2010/06/03

La inflación salarial en China

por Lex. Financial Times

Los trabajadores itinerantes de China, conocidos como “fábricas sin humo”, muestran por fin algo de ardor. La japonesa Honda parece haber puesto fin a dos semanas de huelga en su planta de repuestos al subir el salario base casi un 25%.

En el caso de la taiwanesa Foxconn, el gigante mundial de la electrónica, el aparente culto al suicidio en su fábrica de Shenzen ha llevado a la directiva a ofrecer a sus empleados un aumento salarial del 30%. Teniendo en cuenta que las horas extra se calculan generalmente como un porcentaje del sueldo base, el salario efectivo habrá subido aún más.

Los fabricantes del Delta del Río Perla, el centro de exportaciones de China, ya están acostumbrados a la inflación salarial: los sueldos mínimos mensuales se han multiplicado por más del doble desde 2001. Pero esta oleada de activismo parece distinta. Y lo que es más importante, los efectos de la política china que prohíbe tener más de un hijo por pareja, vigente desde hace 31 años, han provocado que la población de entre 20 y 39 años –la principal fuente de mano de obra– se haya reducido más de un 20% en la última década.

Entretanto, los inmensos estímulos económicos han protegido a la economía de los efectos más graves del hundimiento de las exportaciones: los datos muestran una tasa de creación de empleo entre septiembre y marzo ligeramente superior al 2%. Juntos, según CEIC, esos efectos han reducido por primera vez la ratio oferta de empleo/demanda por debajo del punto de equilibrio.

Los salarios de las fábricas ya registraban incrementos de dos dígitos sobre los niveles de 2009 antes de que se establecieran recientemente nuevos sueldos mínimos –Guangdong es una de las siete provincias en subir su salario base obligatorio en las últimas semanas–.

Además, todo esto se está desarrollando con el apoyo tácito de los planificadores de la economía. Si China tiene el más remoto interés en reequilibrar la economía hacia el consumo, alejándola de las exportaciones, la subida de los salarios reales en el sector industrial es una medida acertada.

Si eso alimenta la inflación, los políticos se reservan actuaciones que pueden compensarlo –desvincular al renminbi del dólar, por ejemplo–. Los fabricantes harían bien en hacerse a la idea de que tendrán que pagar salarios más altos, y de que probablemente obtengan márgenes más pequeños.

The Financial Times Limited 2010. All Rights Reserved