON (MarketWatch)—La banda de los fondos de cobertura ha vuelto a las andadas.

La crisis ha terminado. Bernie Madoff ya pasó al olvido y el dinero está fluyendo nuevamente.

Según Hedgefund.net, los inversionistas inyectaron US$22.000 millones en fondos de cobertura de toda clase en marzo, el mayor nivel en más de un año. El sector ahora administra una cantidad impresionante de US$2,5 billones (millones de millones), un cinco sextos de los niveles récord alcanzados en 2008.

Son tiempos de bonanza.

El término "fondo de cobertura" genera fuertes sentimientos estos días. Algunos lo odian. Otros lo temen. Otros lo codician. Pero la mayoría parece estar de acuerdo en que estos fondos herméticos y especulativos son emocionantes y dinámicos, y de algún modo contienen el secreto de la riqueza eterna.

Los inversionistas claman por una tajada. Pagarán lo que sea por el privilegio: típicamente 2% de activos al año, más 20% de ganancias, si las hay. Y se considerarán afortunados.

Quienes no pueden entrar van a volver a sentir envidia.

¿Pero cuán buenos son, en verdad, los fondos de cobertura? Detrás del misterio, ¿cuál es la realidad?

Decidí mirar los números.

El sector en general es bastante reservado, pero Hedgefund.net opera unas de las bases de datos más respetadas sobre cifras de desempeño e incluye miles de fondos.

En los últimos cinco años, dice la firma, el fondo de cobertura promedio rindió una ganancia general de 55% para los inversionistas.

Ello abarca toda la gama de estrategias. Incluye fondos largos y cortos, que lucran con las alzas y bajas de los mercados bursátiles. Incluye fondos macroeconómicos globales, que apuestan a grandes tendencias económicas. Incluye fondos de arbitraje de riesgo, fondos de materias primas y futuros administrados, fondos de bonos, y demás.

Suena muy bien, ¿no?

Bueno, decidí comparar ello con un portafolio básico que cualquiera podría tener, alguien como yo o, si me lo permite, como usted.

¿Qué es básico? Opté por la cartera más aburrida que podía crear: una que uno podría armar si fuera completamente ciego a los precios y tasaciones en el mercado y a los acontecimientos en el mundo, y no tuviera ninguna perspectiva sobre el futuro.

Empecé con 60% en acciones, 40% en bonos. Por el lado de las acciones, coloqué dinero en Estados Unidos, las economías avanzadas del resto del mundo y los mercados emergentes aproximadamente en concordancia con su cuota de la economía global en 2006. Por el lado de los bonos no asumí ningún punto de vista sobre la inflación, y dividí el dinero por partes iguales entre bonos comunes y bonos TIPS protegidos.

Luego simplemente reequilibraba la cartera cada trimestre, para mantener la repartición en concordancia con el nivel inicial.

Así de simple. Nada de cosas raras. Dejé de lado al oro, aun cuando algunas personas —como Charles de Vaulx, de International Value Advisors— arguyen que uno debería incluir al menos 5% en una cartera básica.

Usé Lipper Horizon, un servicio de Thomson Reuters, para seguir el desempeño.

En el curso de cinco años, esa cartera aburrida produjo una rentabilidad de 32%, comparado con 55% para el fondo de cobertura promedio.

Entonces los fondos de cobertura ganan, ¿no es así?

Bueno, no exactamente.

Primero, el desempeño "promedio" de un fondo de cobertura está muy distorsionado por algunos grandes valores atípicos, de la misma manera en que usted, Bill Gates y yo tenemos una fortuna neta "promedio" de alrededor de US$10.000 millones.

Quizá el fondo de cobertura "mediano" sea la mejor cifra. Ella es la que se obtendría si uno los alineara del mejor al peor y escogiera el que está en el medio. Es el desempeño del fondo más típico.

Durante los últimos cinco años, el fondo de cobertura mediano tuvo una ganancia más modesta de 41%.

Eso es mucho menos de 55%.

Pero es mejor que 32%, ¿no?

No exactamente.

De hecho, cerca de dos quintos de los fondos de cobertura tuvieron un rendimiento inferior al del portafolio básico. He aquí el mayor problema.

Los fondos de cobertura vienen y van. Los gestores hacen grandes apuestas. Si dan resultado, ganan mucho dinero. Si se equivocan, cierran la operación y siguen con su vida. Como lanzando una moneda: ganan con caras y si sale sello vuelven a lanzar la moneda. Hay mucho movimiento en la industria de los fondos de cobertura.

Y ese revuelo no se ve reflejado en los datos de rendimiento de la industria. Eso es porque los que cierran operaciones se van y desaparecen de los centros de datos. Sus cifras de rendimiento no se calculan con las de las historias de éxito.

¿Y esos grandes números de los que oye hablar? Sólo incluyen a los sobrevivientes.

Así que, por ejemplo, ese retorno de 41% es el rendimiento mediano de unos 1.400 fondos contabilizados en los últimos cinco años.

Sin embargo, advierte Hedgefund.net, muchos más fondos salieron de las estadísticas en ese mismo lapso.

¿Cuántos? Calcule unos 3.000.

No es broma. El doble. Desaparecidos totalmente del radar.

Un día, un fondo está apostando a lo grande con dinero prestado. Al día siguiente, Lehman Brothers implosiona, los mercados de vuelven locos y el gestor de fondos deja de responder el teléfono.

Quizá salió del radar porque le estaba yendo muy bien. No sé. Nadie sabe. ¿Usted qué cree?

Si la mayoría de los que se retiraron lo hicieron porque les fue mal, lo que parece una suposición razonable, los promedios reales de la industria son mucho peores que lo que la gente piensa.

Hice algunos cálculos. Según mis números, el fondo desaparecido mediano tendría que haber producido un retorno de al menos 21% sólo para mantener el promedio general de la industria en línea con el portafolio de inversión básica.

Dije 21%. Entre los fondos que cerraron.

¿Qué posibilidades hay de que haya sido así? No muchas. Incluso a un cuarto de los sobrevivientes le fue peor.

En conclusión: las posibilidades tienen que ser abrumadoras de que al fondo de cobertura típico le fue peor, mucho peor, en los últimos cinco años, que al portafolio básico. ¿Pero y si miramos a 10 años?

Según Hedgefound.net, 75% de los fondos que existían en 2001 había desparecido en el camino. Sólo 535 llegaron al final de 2.229 que empezaron.

De acuerdo con mis números, aquellos que salieron de la carrera tendrían que haber producido rendimientos de cerca de 60% para mantenerse a la par de los números generales de la cartera básica.

Incluso un quinto de los sobrevivientes no lo logró.

Es tiempo de que el término "fondos de cobertura" pierda su aura de misterio. ¿Envidia por los fondos de cobertura? No vale la pena. Si aún quiere hacer dinero con estos fondos, hay una manera de lograrlo.

Múdese a Greenwich, Connecticut, y venda bienes raíces.

2011/05/26

La crisis griega vuelve a dividir a Europa

Por Charles Forelle, en Bruselas, y Brian Blackstone en Fráncfort

Una brecha cada vez más amplia entre los líderes europeos sobre cómo resolver los problemas financieros de Grecia e impedir su propagación alimenta los temores de que la crisis de la deuda soberana del continente está entrando en una etapa nueva y peligrosa.

La disputa, que enfrenta al Banco Central Central Europeo (BCE) contra Alemania y otros gobiernos de la zona euro, gira en torno a una pregunta que está en el centro de una crisis que se ha prolongado durante 18 meses: ¿Hasta qué extremos están dispuestos a llegar los miembros más pudientes de la zona euro para mantener intacta la integridad del bloque?

El asunto es si Grecia, apenas un año después de recibir 110.000 millones de euros (US$155.000 millones), debería ser forzada a entrar en cesación de pagos o si Europa debería entregar más ayuda. Al BCE le preocupan las consecuencias que una reestructuración de la deuda griega, por tímida que sea, podrían tener en Irlanda y otras economías periféricas. Mientras tanto, los líderes de las economías más fuertes del bloque, principalmente Alemania, temen el costo político de rescates adicionales.

Los funcionarios del BCE reforzaron el martes su postura de línea dura contra cualquier tipo de incumplimiento de pagos por parte de Grecia. El presidente del Banco de Francia, Christian Noyer, calificó tal perspectiva como "un escenario de terror", a pesar de que algunos ministros de Finanzas europeos parecían más dispuestos a una modesta reestructuración de la deuda griega.

La calificadora de riesgo estadounidense Moody's Investors Service lanzó, por su parte, una fuerte advertencia contra la reestructuración de deuda. Moody's dijo que cualquier incumplimiento de pagos por parte de Grecia probablemente estropearía el crédito del país por un lapso prolongado podría hacer que los bancos griegos cayeran en cesación de pagos y le complicaría la vida a otros países débiles de la zona euro, que tendrían dificultades para evitar que su deuda fuera rebaja al grado de "chatarra".

El desenlace en Grecia podría tener un impacto significativo en Irlanda, que también fue forzada a solicitar un rescate el año pasado. El gobierno irlandés no está tan endeudado como el de Grecia, pero su sistema financiero es frágil y los temores a una reestructuración de deuda podrían desatar una nueva crisis.

En el centro de la discordia entre los líderes europeos está una emergencia práctica, qué hacer si Grecia se vuelve a quedar sin dinero. Existe un amplio acuerdo en Europa en que los 110.000 millones de euros entregados el año pasado no serán suficientes para que Grecia cumpla sus compromisos hasta el próximo año. Pero no hay prácticamente ningún acuerdo sobre cómo cubrir la brecha.

Bajo una intensa presión política, los líderes de las economías más fuertes de Europa son muy renuentes a firmar otro cheque. Eso, temen muchos, pondría la zona euro demasiado cerca de una unión fiscal, en la cual los países fuertes no tienen más alternativa que financiar a los débiles. Alemania y sus aliados quieren, en cambio, que Grecia y otros países débiles saneen sus finanzas mediante recortes de gastos y reestructuraciones de deuda.

La postura del BCE, sin embargo, es que la brecha financiera de Grecia debe ser financiada por el resto de los países de la zona euro una vez que Atenas haya agotado todas las alternativas para reducir su presupuesto y privatizar activos, y no a través de la demora o la reducción en los pagos a los acreedores.

Pero varios ministros de Finanzas clave, como el alemán Wolfang Schäuble y la francesa Christine Lagarde, han dejado la puerta abierta al denominado "reperfilamiento" de la deuda de Grecia. En ese escenario, se les pediría a los acreedores privados de Grecia que acepten que se les devuelva menos de lo esperado, para ayudar a Grecia a cubrir sus agujeros fiscales en 2012 y 2013.

Un "reperfilamiento" de esta naturaleza disminuiría —o en un escenario optimista eliminaría, la necesidad de que los gobiernos europeos lleven a cabo un segundo rescate. Un "reperfilamiento" implicaría que los acreedores privados compartan la carga con los contribuyentes.

Desde que comenzó la crisis de la deuda a comienzos de 2010, casi todos los funcionarios europeos sostuvieron firmemente que una cesación de pagos en la zona euro —de cualquier tipo— era impensable. Los líderes nacionales temían una humillante pérdida de prestigio y un golpe a la confianza en la región. Funcionarios del BCE velaban por la salud de los frágiles bancos del continente, que no estaban preparados para sufrir pérdidas de gran magnitud, podrían sufrir un colapso cataclísmico.

Pero a medida que los líderes europeos enfrentan las consecuencias de esa posición, es decir que si quieren impedir una cesación de pagos deben estar dispuestos a llevarse la mano al bolsillo- han retrocedido.

Schäuble fue uno de los primeros políticos clave que sugirió un reperfilamiento. Lagarde se le sumó posteriormente, al igual que primer ministro luxemburgués Jean-Claude Junker.

El BCE, en todo caso, no cede. "Si se considera el estrecho interés del BCE, posiblemente no hay mejor opción que hacer que la totalidad de la carga sea asumida por las autoridades fiscales, los contribuyentes griegos y los de la zona euro", en lugar de los bancos que tienen deuda griega, dice Sony Kapoor, director ejecutivo de Re-Define, un centro de estudios económicos de Bruselas.

2011/05/25

Varios fondos de pensiones acusan a Bank of New York Mellon de engañarlos en corretaje de divisas

Por Carrick Mollenkamp y Tom McGinty

Bank of New York Mellon Corp. enfrenta acusaciones de que se aprovechó de clientes mientras hacía corretaje de divisas. Un análisis de Wall Street Journal de más de 9.400 negociaciones que procesó el banco en la última década para un fondo de pensiones de Los Ángeles podría proveer munición a sus críticos.

BNY Mellon tasó 58% de sus negociaciones de monedas dentro de un 10% de la banda de negociación de cada día que era menos favorable para el fondo, muestra el análisis. Por ello, las negociaciones costaron al fondo de pensión –Los Angeles County Employees Retirement Association, la asociación de retiro de empleados del condado de Los Ángeles—, US$4,5 millones más que si la negociación promedio ocurriera en el medio de la banda de negociación para cada día, mostró el análisis.

Un portavoz de BNY Mellon confirmó la exactitud de los datos y dijo que los empleados del banco "tienden" a tasar las negociaciones cambiarias a un extremo de las bandas de negociación "interbancarias", las tasas a las cuales grandes bancos como BNY Mellon compran y venden monedas. Pero el banco dijo que no había nada impropio acerca de la práctica. Dijo que clientes como el fondo de pensión de Los Ángeles sabían —o deberían haber sabido— que el banco no actúa en sus intereses cuando tasa las negociaciones.

El fondo de Los Ángeles está en desacuerdo. En enero dijo en una carta a BNY Mellon que el banco era su fiduciario, por lo que debería haber velado por los intereses del fondo y ofrecido su "mejor ejecución", o el mejor precio posible. El fondo adujo que BNY Mellon había usado un "sobreprecio oculto " en negociaciones de monedas y tenía el deber de "no tener ganancias ocultas" a expensas del fondo. El banco dice que cumplió con su acuerdo escrito con su cliente. Desde entonces el fondo ha dejado de usar el banco para ciertas negociaciones de divisas.

En los últimos meses se ha generado controversia sobre si bancos "custodios" como BNY Mellon, que administran títulos valores y se encargan de tareas de apoyo para inversionistas institucionales, están facturando excesivamente a fondos públicos de pensiones por negociar en el mercado de divisas, el cual mueve US$4 billones (millones de millones) por día. Un grupo de denunciantes ha entablado una demanda contra BNY Mellon en Virginia y Florida, y al rival State Street Corp. en California, acusándolos de tasar indebidamente las negociaciones de divisas para fondos de pensión estatales y locales.

Los fiscales generales de dichos estados han hecho propias las demandas de denunciantes y organismos federales también están investigando. Este mes, State Street dijo en un documento presentado a los reguladores que la Comisión de Valores y Bolsa de EE.UU. (SEC) estaba investigando las transacciones de divisas del banco de Boston para fondos de pensiones.

Ambos bancos rechazan las acusaciones y dicen que están cooperando con las investigaciones.

La facturación justa, o no, de los fondos públicos de pensiones en última instancia afecta el valor de carteras de inversión que administran para los participantes, entre ellos docentes, policías, bomberos, trabajadores de salud mental y jubilados.

El Journal usó un pedido de archivos abiertos para obtener registros de negociación de monedas para el fondo de Los Ángeles, que administra US$33.000 millones en activos de pensiones para 156.000 empleados actuales y jubilados. El Journal analizó negociaciones que involucraban al euro, el yen japonés, la libra esterlina y el dólar australiano, comparando tasas de transacción con los máximos y mínimos diarios de las tasas interbancarias provistas por Thomson Reuters. A dichas tasas compran y venden divisas bancos globales como BNY Mellon.

Las negociaciones de monedas en disputa en el caso del fondo de pensión de Los Ángeles se llaman "indirectas". En un contrato indirecto, los clientes permiten que los bancos administren las negociaciones. (Alternativamente, los fondos podrían negociar sus propias operaciones cambiarias, potencialmente obteniendo una mejor tasa, pero ello requiere de personal y tecnología).

El portavoz de BNY Mellon dice que el banco ofrece "tasas atractivas y favorables" a fondos de pensión como el de Los Ángeles, el cual, dice, no necesariamente tiene derecho a la tasa interbancaria, a la que negocia BNY Mellon.

El análisis del Journal mostró que la tasación de BNY Mellon para el fondo en operaciones mayores, superiores a US$1 millones también tendía a la tasa menos favorable. Más de 54% de 287 de tales negociaciones grandes estaban tasadas dentro del 10% peor de la banda entre los máximos y mínimos del día, muestran los datos.

Las demandas entabladas en Virginia y Florida por un grupo de denunciantes legales acusan al banco de falsificar tasas cambiarias para beneficiar al banco. Las querellas dicen que después de que BNY Mellon recibe un pedido electrónico de un fondo de pensión, el banco ejecuta una contratación cambiaria.

Las querellas aducen que en vez de dar al fondo de pensión un precio basado en el momento del día en que se ejecutó la negociación, las mesas de transacción bancaria eligen una tasa cambiaria después del hecho, habitualmente una cercana a la peor del día para el cliente. Las demandas aducen que el banco se embolsaría la diferencia entre el costo de las negociaciones reales y las "tasas cambiarias falsificadas" cobradas al fondo.

2011/05/24

Las dudas en torno a Europa y China derriban los mercados

Por Tom Lauricella, Alex Frangos y Jonathan House

Los mercados globales de acciones y materias primas se desplomaron el lunes en medio de las crecientes inquietudes acerca del crecimiento económico en China y nuevos problemas para los países más endeudados de Europa.

Los movimientos del lunes y del último mes han erosionado el optimismo que los inversionistas exhibían al comenzar el año sobre la fortaleza de la recuperación global tras la crisis financiera de 2008. Ahora, impera una sensación de frustración ante la dificultad de resolver problemas como el de la deuda griega.

"Es muy difícil divisar una salida de esto", señaló Gabriel Stein, director de Lombard Street Research en Londres. Stein comparte la postura de numerosos inversionistas quienes creen que Grecia tendrá que reestructurar su deuda, pero temen que eso desate un período de inestabilidad en los mercados.

"Los inversionistas no pueden obtener ningún tipo de resolución. No hay ninguna razón atractiva para comprar acciones a largo plazo cuando una situación como esta resurge una y otra vez", dijo Jason Weisberg, vicepresidente ejecutivo de Seaport Securities.

El cambio de ánimo dejó a las bolsas de Asia y Europa en territorio negativo y disminuyó los avances en los principales índices de Estados Unidos, donde los precios de las acciones cuentan con el respaldo de las robustas ganancias empresariales. Las inquietudes en otras partes del planeta fueron suficientes para derribar el lunes al Promedio Industrial Dow Jones, que cayó 1,05%, 130,78 puntos, para cerrar en 12.381,26 unidades. El indicador ha descendido 3,4% en lo que va del mes.

[mercados]

El Índice Hang Seng, de Hong Kong, que el lunes retrocedió 2,1%, acumula una caída de casi 6% en el último mes. El índice Compuesto de Shanghai, de China, cedió casi 3% el lunes y ha retrocedido más de 1% en lo que va del año. A su vez, el índice Stoxx 600, que agrupa a las principales compañías europeas, bajó 1,7% el lunes mientras que el FTSE 100, de la Bolsa de Londres, se hundió 1,89%. Ambos registran una caída en lo que va del año.

El euro se llegó a cotizar por debajo de US$1,40 el lunes, su menor nivel en dos meses, antes de recuperarse a US$1,4049 durante la jornada. La divisa europea, que subió con fuerza entre mediados de enero y finales de abril, ha retrocedido más de 5% este mes contra el dólar. Los inversionistas enfilaron hacia la seguridad de la deuda de EE.UU. y Alemania y vendieron deuda soberana de países como España, Italia e Irlanda.

Los movimientos del lunes fueron atizados por un flujo constante de malas noticias.

Standard & Poor's redujo el viernes la perspectiva de la deuda gubernamental de Italia, de US$1,9 billones, a negativa. La firma de calificación de riesgo mencionó las magras perspectivas de crecimiento y los obstáculos que enfrenta la agenda de reformas económicas a la hora de justificar la decisión.

El domingo, el gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sufrió una derrota aplastante en las elecciones municipales del fin de semana. El revés plantea interrogantes acerca de la capacidad del gobierno encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero para seguir adelante con las reformas de la cuarta economía de la eurozona y evitar un rescate internacional.

Para la tarde del domingo en Nueva York, sin embargo, el foco de atención se había desplazado a la otra parte del planeta conforme nuevos datos generaron preocupaciones sobre el crecimiento de China, una economía estrechamente vinculada a la de otros países asiáticos.

Una lectura preliminar de un índice de HSBC de gerentes de compras para China alcanzó en mayo su menor ritmo en 10 meses. El índice, que marcó 51,1, aún refleja una expansión económica, pero ha caído por debajo de su promedio de largo plazo.

En EE.UU., las encuestas realizadas entre empresas la semana pasada también apuntaron a una merma en la actividad industrial. Los pedidos de exportaciones de abril de Taiwán y los volúmenes de carga del aeropuerto de Hong Kong, el centro de carga aérea más activo del mundo, también apuntan a una desaceleración moderada del comercio.

Esta racha de noticias negativas se produce en un momento clave para los mercados financieros, que aguardan el fin del programa de compra de bonos por US$600.000 millones de la Reserva Federal de Estados Unidos, una iniciativa que, en opinión de muchos, ha ayudado a apuntalar los precios de las acciones y las materias primas durante los últimos seis meses.

Al mismo tiempo, Japón aún está pugnando con las consecuencias del devastador terremoto y subsiguiente crisis nuclear, haciendo que los inversionistas se apresuren a reducir sus expectativas de un entorno económico favorable en 2011.

La pregunta en la mente de los inversionistas es si los mercados emergentes y China, en particular, pueden lograr un aterrizaje suave, es decir contener las presiones inflacionarias sin caer en una recesión.

A pesar del repliegue en muchos mercados, la mayoría de los inversionistas espera que China se siga expandiendo a un ritmo muy superior al de las grandes economías desarrolladas.

"Es prematuro concluir que va a haber una desaceleración de proporciones", dijo David Rolley, gestor de portafolio del grupo de bonos globales de la administración de fondos de Boston Loomis Sayles.

Fuente: WSJ

2011/05/23

¿Puede el yuan convertirse en moneda de reserva internacional?

Por Avedis Hadjian

¿Se convertirá el yuan en la moneda de reserva internacional? Conforme China avanza a pasos agigantados rumbo a convertirse en la mayor economía del mundo, ya ocupa el segundo lugar detrás de Estados Unidos, es legítimo preguntarse si su moneda, el renminbi o yuan, asumirá el papel que hoy tiene el dólar en el sistema financiero.

La interrogante reviste especial relevancia para América Latina debido a los crecientes vínculos comerciales con el gigante asiático, dijeron los expositores en un reciente foro realizado en Nueva York sobre las implicaciones para América Latina de la internacionalización del yuan.

"Entre 1997 y 2007, el comercio chino con América Latina se multiplicó por diez veces hasta US$102.000 millones, convirtiendo a China en el mayor socio comercial de la región después de Estados Unidos", dijo Julio Rojas, presidente ejecutivo entrante de Standard Chartered Bank para las Américas, en la presentación en el Consejo de las Américas. En el caso de Brasil, la mayor economía de la región, China ya desplazó a EE.UU. al segundo lugar en el intercambio comercial.

Ilan Goldfajn, economista jefe de Itaú Unibanco, el mayor banco privado de Brasil, dijo que la inversión extranjera directa de China en América Latina se ha disparado de US$2.700 millones al comienzo de la década a US$59.000 millones. "No hay dudas que las regiones se complementan", manifestó.

El caso de dos empresas brasileñas es emblemático.

Las ventas de mineral de hierro de la minera brasileña Vale S.A. a China aumentaron 10% interanual en el último trimestre. El 41,4% de las ventas totales de mineral de hierro de Vale en el trimestre se destinó a China, un mercado que representó 29,7% de los ingresos totales de la minera.

A su vez, el fabricante de aviones Embraer S.A. recibió un encargo de compañías chinas por US$1.500 millones, un acuerdo anunciado en la cumbre de los presidentes de ambos países, Hu Jintao y Dilma Rousseff, que tuvo lugar en abril en China.

La tendencia a la internacionalización del yuan ya está en marcha, notaron los expositores del foro. La pregunta, entonces, no es tanto si ocurrirá la internacionalización del yuan, sino cuándo y en qué medida. Como señaló Rojas, en el último trimestre China usó el yuan para 7% de su comercio. En julio de 2009, la balanza de pagos comerciales en su propia moneda era de apenas 0,1%, indicó Neil Daswani, jefe de transacciones bancarias para el nordeste de Asia de Standard Chartered. Ello por sí solo, empero, no es suficiente para que el yuan se internacionalice, agregó Daswani.

Los expositores concordaron en que deben cumplirse una serie de requisitos antes de que el yuan se convierta en una moneda de reserva internacional a la par del dólar.

Ilan Goldfajn, el economista jefe de Itaú Unibanco, resaltó que una de las condiciones para que la moneda de un país se convierta en moneda de reserva era "ser creíble" y destacó la credibilidad del Tesoro de Estados Unidos en el apogeo de la crisis financiera mundial de 2008, cuando los inversionistas buscaron refugio en la seguridad de la deuda soberana estadounidense, aun con tasas de reserva negativas.

Joseph Leahy, corresponsal jefe del Financial Times en Brasil, reconoció que hay un aire "de inevitabilidad" en torno de la internacionalización del yuan, pero advirtió que "tienen que ocurrir muchas cosas" antes de la internacionalización del yuan. En especial, dijo, "China tendrá que desarrollar el mercado de inversiones para que el yuan se convierta en moneda de reserva".

Goldfajn observó que en la canasta de monedas de reserva del Banco Central do Brasil no había yuanes. "No puedes tener 50% de tu comercio con China y no tener yuan", dijo y contó que estuvo preguntando a presidentes ejecutivos de empresas brasileñas en una reciente recepción si iban a comenzar a negociar en yuanes. Todos invariablemente contestaban, "¿Qué?"

Fuente: WSJ