2009/02/09

Aumenta la presión para aprobar el paquete de estímulo

Por Greg Hitt y Jonathan Weisman
Washington

Los demócratas del Senado estadounidense se sienten confiados de poder llevar la propuesta de un nuevo paquete de estímulo económico por US$827.000 millones a una votación para principios de esta semana. Esto sienta las bases para nuevos enfrentamientos a medida que los líderes demócratas del Congreso y la Casa Blanca tratan de conciliar los proyectos rivales de la Cámara de Representantes y el Senado.

Tras cerrar un acuerdo el viernes a última hora con tres republicanos moderados para esbozar una versión más modesta del paquete de rescate, los senadores demócratas, que controlan la cámara con una mayoría de 58 contra 41 escaños, están convencidos de que podrán alcanzar los 60 votos que necesitan para cerrar el debate hoy. Si la propuesta se aprueba, el paquete tendría que ser ratificado el martes por una votación en el Senado.

Similitudes y diferencias

El plan del Senado y el de la Cámara de Representantes (de US$819.000 millones) tienen aproximadamente el mismo tamaño e incluyen recortes de impuestos similares dirigidos tanto a individuos como empresas, como las propuestas para ayudar a compañías a que reciban deducciones sobre los impuestos que pagaron en años anteriores. Los planes también contemplan grandes incrementos en el gasto fiscal, en los beneficios de desempleo, asistencia alimentaria para los más pobres e inversiones en proyectos de infraestructura, como construcción de puentes y carreteras, entre otras cosas.

Sin embargo, los paquetes del Senado y la Cámara difieren y en ciertas áreas tienen prioridades distintas. Por ejemplo, la propuesta del Senado otorgaría US$40.000 millones menos a los estados para impulsar su inversión en programas como seguros médicos para los pobres y eliminaría US$16.000 millones de un programa de la Cámara para renovar y reconstruir escuelas.

A su vez, el Senado aboga por dos costosas pero populares deducciones tributarias que no están incluidas en el paquete de la Cámara. Unos US$11.500 millones en el plan del Senado estimularían la venta de autos al permitirles a los compradores deducir impuestos locales por la compra y sobre los intereses de los préstamos. Otra medida de US$35.500 millones crearía un crédito fiscal equivalente al 10% sobre la compra de una vivienda, hasta un máximo de US$15.000.

El presidente de la Comisión de Finanzas del Senado, Max Baucus, dijo que la decisión de dar marcha atrás en algunos recortes tributarios era el reflejo del esfuerzo por "equilibrar todo esto". Representantes de la Casa Blanca se negaron a considerar estos recortes como una derrota para el presidente. Un funcionario de la Casa Blanca tildó el compromiso como un "repliegue estratégico" para conseguir que la propuesta entre en la fase de negociaciones entre el Senado y la Cámara de Representantes.

Las diferencias entre ambos planes deberán quedar resueltas en una conferencia entre representantes del Senado y la Cámara. Las preparaciones para este proceso ya han comenzado. Las votaciones finales sobre el paquete final podrían producirse a fines de esta semana.

Lawrence Summers, asesor económico de la Casa Blanca, sugirió que es necesario un paquete de compromiso que pueda ponerse en marcha con rapidez y exhortó a los legisladores a que no se concentren en "las pequeñas diferencias".

"Creemos que hay buenos elementos en el proyecto del Senado y hay buenos elementos en el de la Cámara", dijo en un programa de televisión. Además, apuntó que el "noventa por ciento del contenido de ambas propuestas" coincide en esencia. Pero conciliar las diferencias restantes no será tarea fácil.

El presidente Barack Obama hizo referencia a las débiles cifras de empleo para criticar duramente la falta de acción del Senado. "Estas cifras exigen acción", dijo el presidente. "Es inexcusable e irresponsable que nos veamos sumidos en la distracción, los retrasos y la politiquería, mientras millones de estadounidenses se están quedando sin trabajo".

Fuente:WSJ