2009/01/30

EE.UU. evalúa un rescate financiero en dos partes: 'banco tóxico' y seguros contra pérdidas

Por Damian Paletta, Jonathan Weisman y Deborah Solomon

Con el correr de los días, empiezan a delinearse los contornos del plan del equipo económico del presidente Barack Obama para combatir la crisis financiera.

En un intento por diseñar una solución que no perjudique ni a los contribuyentes ni a los bancos, los principales asesores del mandatario estadounidense evalúan la posibilidad de comprar una parte de los activos tóxicos de la banca y, al mismo tiempo, ofrecer garantías parciales sobre pérdidas futuras.

El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, analizó el plan esta semana con el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke.

Mientras su equipo económico ultima los detalles del plan, Obama intensificó el jueves sus ataques contra los mismos bancos que recibirían ayuda. El presidente catalogó la noticia de que los bancos otorgarían bonos multimillonarios a sus ejecutivos como "el colmo de la irresponsabilidad" y un acontecimiento "vergonzoso". Obama habló después de una reunión con Geithner en la Casa Blanca. "Llegará la hora en que generen ganancias y llegará la hora en que reciban bonos. Pero ahora no es el momento", señaló.

El rescate financiero forma parte de una serie de medidas contempladas por el gobierno estadounidense como parte de un paquete amplio de medidas después de meses marcados por rescates ad-hoc.

Se espera, por ejemplo, que el anuncio venga acompañado de un programa de gran alcance diseñado para prevenir ejecuciones hipotecarias. Otros elementos del paquete serían el plan de estímulo fiscal de US$819.000 millones que acaba de aprobar la Cámara de Representantes y que ahora está en manos del Congreso (ver nota relacionada), la reforma de las agencias que regulan el sistema financiero y un esfuerzo para estabilizar a las automotrices estadounidenses.

Rescate bancario

La idea de combinar la compra de activos tóxicos de los bancos con la concesión de garantías parciales sobre otros activos incobrables intenta resolver uno de los problemas centrales para las autoridades: cómo eliminar parte de la cartera incobrable de los bancos sin obligarlos a asumir rebajas contables en otros activos.

Al comprar activos que ya están muy rebajados y asegurar los que no lo están, los reguladores podrían tratar de sortear el problema.

La idea es una de varias que el gobierno estadounidense baraja y parece ser un híbrido entre varias de las ideas que se han estado debatiendo durante el último mes. Fuentes cercanas resaltaron que la situación podría cambiar de un momento a otro, si bien muchos esperan que se tome una decisión la próxima semana.

Geithner habló sobre la última propuesta el miércoles por la tarde en una reunión con Bernanke, la presidenta de la Corporación de Seguros de Depósitos (FDIC por sus siglas en inglés), Sheila Bair y el Contralor de la Moneda, John Dugan, según fuentes cercanas. Geithner se reunió con su equipo de asesores el jueves durante el día y con el presidente Barack Obama por la tarde, como parte de una serie de reuniones semanales sobre la economía.

La idea más en boga es establecer un "banco tóxico", posiblemente gestionado por la FDIC, que compraría cierto tipo de activos que los bancos ya estaban tratando de eliminar. Debido a que los precios de estos activos ya están muy rebajados, venderlos al gobierno podría no deprimir el valor de otros activos en los portafolios de los bancos. Las entidades, sin embargo, podrían quedarse con grandes cantidades de activos de dudosa calidad en sus libros.

Bair, la responsable de la FDIC, había propuesto que este "banco tóxico", al que ha calificado como un "banco agregador", debería comprar cantidades más grandes de activos que los que estén en los libros de venta de los bancos. Funcionarios del Tesoro, no obstante, temen que esta opción podría resultar muy onerosa, según fuentes cercanas. El "banco tóxico" podría ser capitalizado con fondos del paquete de rescate gubernamental, conocido como TARP, aunque seguramente necesitaría otras fuentes de financiación, como por ejemplo la Reserva Federal. Su tamaño total podría alcanzar US$2 billones (millones de millones).

El segundo componente del rescate financiero ofrecería algún tipo de seguro de garantía para hipotecas, valores respaldados por hipotecas y otros préstamos que los bancos no venderán inmediatamente.

Esto se parecería a la estructura creada recientemente para proteger a Citigroup Inc. y Bank of America Corp. contra futuras pérdidas.

Los bancos probablemente se verán obligados a sufrir pérdidas iniciales si ciertos grupos de activos pierden valor y luego compartirían la responsabilidad por futuras pérdidas con el gobierno. Un acuerdo para repartir esta responsabilidad que se está evaluando estipula que el gobierno absorba el 90% de las pérdidas futuras y la institución financiera el resto.

Esta opción resultaría menos cara para el gobierno y permitiría a los bancos seguir gestionando los activos, pero también probablemente requeriría que las entidades financieras sigan manteniendo grandes cantidades de capital contra esos activos problemáticos.

El esfuerzo forma parte de un intento por crear una solución sistémica a la crisis financiera, que el gobierno ha tratado de contener durante más de un año. Muchas de las soluciones hasta ahora han sido intentos por resolver crisis aisladas, como las de Bear Stearns Cos., American International Group Inc., Wachovia Corp. y Citigroup.