2009/02/12

Wall Street critica la propuesta de un 'fondo tóxico'

Por Peter Lattman, Scott Patterson y Serena Ng, en Nueva York

Las firmas de capital privado, los fondos de pensión y otros inversionistas, todos necesarios para poner en marcha los planes del gobierno estadounidense de comprar activos tóxicos de grandes bancos, han expresado su frustración respecto a la escasez de detalles que ha dado el secretario del Tesoro Timothy Geithner en el anuncio del programa.

Algunos inversionistas dicen que el programa, llamado Fondo de Inversión Público-Privado, probablemente será demasiado pequeño para estimular las compras de valores respaldados por hipotecas impagas y otros activos. Otros inversionistas se quejan de que el plan es demasiado vago y que por eso, de momento, preferirán quedarse al margen.

Los planes prevén que el fondo de inversión "ofrezca capital y financiación estatal para ayudar a apalancar el capital privado y, de esta forma, poner en marcha nuevamente los mercados privados", declaró Geithner el martes. "Estamos explorando una serie de estructuras distintas para el programa", dijo, agregando que el gobierno ofrecerá hasta US$1 billión (millón de millones) en financiación a los inversionistas privados.

Bajo una de las posibilidades en consideración, el gobierno estadounidense y los inversionistas privados inyectarían las mismas cantidades de capital, según fuentes al tanto. Luego, la Reserva Federal (Fed) otorgaría préstamos al fondo de inversión, posibilitando que aumente sustancialmente su poder de compra. Cualquier rendimiento sería repartido entre los contribuyentes e inversionistas.

"Cualquier cosa que el gobierno pueda hacer para restaurar niveles moderados de apalancamiento sería favorable para la economía", escribió en un email Michael Vranos, gerente de Ellington Capital Management LLC, uno de los mayores fondos de cobertura de hipotecas.

Durante los últimos 18 meses, las instituciones financieras han luchado para determinar cómo valorar activos en problemas en sus balances en medio de la paralización de los mercados. Dichos activos incluyen valores respaldados por hipotecas de alto riesgo, tanto residenciales como comerciales, préstamos al sector de bienes raíces ligados a hoteles y edificios de oficinas, y deuda corporativa emitida para financiar compras apalancadas de compañías que ahora están al borde de una cesación de pagos.

La tambaleante economía y el declive de los precios de inmuebles han dificultado aún más la tarea de definir cuánto valen estos activos. Al mismo tiempo, el congelamiento del flujo de nuevos valores respaldados por activos ha resultado en una cantidad muy pequeña de valores que se puedan usar para evaluar activos más antiguos con características similares. Los esfuerzos del gobierno para modificar las hipotecas en problemas están desconcertando a los inversionistas que intentan predecir los pagos en efectivo en grupos de valores respaldados por hipotecas.

"La incertidumbre que el gobierno ha creado ha hecho casi imposible determinar el precio de muchos valores", dice Douglas Dachille, presidente ejecutivo de la firma de gestión de fondos First Principles Capital Management en Nueva York.

Grandes firmas de capital privado como Carlyle Group y Blackstone Group, que gestionan fondos multimillonarios, están interesadas en comprar las clases de activos que están en la mira del nuevo programa del Departamento del Tesoro, según fuentes cercanas a estas empresas. Sin embargo, dada la naturaleza arriesgada de los activos, probablemente preferirán esperar hasta que esté más claro que el gobierno proveerá suficiente respaldo financiero.

Otros compradores potenciales están sufriendo demasiados apuros financieros por su cuenta para poder inyectar más dinero en activos tóxicos. "Imagino que las aseguradoras optarán por limitar su exposición a estos activos tóxicos y muchas de ellas quizás dejarán pasar la oportunidad", anticipa Robert Hartwig, director del Instituto de Informaciones de Seguros, una entidad que representa al sector.

Fuente: WSJ