2009/03/09

Los inversores bajistas atacan los cimientos de la banca española

por Carmen Rosique

¿Es lícito ganar dinero aunque sea a costa de la solidez del sector financiero? Hubo una época en la que ganar dinero en bolsa era relativamente fácil y suponía una explosión de alegría en el mercado. Ahora el cuento ha cambiado.

La bolsa respira un día y sufre cuatro de penitencia. Los inversores que ganan dinero a espuertas son los que adoptan estrategias bajistas y eso no está tan bien visto. Últimamente proliferan sus ataques a los bancos españoles. Ayer, BBVA, Santander, Sabadell y Popular sufrieron otra oleada.

Una parte del mercado cree que es lícito intentar ganar dinero con todas las estrategias legales permitidas y las ventas a corto, como se conocen las apuestas bajistas, lo son. Pero esta teoría tiene muchos detractores, entre los que hay cotizadas que asisten al desplome de su valor sin que consideren que hay razones fundamentales que lo justifiquen. Algunas, como Mapfre, contraatacan con un plan de recompra de acciones propias para defenderse del ataque.

Muchas entidades aseguran que han mostrado su preocupación a la CNMV y reclaman una intervención porque consideran que hay grandes inversores que no juegan limpio: estarían tumbando el precio intencionadamente con informes y rumores catastrofistas por parte de firmas de inversión extranjeras. Es decir, habría manipulación.

En esta línea se situó el sindicato de servicios financieros Comfia, de CCOO, la semana pasada. Solicitó a la CNMV la prohibición temporal de las operaciones a corto al considerar que la operativa de los hedge funds distorsiona el valor de las empresas y ataca a su solvencia.

Una decisión consensuada
Los responsables del supervisor han dejado claro en sus últimas intervenciones que no harán nada fuera de la decisiones coordinadas que se adopten en Europa. El supervisor español decidió en septiembre que, a diferencia de otros supervisores, como el británico o el estadounidense, no iba a prohibir las ventas a corto. Sólo obliga , desde entonces, a comunicar variaciones que superen el 0,25% del capital de una financiera cotizada.

El presidente de la CNMV, Julio Segura, ha asegurado en varias ocasiones que acertaron con la decisión, ya que donde se prohibieron las ventas a corto no se evitó el desplome de las cotizaciones. Según dijo en su intervención en el VIII Congreso Nacional de Economía, el pasado noviembre, “prohibirlas habría generado problemas para el funcionamiento regular de los mercados, los creadores de liquidez y la cobertura normal de ciertos riesgos”. Otras cotizadas, no financieras, critican que no sea una medida que afecte a todas porque les deja en inferioridad de condiciones.

“Gran parte del volumen que se está negociando en bolsa es de posiciones bajistas manejadas por inversores institucionales extranjeros”, aseguran desde una entidad para explicar lo fácil que resulta ahora hundir las cotizaciones.

El caso más sangrante es el que sufren los bancos, cuyas cotizaciones han retrocedido a niveles de años atrás (1997 en el caso de BBVA y Popular) acosados por las apuestas bajistas. Pero en este caso, desde distintos frentes del mercado alertan que está en juego la confianza sobre los bancos españoles.
Distintas fuentes financieras advierten que esta operativa bursátil no se puede descontrolar porque si derrumba las cotizaciones de los bancos puede crear una crisis de confianza en las entidades. Esto no sólo cala en los pequeños accionistas, que desmoralizados acaban por vender en el peor momento.

Puede afectar a los clientes, que preocupados por el desplome en bolsa del banco duda de la solvencia de la entidad y decide retirar sus depósitos. “Puede hacer pensar que el banco tiene problemas y desatar el pánico entre los clientes”, apunta el directivo de una sociedad de valores. Algunas entidades aseguran que es preocupante que en una sola sesión los hedge fund han llegado a mover el 90% de las operaciones sobre varios bancos.

El miedo en cadena sería difícil de controlar. “Hay que prohibir las ventas a corto porque están jugando con la confianza sobre el sistema financiero”, aseguran desde una firma de inversión.

Desde otra entidad añaden que el ataque bajista torpedea a muchas pymes españolas, que utilizaron acciones como garantía sobre préstamos. Conforme éstas pierden valor tienen que aportar garantías nuevas y en un momento de restricción del crédito están asfixiados.

Diferente rasero
Respecto a la poca efectividad que ha tenido en otros países la prohibición, desde el sector financiero español aseguran que su caso es diferente al de otros europeos porque ninguna entidad cotizada está en la situación crítica que se ha vivido en otros países, que la situación no es extensiva. “Seguimos obteniendo beneficios, repartiendo dividendos y somos muy sólidos”, afirman desde un banco.

Otros expertos apuntan que en esto de la operativa bajista hay algo muy importante que hay que controlar: los movimientos que hacen muchos bancos de inversión y depositarios. Sospechan que para realizar estas apuestas bajistas se están prestando entre ellos acciones de sus clientes (propietarios de títulos) sin que tengan conocimiento de ello.

Esto implica que aunque se prohibieran las ventas a corto en España podrían realizarse apuestas bajistas encubiertas. Por eso reclaman más control de la CNMV de los movimientos de préstamo. Además, se pueden adoptar estrategias bajistas con otras fórmulas, como vía derivados, por lo que no se arregla el problema. Los nervios están a flor de piel.

Fuente: Expansión