2010/03/18

Greenspan reconoce errores regulatorios, pero defiende las bajas tasas durante su gestión

Por Jon Hilsenrath

WASHINGTON—En una detallada revisión de las causas de la crisis financiera, el ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan, reconoció una serie de errores regulatorios, pero rechazó enérgicamente la idea generalizada de que la Fed mantuvo las tasas de interés muy bajas por demasiado tiempo.

"Nos sumimos en un estado de complacencia tras las consecuencias modestamente negativas del colapso bursátil de 1987 y la burbuja puntocom", dijo Greenspan en un documento titulado "La crisis", que presentará hoy en una conferencia del centro de estudios Brookings Institution. "Siguiendo los datos históricos, creíamos que cualquier declive en los precios de las viviendas sería gradual. Bajo esas condiciones, no pensamos que los problemas de deuda se convirtieran en un factor desestabilizante".

La reputación de Greenspan se ha visto manchada por la crisis económica. Cuando dejó su cargo en enero de 2006 era considerado uno de los mejores banqueros centrales de la historia, pero ahora es culpado por muchos por defender la desregulación y mantener bajas las tasas durante la década de los 90 y 2000.

El presidente actual de la Fed, Ben Bernanke, ha asegurado que una supervisión deficiente fue un ingrediente clave de la crisis. Como respuesta, ha reforzado la supervisión de los mayores bancos de EE.UU. y se ha vuelto más estricto a la hora de velar por el cumplimiento de las normas de protección al consumidor. Pero al igual que Greenspan, Bernanke ha rechazado la acusación generalizada de que las tasas bajas provocaron el boom.

En su análisis de 48 páginas de las causas y consecuencias de la crisis, Greenspan reconoce que el sistema regulatorio falló, que la Fed no tomó lo suficientemente en serio los riesgos que se gestaron en el mercado de hipotecas de alto riesgo durante los últimos 10 años, que los reguladores no exigieron a los bancos que reservaran suficiente capital y que él no hizo lo suficiente para controlar a los "megabancos" que representaban un riesgo para el sistema financiero.

Greenspan, sin embargo, ofreció una enérgica defensa de su política monetaria.

Las tasas bajas contribuyeron al crecimiento de la burbuja inmobiliaria en la última década, dijo. Pero no fueron las tasas a corto plazo, que la Fed controlaba, sino las tasas de mayor plazo, las cuales fueron presionadas a la baja por un alud de ahorros inyectados al sistema financiero global por los mercados emergentes.

En 2003, la Fed redujo su tasa de referencia a 1% para combatir un peligroso brote inflacionario.

Según Greenspan, fueron las tasas fijas de las hipotecas a 30 años las que originaron la burbuja inmobiliaria, no las tasas de préstamos interbancarios a un día que controla la Fed. Debido a la inundación de capital foráneo, explica, las tasas a largo plazo pasaron a vincularse menos a la tasa de fondos federales durante el auge.

Si bien reconoció los defectos en el sistema regulatorio, también dijo que la crisis era inevitable.

"¿Podría haberse prevenido el colapso que devastó a los mercados financieros globales?", se preguntó. "Dado el nivel inadecuadamente bajo de capital financiero de intermediación (es decir apalancamiento excesivo) y dos décadas de prosperidad virtualmente ininterrumpida, una tasa de inflación modesta y bajas tasas de interés a largo plazo, lo dudo mucho".

Hoy, la mejor solución, Greenspan recomienda, es exigir que los bancos reserven más capital. En cambio, duda que un nuevo regulador de "riesgo sistémico", tal como lo considera el Congreso estadounidense, pueda prevenir una crisis futura.

"El lamentable estado actual de las proyecciones económicas debería hacer reflexionar a los gobiernos sobre este asunto", observó.

Fuente: WSJ