2010/03/24

El BCE reprocha a Merkel que no hacer nada es peor aún que prestar dinero a Grecia

por Expansión.com

Las negociaciones sobre el recate griego siguen en el mismo punto que ayer, pero el Banco Central Europeo (BCE) ha dado un toque de atención a la canciller alemana, Angela Merkel. La institución le ha mandado el siguiente mensaje a Merkel: el coste de la inacción podría ser mayor que ofrecer ayudas temporales a Grecia.

"Si Grecia sucumbe, Alemania y otros líderes europeos acabarán pagando incluso más que si hubieran dado apoyo financiero de forma temporal", asegura Bini Smaghi, miembro del comité ejecutivo del BCE, en una entrevista que se publicará mañana jueves en el diario Die Zeit.

Bini también ha repetido que la feroz oposición del BCE a la asistencia del FMI en el rescate griego va más allá de una cuestión técnica. "Si el FMI participa, la imagen del euro sería la de una moneda que sólo es capaz de sobrevivir con la ayuda externa de una organización internacional. La reacción de los mercados en los últimos días ha mostrado que el apoyo del FMI puede ser perjudicial para la estabilidad del euro".

Estas palabras llegan en mitad del estancamiento de las negociaciones. Los líderes europeos de los 16 miembros de la eurozona están enfrascados intentando resolver sus diferencias sobre la asistencia financiera a Grecia, después de que Alemania haya desvelado sus condiciones para llegar a un acuerdo.

Francia y España han pedido una reunión de los dieciséis jefes de Estado y de Gobierno para el próximo jueves, pero ni Bruselas ni Berlín querían convocar tal reunión a menos que hubiera acuerdo a la vista.

El Gobierno alemán ya ha dicho que no hay posibilidad de llegar a un acuerdo al respecto esta semana, y aseguró que Grecia debería demostrar que es incapaz de captar dinero en el mercado internacional de capitales para que la ayuda sea justificada. Merkel quiere que la ayuda a Grecia sea "un mecanismo de último recurso".

Alemania también reclama que el FMI haga una "contribución sustancial" en un posible rescate a Grecia, y pide que las negociaciones empiecen con un endurecimiento de las medidas para reforzar la disciplina presupuestaria de la eurozona, incluso si eso supone una renegociación del Tratado de Lisboa. Este último punto se presenta como el más polémico entre los socios europeos.

A pesar de las discrepancias (sobre todo por parte de Alemania) parece posible no obstante que haya un principio de acuerdo esta semana, siempre que no se establezca una conexión directa entre las medidas que se adopten y la crisis de Grecia, y sólo si no implica un rescate automático de su economía.