2009/01/09

Afectado por EE.UU., México no crecería este año

Por David Luhnow
Ciudad de México

Arrastrada por la recesión estadounidense, la economía de México no crecería en absoluto este año, afirmó el jueves el secretario de Hacienda, Agustín Carstens. Así, disminuyó de forma dramática el pronóstico del gobierno sobre el crecimiento económico que antes estimaba en 1,8%.

La noticia llega un día después de que el gobierno anunciara un nuevo paquete de estímulo dirigido a evitar que la economía caiga de lleno en una recesión. Este plan incluye una congelación o rebaja en algunos precios del sector público, como la gasolina y la electricidad para las empresas, la expansión de los beneficios de desempleo y la destinación de US$150 millones a industrias golpeadas por el congelamiento del crédito para evitar despidos.

México se ve afectado por la recesión de Estados Unidos de forma más directa que cualquier otro país, ya que más del 80% de sus exportaciones se destina al mercado estadounidense. Las pérdidas en el mercado laboral ya están comenzando a sentirse en el país, donde más de 250.000 trabajadores fueron despedidos de empresas de manufactura en los últimos meses de 2008. Varios economistas anticipan que la economía de México se contraiga el año próximo.

El gobierno espera que la congelación de precios ayude a controlar los precios en alza lo suficiente como para permitirle al banco central recortar tasas de interés con más rapidez para amortizar el golpe. Hasta ahora, el banco central ha sido cauteloso a la hora de recortar las tasas demasiado rápido. De hecho, el jueves el banco afirmó que los precios al consumidor subieron 6,53% el año pasado, su ritmo más rápido desde 2001.

A pesar de sus lazos cercanos con la economía de EE.UU., el gobierno de México tiene hoy más herramientas a su disposición para afrontar una recesión que las que tuvo en su historia reciente. En el pasado, los gobiernos mexicanos estaban demasiado endeudados como para expandir el gasto público en tiempos de crisis, y habitualmente tenían que recurrir a un ajuste de cinturones, lo que empeoraba el problema. Esta vez, el gobierno está en una posición lo suficientemente sólida como para impulsar el gasto en áreas como la infraestructura.

En momentos en que los derivados han causado severas pérdidas para muchos en el sector privado, el gobierno de México tuvo la suerte de comprar opciones el año pasado que fijaron el precio de sus exportaciones de crudo para este año en US$70 por barril, muy por encima del precio de mercado actual. Eso le permitirá al gobierno sacar adelante su presupuesto planeado a pesar de que los precios del petróleo hayan bajado.