2009/03/13

Torbellino en el Este

por José Carlos Díez. Economista Jefe de Intermoney

La crisis financiera ha ido mutando y ahora son los países emergentes los que están sufriendo sus consecuencias. Aunque los países afectados se reparten por los cinco continentes, es en la Europa del Este donde el contagio está siendo más generalizado.

A continuación se va a analizar las causas del contagio y las implicaciones para los países afectados e indirectamente para la Eurozona. Aunque se hace mucho énfasis en la elevada exposición de los bancos europeos en la zona, estos países han sido uno de los mayores polos de atracción de nuestras exportaciones, especialmente alemanas, por lo que nuestras empresas industriales están sufriendo intensamente el ajuste.

Una crisis de balanza de pagos clásica
Aunque en el área está Rusia y las antiguas repúblicas soviéticas que producen petróleo y gas, los países con mayor exposición para la Eurozona son los nuevos integrantes de la UE 27. Estos países son energéticamente dependientes, por lo que el aumento de los precios de las materias primas ha deteriorado su relación de intercambio y ha tenido un impacto muy negativo sobre sus déficits por cuenta corriente.

Gráfico 1: evolución frente al euro divisas Europa del Este Fuente: Bloomberg (3-3-09). Base 100: 01/01/2008.
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Gráfico 1: Evolución divisas Europa del Este vs. euro
Fuente: Bloomberg (3-3-09). Base 100: 01/01/2008.

Estos países se vieron muy beneficiados por las reformas que acometieron para entrar en la UEM y han recibido intensos flujos de inversión extranjera, tanto para localizar su producción y aprovechar sus ventajas comparativas en costes, como inversión inmobiliaria. Los flujos apreciaron sus divisas y eso atrajo la inversión en cartera, que tiene un carácter más especulativo e inestable. En el gráfico se puede observar como estos países actuaron como activos refugio desde que comenzó la crisis en el verano de 2007 hasta el verano de 2008. Desde entonces, las cotizaciones de sus divisas se han desplomado.

El problema surgió porque la fuerte creación de empleo derivada de la inversión extrajera activó un boom de demanda interna y la apreciación de sus divisas coincidió con la Edad de Oro del crédito mundial, lo cual incrementó los incentivos para endeudarse en moneda extranjera. Los tipos de financiación en euros o francos suizos eran inferiores a los domésticos y la apreciación de sus divisas reducía el servicio de la deuda.

Esta estrategia es lo que se denomina "estructura de financiación invertida", ya que cuando la economía se encuentra en su fase expansiva reduce el coste de servicio de la deuda, pero cuando entra en recesión lo aumenta. El efecto es procíclico, intensificando los desequilibrios en la expansión y el ajuste en la recesión.

Gráfico 2: exposición de la banca a Europa del Este Fuente: BRI y Barclays Capital (Febrero de 2009

Gráfico 2: Exposición de la banca a Europa del Este
Fuente: BRI y Barclays Capital (febrero de 2009)

La banca local había comercializado en la red minorista hipotecas en divisas y había obtenido la financiación de bancos de la Eurozona. En el gráfico 2 se puede observar los bancos de la UEM que están más afectados. El problema para los bancos locales es que sus pasivos en moneda local se incrementan en la misma proporción que la depreciación de la divisa, en el momento en el que la economía entra en recesión y comienza a destruir empleo, por lo que la morosidad impedirá hacer frente a la deuda contraída.

Conclusiones
Las perspectivas para el área son muy negativas. Los países menos afectados serán Polonia y, sobre todo, República Checa, pero Bulgaria, Rumanía y Hungría son firmes candidatos a sufrir una depresión económica este año con caídas del PIB de dos dígitos. Todo dependerá de la intensidad de la restricción de crédito que está condicionada a su capacidad para refinanciar su deuda externa.

En este sentido, es urgente que la UE articule un plan financiero para aliviar las tensiones de liquidez. Sería más eficiente que los planes de ayuda los gestionara el FMI, que tiene la experiencia y el personal adecuado para hacerlo, y que la UE sea la que financie el plan. Ésta fue la misma situación que se produjo en la crisis de Méjico de 1994, en la que EEUU financió la mayor parte del Plan.

En la actual situación del sistema bancario europeo, ninguna de las entidades afectadas está en condiciones de poder absorber un impago de la deuda externa de estos países y el riesgo sistémico obliga a intervenir. El país más afectado es Alemania y debería liderar el Plan de Ayuda en el próximo Consejo de la Unión. Los bancos alemanes han declarado una pequeña exposición directa, pero tiene una exposición indirecta elevada con los bancos austriacos y suecos. Además, será el país que más sufra el frenazo de las exportaciones derivado de la caída de su demanda doméstica y primer candidato a sufrir los efectos de la emigración en los próximos años.

Fuente: Expansión