2010/03/10

Los reguladores de EEUU piden a sus bancos que mantengan sus reservas

por Justin Baer y Francesco Guerrera

Los reguladores estadounidenses han pedido a los bancos que no aumenten los dividendos o recompren acciones hasta que se disipe la incertidumbre política y económica que rodea a la industria, una medida que retrasaría en varios meses la devolución de capital a los accionistas.

Algunos inversores en valores financieros exponen que las entidades que han salido bien paradas de la crisis crediticia, como JPMorgan Chase y Goldman Sachs, disponen de negocios rentables y sólidos balances, y deberían plantearse el aumento de los dividendos o la recompra de acciones.

Ejecutivos de ambas empresas han hablado en público y con los reguladores sobre la posibilidad de devolver dinero a los inversores después de haber tomado medidas para conservar recursos durante la crisis. Pero aseguran que no tienen prisa por seguir adelante con sus planes, sobre todo si los organismos de control se oponen. “Los reguladores muestran precaución, en parte porque temen que, al dar luz verde a los bancos más saneados para devolver dinero a los inversores, provoquen las demandas de entidades en peor estado que también desean hacer lo mismo”, señaló un importante ejecutivo de Wall Street.

JPMorgan, que redujo su dividendo un 87% en 2009, y Goldman, que dejó de efectuar recompras de acciones en julio de 2008, declinaron hacer declaraciones. Los incentivos de Goldman para recomprar acciones aumentan si se tiene en cuenta que paga 500 millones de dólares (367,9 millones de euros) anuales en dividendos a Warren Buffett desde su compra de 5.000 millones de dólares de valores preferentes en plena crisis, en septiembre de 2008.

Fuentes cercanas a la situación explicaron que varias agencias gubernamentales, encabezadas por la Reserva Federal de Nueva York y el Tesoro, explicaron a los bancos que tendrían que esperar hasta que el panorama económico y legislativo se aclarara para devolver los fondos a los inversores. En una carta enviada en diciembre, las autoridades recordaron a los grupos financieros que tendrían que cumplir varios criterios, como someter sus balances a “pruebas de estrés” y conseguir una rentabilidad sostenible, antes de entregar fondos a los accionistas. La Reserva Federal de Nueva York y el Tesoro no han querido hacer comentarios.

Algunos ejecutivos confían en que la postura de los reguladores se suavice en los próximos meses, si perciben que la recuperación económica se consolida y aumentan los beneficios corporativos. No obstante, los expertos del sector creen que es probable que incluso una mejora notable de la situación no será suficiente para hacer cambiar a los reguladores de opinión, a menos que el Congreso y los organismos internacionales redacten nuevas normas de capital y encuentren una solución sobre cómo gestionar los bancos en quiebra, una posibilidad que llegará a finales de año, como pronto.

Mike Mayo, analista de CLSA, asegura que “el término más utilizado por los bancos es ‘frágil’. Con toda la incertidumbre sobre los ratios de capital y la regulación, creo que es prematuro que los bancos se planteen ciertas iniciativas”. Jamie Dimon, consejero delegado de JPMorgan, declaró hace un mes ante los inversores su intención de incrementar “en breve” el dividendo del banco, aunque puntualizó que la medida no se adoptará antes de que la creación de empleo se haya consolidado durante algunos meses.

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