2010/05/18

La devaluación del euro

por Lex. Financial Times

El euro se devalúa frente al dólar. Ha registrado un mínimo en cuatro años tras la peor crisis de su breve historia. Se especula con que el dólar alcanzará la paridad con el euro a lo largo del año que viene. La economía estadounidense está en una situación mucho mejor que la de la eurozona; la Reserva Federal probablemente empiece a subir los tipos de interés antes que el Banco Central Europeo. No cabe duda de la fortaleza del dólar estadounidense. Pero dar al euro por muerto resulta prematuro; después de todo, no es la primera vez que estamos en esta situación.

El euro operaba en paridad con el dólar en diciembre de 2002, época en la que salía de un periodo de debilidad durante el que su valor se había hundido por debajo de los 0,84 dólares. En el verano de 2008, se negociaba a casi 1,60 dólares. Todas las divisas suben y bajan; la actual devaluación del euro frente al dólar parece una respuesta racional a la crisis existencial de la eurozona. Después de todo. La propia supervivencia de la zona euro estaba –y tal vez lo siga estando– en duda.

El paquete de rescate de 750.000 millones de euros anunciado a principios de mayo ha eliminado la amenaza inmediata de una crisis sistémica de deuda en la eurozona. Pero ha despertado el miedo a que los masivos ajustes fiscales y las reformas estructurales que se están imponiendo en la periferia de la región ahoguen el crecimiento económico –asumiendo que sean posibles desde el punto de vista social y político–. Se prevé que la eurozona crezca menos del 2% este año; la economía estadounidense se expande a más del doble de ese ritmo. Así que la devaluación del euro refleja supuestos más realistas sobre la economía subyacente.

El retroceso del euro debería ser una buena noticia para la atribulada eurozona, ya que estimula las exportaciones a economías en más rápido crecimiento y permite al BCE mantener una política monetaria flexible. Pero, como señala UBS, los países que más necesitan ese estímulo –España, Portugal y Grecia– se beneficiarán en menor medida de la pérdida de valor del euro, ya que su impacto se verá compensado por ajustes fiscales. Alemania, como de costumbre, será el más beneficiado. Una vez más, en la eurozona, la misma talla no vale para todos.

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