2010/01/22

La crisis de Grecia amenaza, pero no derriba al euro

Por Neil Shah

Hay una agitada batalla en los mercados financieros sobre qué significan los problemas fiscales de Grecia para la unión monetaria europea y para el propio euro.

De un lado: los precios se disparan para los seguros contra la cesación de pagos ligados a Grecia, que tiene el mayor déficit presupuestario de los 16 países que comparten el euro como moneda. Los inversionistas compran estos seguros, que pagan bien en caso de cesación de pagos, como un tipo de seguro contra la deuda soberana. Y algunos temen que una crisis de deuda en Grecia podría poner en peligro la posición del país dentro del club de la moneda europea.

Por otro lado, está el euro mismo, que mayormente ha soportado bien los problemas de Grecia (y las dificultades en otros países de la zona euro como Irlanda y Portugal). El euro, que ya lleva una década en circulación, perdió cerca de 5% de su valor contra el dólar durante las últimas semanas. El martes, se cotizaba a US$1,4277 en Nueva York frente a un máximo de US$1,51 a principios de diciembre.

¿Quién tiene la razón? Algunos inversionistas creen que el euro podría caer a hasta US$1,35 durante los próximos meses, un declive de alrededor de 11% frente a los altos valores de diciembre. Aunque es una caída considerable, no se vería como calamitosa, en especial al tener en cuenta el nivel de temor en los mercados financieros sobre la situación financiera de Grecia. Los defensores del euro creen que la posición de la moneda como un refugio para los que ven al dólar con pesimismo le dará una fortaleza sostenida incluso mientras los países de la zona euro buscan solucionan sus problemas fiscales tras la crisis financiera.

Ese estado de ánimo optimista no se ha podido apreciar muy a menudo durante la última semana, ya que el euro perdió terreno frente casi todas las monedas, incluidos el dólar, el yen y la libra esterlina.

En el mercado de seguros contra cesación de pagos, el costo de asegurar contra la cesación de pagos de la deuda griega tocó un récord la semana pasada antes de acomodarse modestamente. El lunes, costaba alrededor de US$313.000 anuales asegurar US$10 millones de deuda griega contra la cesación de pagos por cinco años, comparado con US$331.000 el viernes, según CMA DataVision. En septiembre, el mismo seguro costaba US$147.000.

Los temores sobre Grecia han preocupado a los mercados durante varios meses.

En octubre, el nuevo gobierno socialista de Grecia sorprendió a los inversionistas al decir que el déficit fiscal para 2009 —ahora estimado en casi 13% de su PIB— era mucho mayor que lo pronosticado anteriormente. La semana pasada, la agencia de estadísticas de Europa planteó dudas sobre los datos de años anteriores, lo que desató la especulación sobre que los déficits de Grecia podrían ser aún mayores.

Los economistas también tienen dudas sobre si Grecia es capaz de realizar los drásticos recortes de gastos necesarios para que su economía sea más competitiva a largo plazo. En un informe la semana pasada, la firma de calificación de crédito Moody's Investors Service advirtió que las economías de Grecia y Portugal, otro miembro de la zona euro, podrían enfrentar una "muerte lenta" a medida que lidian con baja competitividad y gastan más de su riqueza para pagar deuda.

Hasta ahora, los mercados financieros no reaccionaron de forma positiva a los planes de reforma de Grecia. El índice principal de la Bolsa de Atenas ha caído 4,8% este año, frente a un alza de 2% para el índice paneuropeo Dow Jones Stoxx 600.

A pesar de los problemas, muchos inversionistas y analistas deses timan especulaciones sobre una división de la zona euro. El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, calificó estos rumores de "absurdos" la semana pasada. De todos modos, el BCE hace poco estudió la posibilidad de que un país intente retirarse de la moneda común.

Además, muchos inversionistas creen que los países más fuertes de la zona euro ayudarían a Grecia (u otro país en problemas) si una crisis realmente requiriera ese tipo de asistencia. Funcionarios del BCE, en particular su economista jefe, Jürgen Stark, han cuestionado esta idea, al decir que Grecia no debería esperar ninguna clase de rescate.

Fuente: WSJ