2010/05/17

La rápida caída del euro genera temores de una intervención del BCE

Por Katie Martin

LONDRES— En momentos en que el valor del euro se desmorona de forma cada vez más rápida, algunos observadores del mercado se ponen cada vez más nerviosos ante la posibilidad de que el Banco Central Europeo pudiera intervenir para volver a impulsar la moneda, o por lo menos inyectarle cierta estabilidad.

La caída lenta y constante en los últimos meses se aceleró de golpe, y la moneda común del bloque de 16 países se derrumbó más de un 6,5% frente al dólar sólo durante la semana pasada, una oscilación enorme para una de las monedas más importantes. Se hundió a sus niveles más débiles en cuatro años contra el dólar el lunes, cerca de US$1,22.

Eso les agrada a algunos funcionarios europeos, que le dan la bienvenida a la debilidad de la moneda como un impulso positivo a las exportaciones. Sin embargo, Jean-Claude Juncker, presidente del Grupo Euro de ministros de Finanzas, afirmó el lunes que estaba "preocupado por la rapidez de la caída".

Algunos analistas bancarios les advierten a sus clientes que si el euro siguiera cayendo de forma tan alarmante desde sus niveles ya deprimidos, las autoridades europeas podrían intentar detener el desmoronamiento.

"El BCE no querrá un colapso del valor del euro, lo que podría poner en peligro la estabilidad financiera en la zona euro", indicó Paul Robinson, un analista de Barclays Capital en Londres, en un mensaje a los clientes.

"Mientras más se debilite el euro, más inversionistas comenzarán a preocuparse por una intervención del BCE", agregó.

El banco francés BNP Paribas también alertó el lunes a sus clientes sobre el riesgo de una intervención.

El BCE intervino por última vez hace 10 años, cuando el euro se cotizaba a unos US$0,83. En ocasiones también ha usado intervenciones verbales en los últimos años cuando se consideró que el euro estaba demasiado alto.

Una medida de este tipo por parte del BCE, incluso si es verbal, causaría un importante shock en los mercados financieros.

Pero quienes tienen dudas señalan una variedad de motivos por los que es poco probable que ocurra.

Por un lado, la zona euro, como otras grandes economías como EE.UU., el Reino Unido y Japón, está, al menos de forma pública, comprometida a permitir que las monedas se muevan de la forma que dicte el mercado. Los corredores suelen asumir que las autoridades intervendrán para contrarrestar sólo movimientos del mercado severos e irracionales.

Además, incluso con la caída del euro de casi 20% contra el dólar desde comienzos de diciembre, la moneda aún cotiza apenas por debajo de su promedio de largo plazo. A esta altura, la intervención podría terminar por sólo establecer nuevos niveles claros para que los corredores vuelvan a vender.

Finalmente, ya que las intervenciones unilaterales rara vez funcionan, probablemente se necesitaría el apoyo internacional para un impulso al euro, algo complicado mientras EE.UU. afirme que prefiere un dólar fuerte.

"Depende de EE.UU.", indicó Neil Mellor, un analista de divisas de The Bank of New York Mellon en Londres. "Si EE.UU. comenzara a hacer ruido por la inestabilidad del euro, los políticos europeos podrían verse obligados a actuar, pero sería contra su deseo", agregó.

De todos modos, la moneda se considera ampliamente como muy vulnerable a una caída desfavorable, incluso desde los niveles actuales.

Los economistas están revisando a la baja sus pronósticos para el euro para los próximos meses, y una meta de alrededor de US$1,15 o incluso una paridad contra el dólar para comienzos del año próximo ya no suenan tan descabelladas.

The Royal Bank of Scotland, por ejemplo, describe su objetivo de US$1,15 como "algo leve" para el euro. "La dislocación política" en la zona euro fácilmente podría empujar al euro por debajo de la paridad frente el dólar, agregó el banco.

Fuente: WSJ