2010/01/18

Obama lanza un duro ataque contra la banca y propone un nuevo impuesto

Por Jonathan Weisman y David Enrich

El presidente estadounidense, Barack Obama, reveló el jueves su propuesta para aplicar un impuesto de US$90.000 millones a los bancos y acompañó el anuncio con algunas de las críticas más feroces que ha lanzado contra Wall Street. "Queremos que nos devuelvan nuestro dinero y lo vamos a conseguir", advirtió.

La dura postura del presidente encaja dentro de la ofensiva de los demócratas para sacarle partido a la ira provocada por las cuantiosas bonificaciones y ganancias de los bancos que se beneficiaron del rescate fiscal durante el punto álgido de la crisis financiera.

Aunque una buena parte de la industria bancaria ha atacado el propuesto impuesto, su impacto en las ganancias de las compañías sería relativamente modesto.

La evaluación de 10 años de los pasivos de los bancos, denominada Tarifa de Responsabilidad Fiscal de la Crisis Financiera, recaería con más fuerza sobre los seis mayores grupos financieros del país: Citigroup Inc., J.P. Morgan Chase & Co., Bank of America Corp., Goldman Sachs Group Inc., Morgan Stanley y Wells Fargo & Co. Estas instituciones probablemente afrontarían una factura anual del orden de los US$1.000 millones o más, aunque Citi y J.P. Morgan podrían tener que pagar más de US$2.400 millones cada uno.

Las cifras, sin embargo, no asestarían un golpe serio a las ganancias de estas firmas, cuyos gastos anuales ascienden a las decenas de miles de millones de dólares, incluyendo el pago de impuestos. Betsy Graseck, analista de Morgan Stanley, calcula que el impuesto eliminaría alrededor de 5% de las ganancias de los principales bancos este año.

La Casa Blanca atacó duramente a los bancos. Obama se refirió a "bonificaciones obscenas" y a la "lógica retorcida" de los ejecutivos bancarios que se oponen al impuesto. Robert Gibbs, portavoz de la Casa Blanca, sugirió que los bancos estaban tratando de traspasar la factura de sus problemas a los contribuyentes. "En lugar de emplear a un ejército de abogados y contadores para ayudarlos a evadir el cobro, les sugeriría que trataran simplemente de cumplir con sus obligaciones".

Representantes de la industria advirtieron que el impuesto podría limitar la capacidad de los bancos de realizar nuevos préstamos, algo que perjudicaría a la economía. Además, algunos analistas advirtieron que el plan estimularía a los bancos a dejar más activos y obligaciones fuera de sus balances para reducir su exposición a la tarifa, algo que contribuyó a plantar las semillas de la crisis financiera.

De ser aprobado por el Congreso, el impuesto obligaría a unos 50 bancos, aseguradoras y firmas de valores a pagarle al gobierno, en conjunto, unos US$90.000 millones en 10 años.

El gobierno propone cobrar un impuesto de 0,15% sobre los pasivos de una amplia gama de empresas que recibieron asistencia fiscal, con la excepción de las automotrices. El impuesto se aplicaría a los pasivos totales, pero se descontaría el capital considerado de mayor calidad como las acciones comunes.

Estrategas políticos demócratas señalan que el plan podría frustrar a los republicanos que trataban de aprovechar la ira de muchos estadounidenses hacia los rescates del gobierno a Wall Street pero no están dispuestos a respaldar un aumento de los impuestos.

Si los republicanos se oponen al impuesto, los demócratas los pueden acusar de ponerse del lado de los banqueros rescatados por los contribuyentes. Si lo apoyan, corren el riesgo de quedar mal con los activistas antiimpuestos que le han infundido un nuevo brío al partido.

Estrategas republicanos, por su parte, centraron su atención en la gente que, según ellos, pagará la factura del impuesto en última instancia, los consumidores que afrontarán mayores tarifas bancarias y las pequeñas empresas que tendrán un menor acceso al crédito. "Dificultar el ahorro, la inversión y la creación de empleos para las familias y los pequeños negocios sería la última de una serie de políticas incongruentes aprobadas por el Congreso demócrata", manifestó Ken Spain, vocero del Comité Nacional Republicano del Congreso, que supervisa las campañas de la Cámara de Representantes para el partido republicano.

Los inversionistas, mientras tanto, no se mostraron tan preocupados por la noticia. Las acciones de la mayoría de los bancos estadounidenses subieron el jueves y el índice KBW de acciones bancarias ascendió 1,5%.

Fuente: WSJ