2011/10/06

Una renegociación de los términos de los bonos griegos es la mayor amenaza para la euro zona

Por Richard Barley

La crisis griega amenaza con desbordarse. Los ministros de finanzas de la zona euro están reteniendo tanto el primero como el segundo acuerdo de rescate, lo que retrasa el desembolso de 8.000 millones de euros en efectivo y amenaza con revisar el acuerdo bajo el cual los bonistas del sector privado asumirán pérdidas. El mercado entró en pánico el martes respecto al primer problema, pero el segundo problema es más preocupante.

La cancelación de la reunión del 13 de octubre que debía liberar la más reciente porción del préstamo a Grecia ha generado temores de que el país podría quedarse sin efectivo, lo que llevaría a una cesación de pagos complicada e inminente. Eso parece exagerado. Grecia y la zona euro afirman que el dinero se necesita para la segunda semana de noviembre; las siguientes redenciones importantes de alrededor de 6.000 millones de euros están programadas para diciembre. Grecia tiene acceso al mercado de letras del Tesoro y a Europa no le conviene permitir que se produzca un default desordenado y accidental. En cambio, el retraso parece relacionarse más con asegurar que Grecia de hecho implemente medidas para ahorrar en el gasto en salarios del sector público, como un plan para transferir 30.000 trabajadores a una reserva laboral con sueldo reducido.

Más preocupante es la posibilidad de reabrir el acuerdo de canje de bonos acordaron Grecia y los bancos en julio. El primer canje de bonos, que involucra recortes de 21% para los bonistas, no aporta mucho para mejorar la sustentabilidad de la deuda griega, y la deja con la carga de alrededor de 150% del PIB. Pero por lo menos es voluntario y acordado. Sería difícil lograr mayores pérdidas excepto a través de coerción, y de cualquier modo, aumentaría el costo de la recapitalización bancaria. Si hubiera un recorte de 60% de los bonos del gobierno griego, los bancos griegos soportarían una rebaja contable adicional de 27.000 millones, lo que los dejaría sin valor, calcula Moody's. El costo de recapitalizar el sistema bancario entonces podría subir a 44.000 millones de euros, a comparación de los 30.000 millones de euros destinados en el segundo rescate. El costo del colateral también aumentaría.

Inevitablemente habría consecuencias mucho más amplias. Un recorte coercitivo a los bonistas desataría canjes de default de crédito y alimentaría agitación para la deuda italiana, española y portuguesa. Una reforma del segundo rescate griego sólo tres meses después de acordarlo sería otro golpe a la ya vapuleada percepción de la capacidad de la zona euro para manejar la crisis. Los políticos europeos siguen estando lejos de tener el control de la crisis.

Fuente: WSJ