2010/03/12

El informe del Congreso de EEUU que sus bancos prefieren no ver: el impacto de la mora hipotecaria llegará en 2011

por M.L. V.

El último informe del Congressional Oversight Panel, una comisión supervisora del TARP, designada por el Congreso de Estados Unidos, ha lanzado nuevas advertencias a los mercados. Avisa de más sacudidas para la débil economía estadounidense a consecuencia de un agujero en los bancos procedente de la crisis inmobiliaria y asegura que hasta que el Tesoro y los supervisores no pongan medidas, “la crisis no terminará”.

La comisión asegura que las dificultades que sufre el mercado inmobiliario de Estados Unidos proceden, en primer lugar, de la propia crisis que ha deteriorado los fundamentos del sector y, en segundo lugar, de la burbuja inmobiliaria que ha desembocado en abusos y en la concesión de créditos bajo unas condiciones “dramáticamente bajas” .

Elizabeth Warren, la directora de esta comisión, asegura que “los préstamos impagados derivados del sector del ladrillo son muy preocupantes”, ya que podrían poner en peligro la estabilidad de muchos bancos, en especial, los medianos y pequeños. De hecho, el propio informe indica que “el mercado inmobiliario sufrirá importantes dificultades durante los próximos años” .

Los problemas que ahora pesan sobre las inmobiliarias también se deben a que estos préstamos fueron concedidos en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria, cuando el valor de estos bienes raíces se disparó, según el informe. Ahora, la mitad de ellos están en “underwater”, que significa que el valor de la propiedad está significativamente por debajo del total del préstamo. Estos préstamos, conocidos como Commercial Real Estate, son los que utilizan los promotores para adquirir y mantener centros comerciales, oficinas, hoteles y apartamentos.

“La mayoría de ellos fueron concedidos sin cuidado” y con el beneficio como único fin, según se recoge en el informe. Estos abusos se traducen en un oscuro panorama que aún está por aflorar. Las mayores pérdidas derivadas de estos créditos ligados al ladrillo podrían salir a la luz a partir de 2011, a la vez que se espera que la refinanciación de la deuda se produzca entre 2011-2013. Se estima que los bancos podrían sufrir unas pérdidas totales de entre 200.000 y 300.000 millones de dólares.

Los bancos más pequeños, los más expuestos
La cuestión más importante, es que los bancos más pequeños, los que tienen activos por menos de 10.000 millones de dólares, son los que cuentan con una mayor exposición a estos créditos de dudoso cobro. El mercado inmobiliario acumula una deuda de 3.434.000 millones de dólares, que representa el 6,5% del total existente mercado. La exposición de los bancos comerciales a la deuda inmobiliaria roza la mitad: 1.532.000 millones de dólares, que vencerán entre 2011 y 2014.

Asimismo, la dependencia de los pequeños negocios con las entidades de menor peso es sustancial: el 40% de estos negocios dependen de bancos pequeños que sufren, a su vez, los mayores problemas de crédito.

La exposición de los bancos comerciales a la deuda inmobiliaria roza la mitad del total: 1.532.000 millones de dólares. Fuente: Congressional Oversight Panel
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La exposición de los bancos comerciales a la deuda inmobiliaria roza la mitad del total: 1.532.000 millones de dólares. Fuente: Congressional Oversight Panel

El documento del Panel distingue entre tres tipos de bancos. Los que han operado con prudencia y sólo han financiado los proyectos más sólidos, los que tienen un portfolio que se ha debilitado por los créditos concedidos a inmobiliarias y constructoras pero que continúan siendo solventes y, por último, aquellos que se han debilitado a todos los niveles. “La clave para reconducir la crisis es eliminar estos últimos bancos, controlar los riesgos de los bancos con portfolios debilitados y evitar todo aquello que conduzca a los bancos a bajar de las categorías mencionadas”.

“No hay soluciones sencillas”, reseña, para poner fin a los problemas que vive el sector, pero plantea tres cuestiones: La creación de un riesgo moral, la concesión de ayudas a las instituciones financieras y establecer mínimos para los bancos descapitalizados.

A todo esto se suma que las entidades de menor tamaño no han recibido hasta el momento ninguna ayuda gubernamental. Así, cuando estos bancos amplían capital para afrontar las pérdidas derivadas del sector del ladrillo, rebajan la concesión de préstamos, con lo que los negocios pequeños no pueden crecer, ni crear los puestos de trabajo que se necesitan. Otro dato destacado es que las pequeñas empresas, las que cuentan con menos de 50 empleados, crearon un tercio del empleo neto en los dos últimos años de expansión económica.

Con el fin de fomentar el empleo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, propuso a mediados de febrero un programa que destinará 1.500 millones de dólares a paliar la crisis inmobiliaria en los estados más afectados.

Casi un tercio de las entidades se verán afectadas
Si desde que en septiembre de 2007 estallara la actual crisis hemos asistido a la quiebra de 181 bancos con activos totales de 533.00 millones de dólares, Anderson prevé que durante el presente ejercicio entren en bancarrota 250 nuevas entidades y va mas allá al adelantar que no espera una recuperación en el futuro próximo. Otro dato significativo es que en 2008 se produjeron más quiebras bancarias que en los últimos 15 años juntos. Asimismo, se calcula que unas 3.000 de las 8.500 entidades financieras de Estados Unidos se van a ver afectadas.

Por otro lado, Matthew Anderson, el fundador de la consultora inmobiliaria Foresight Analytics, asegura que hay que tener en cuenta la exposición de los bancos pequeños a las inmobiliarias, la vez que también advierte que “aún no hemos visto los mayores problemas en lo que a impagos se refiere”.

Fuente: Expansión