2010/06/24

Merkel rechaza los llamados a que Alemania gaste más y exporte menos

Por Marcus Walker y Matthew Karnitschnig

BERLÍN —La canciller alemana Angela Merkel rechazó tajantemente las sugerencias del presidente estadounidense Barack Obama para que los alemanes contribuyan a la recuperación de la economía global al gastar más y depender menos de las exportaciones, a pesar de advertir que la crisis europea está lejos de terminar.

En una entrevista con The Wall Street Journal en Berlín, Merkel dijo que los países que comparten el euro apenas han ganado un respiro para reparar las fallas en su unión monetaria. La canciller hizo un llamado a los países del Grupo de los 20 (G-20) que se reunirán este fin de semana en Toronto a enviar una señal de que se avecina una regulación más estricta de los mercados financieros para disipar la impresión de que el ímpetu se está desvaneciendo en medio de la resistencia de los grandes bancos.

Merkel apuntó sus dardos contra una idea articulada por Francia, Estados Unidos y otros países que han pedido que Alemania ayude a la economía global apuntalando la demanda interna, que ha sido persistentemente débil. El llamado más reciente se produjo en una carta de Obama al G-20, en la cual pedía a los grandes exportadores —Alemania, China y Japón— que reequilibren la demanda global fortaleciendo el consumo interno en lugar de las exportaciones.

Merkel respondió que el crecimiento y el empleo en Alemania están en alza y, por lo tanto, la cuarta economía del mundo no tiene motivos para examinar su dependencia del poderoso sector industrial y su amplio superávit comercial. "Los éxitos de las exportaciones alemanas reflejan la alta competitividad y fortaleza innovadora de nuestras compañías", manifestó. "Reducir artificialmente la competitividad no sería beneficioso para nadie", dijo.

La defensa de Merkel del modelo exportador alemán constituye el segundo rechazo de Berlín a las demandas internacionales en los últimos días. A principios de semana, Merkel también desoyó los llamados para que Alemania prolongara las medidas de estímulo fiscal a corto plazo.

Alemania ha enfrentando un creciente coro de críticas de países que quieren que ponga fin a su dependencia del gasto insostenible en otros países y se convierta en una fuente de crecimiento. La renuencia de Berlín amenaza con aislar al país dentro del G-20, haciendo más difícil que logre el apoyo que necesita para endurecer la regulación de los mercados financieros así como otras prioridades.

Alemania ha pasado a ser el foco de atención después de que China, cuyo crecimiento también depende en gran medida de los superávit comerciales, puso en marcha una política más flexible de tipo de cambio.

Un informe divulgado el miércoles como "manual" para los gobiernos del G-20 por el Centro de Estudios de Política Económica, una red europea de prestigiosos economistas, acusó a Alemania de hacer menos que China para corregir los desequilibrios globales, que el reporte calificó de amenaza para la estabilidad de la economía mundial.

Merkel negó que Alemania estuviera bajo presión para modificar sus políticas, prediciendo "una discusión muy relajada sobre este tema en Toronto". Además, sugirió que la teoría económica imperante sobre el estímulo —que el creciente gasto fiscal deficitario promueve el crecimiento— no se aplica a Alemania.

La acumulación de déficits fiscales sería contraproducente, recalcó, debido a la inquietud de los alemanes por una sociedad que envejece y a la creciente deuda pública. El temor a que el Estado de bienestar se quede sin dinero en el futuro lleva a los individuos a ahorrar sus ingresos como medida de precaución, aseveró. Si Alemania reduce el déficit fiscal, "entonces el ciudadano está más dispuesto a gastar dinero", dijo Merkel, "porque sabe que puede contar con los sistemas de pensiones, de salud y de cuidados a la tercera edad".

La canciller, no obstante, reconoció algunas de las críticas y dijo que Alemania necesita más "reformas estructurales", especialmente "para mejorar los incentivos para aumentar el empleo y fortalecer el sector de servicios". Muchos economistas dicen que las industrias de servicios alemanas están sobrerreguladas y subdesarrolladas comparadas con las de EE.UU. y otras economías avanzadas.

En la entrevista, Merkel subrayó que Alemania ha realizado "una importante contribución para superar la crisis económica global en los dos últimos años" e hizo hincapié en las continuas medidas de estímulo fiscal del país, que superaron el 2% del PIB en 2010, según el Fondo Monetario Internacional.

"Es más que en muchos otros países", donde las políticas de estímulo están terminando antes, dijo. Pero con una economía alemana que se espera crezca cerca de 2% este año, ha llegado el momento de eliminar el estímulo "paso a paso" a partir del 2011, resaltó.

Merkel, asimismo, negó que sus compatriotas se estuvieran volviendo euro escépticos. "Los alemanes conocen el valor de todas las cosas europeas", insistió. "Todas las discusiones actuales sobre el euro están teniendo lugar sobre la base de que queremos fortalecer el euro, no cuestionarlo". Merkel también se defendió de las críticas que la acusan de demorar demasiado antes de acudir al rescate de Grecia. "Fue correcto que no siguiéramos el camino supuestamente fácil de apoyar a Grecia financieramente sin condiciones claras, sin reflexionar sobre las causas de esta crisis", indicó. "Ahora, en cambio, estamos atacando las causas, es decir la falta de competitividad" en Grecia y otras economías.

Fuente: WSJ