2009/04/06

La nueva frugalidad de los estadounidenses sobreviviría a la recesión

Por Kelly Evans

Ahora que sus empleos son menos seguros y el valor de sus viviendas e inversiones bursátiles ha caído, los estadounidenses están ahorrando más. Pero ¿seguirán siendo ahorrativos una vez que acabe la recesión?

Pasarán años antes que alguien tenga una respuesta exacta, pero hay razones para pensar que los estadounidenses van a ahorrar más en los próximos 10 años que en la última década. "Cuesta creer que alguna vez regresarán los días del crédito fácil y del derroche de los últimos diez años", señala Richard Berner, economista de Morgan Stanley. Berner proyecta que, en los próximos años, el consumo crecerá a una tasa anual real de entre 2% y 2,5%, frente a un aumento de 3,5% en la década que cerró 2007.

Esta caída afectaría a América Latina, donde países como México, Brasil y Venezuela figuran entre los principales socios comerciales de Estados Unidos. Asimismo, representaría más problemas para los minoristas, restaurantes y fabricantes de bienes de lujo de todo el mundo que dependen de los consumidores estadounidenses. No obstante, también podría traer un poco de equilibrio a una economía mundial que ha dependido —demasiado, según muchos economistas— del consumo financiado por deuda de los estadounidenses y la disposición de los mercados emergentes a ahorrar y prestar.

[ahorros]

David Bailey, un hombre de 45 años que vive con su esposa y tres hijos en Boise, Idaho, disfrutó, al igual que muchos otros pequeños empresarios, de varios años de prosperidad. Eso se acabó cuando el mercado inmobiliario estadounidense —y luego la economía en general— colapsó, dejándolo lleno de deudas y sin ingresos. Su compañía, Bailey Engineering, que convierte terrenos sin urbanizar en subdivisiones para construcción, no genera ingresos desde hace meses. Bailey ha reducido su personal de 16 empleados a sólo un puñado. Ante una gran pérdida en sus inversiones en bienes raíces, vendió una casa de veraneo y está vendiendo otra propiedad a sus actuales inquilinos. También ha vendido su camioneta para eliminar el pago mensual de US$800 y la ha reemplazado con una furgoneta usada que compró en efectivo.

"Lo único que quiero es librarme de todas mis deudas", dijo. "Ahora sólo quiero ganar suficiente dinero para pasarla bien con mi familia. Ya no busco hacerme rico".

Un sondeo sobre el consumo en EE.UU. llevado a cabo por la compañía de tarjetas de crédito Discover, que será divulgado el miércoles, sugiere que Bailey no es un caso aislado. Cerca del 35% de los consumidores encuestados en marzo indicó que espera reducir su nivel de deuda en los próximos seis meses, y una tercera parte dijo que ya lo había hecho, pese a que su panorama de la economía ha mejorado. Uno de cada tres indicó que había puesto el dinero obtenido de los menores pagos de préstamos en cuentas de ahorro. Luego de duplicar el total de su deuda a US$13,8 billones (millones de millones) entre 2000 y 2007, las familias estadounidenses el año pasado redujeron su deuda por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, según la Reserva Federal.

¿Pero durará? Una encuesta de AlixPartners, una firma de asesoría de negocios, indicó que los estadounidenses planean ahorrar 14% de sus ingresos totales cuando termine la recesión. Fred Crawford, presidente ejecutivo de la firma, afirmó que aunque ese número esté "inflado por las emociones del día", las compañías deben "entender y planear para lo que podría ser su 'nueva normalidad'". Dos tercios de los encuestados indicaron que planeaban comprar menos en el futuro, mientras que más de la mitad planea comprar cosas menos caras.

La gravedad de esta crisis, una reducción del patrimonio de casi US$13 billones desde que comenzó la recesión y la socavada confianza en el sistema capitalista están provocando una mayor inclinación hacia la frugalidad que lo normal. "Es el efecto del contagio", la misma reacción que hace que la gente viaje menos después de un accidente aéreo, señala Ravi Dhar, director del Centro para el Entendimiento del Cliente de la Universidad de Yale. "Mientras más dure esto, más impacto tendrá en el comportamiento de la gente en el largo plazo", dijo. Además, obtener crédito probablemente será más difícil para algunos consumidores en la próxima década que durante los embriagadores años de auge y explosión de los préstamos subprime o de alto riesgo.

Fuente: WSJ