2011/05/09

Los dilemas del banco central brasileño

Por Liam Denning

La política monetaria de Brasil se determina en Brasilia, ¿no es cierto? Tal vez Beijing, Fráncfort o Washington sean una respuesta más acertada. Los inversionistas extranjeros deberían tomar nota.

Brasil está en un aprieto. A pesar de que los datos de abril sobre los precios al consumidor divulgados la semana pasada superaron las expectativas, la inflación sigue muy por encima de la meta del banco central. Aunque las caídas estacionales en los precios de los alimentos y los combustibles deberían ayudar en los próximos meses, la inflación subyacente está demostrando ser un hueso duro de roer.

Brasil es sensible a eso, dado su historial de hiperinflación. Esa es la razón por la que tiene una muy elevada tasa de interés real de casi 6%. Pero esto atrae a los especuladores extranjeros. A pesar de que se adoptaron medidas como impuestos focalizados, el real se ha fortalecido en forma sostenida contra el dólar. Los exportadores se están viendo perjudicados y el jefe de la división brasileña de Siemens advirtió que los controles cambiarios podrían ser necesarios para evitar la "desindustrialización".

[Brasil]

Sin embargo, subir el costo del capital adoptando controles de cambio no parece una opción recomendable al tomar en cuenta las altas tasas de interés. El país ya sufre de una inversión débil en activos fijos, lo que exacerba la inflación a través de los cuellos de botella logísticos que existen debido al mal estado de la infraestructura.

Si Brasil sigue comprometido con su política de combatir tanto la inflación como la apreciación del tipo de cambio, deberá depender de la ayuda de otros. La disminución de la semana pasada del apetito por el riesgo por parte de los inversionistas ayudó en varios frentes. Probablemente no solamente disuadió algunos ingresos de capitales "golondrina" sino que también fortaleció al dólar y enfrió los precios de los commodities.

Mirando hacia delante, es probable que los problemas relacionados a la deuda griega presionen al real a medida que los inversionistas compran dólares. Al final de cuentas, sin embargo, Brasil necesita una política monetaria estadounidense menos laxa. Un dólar más fuerte podría reducir las presiones en los precios de los commodities y, al fortalecer al yuan que está ligado a la moneda estadounidense, hacer que las importaciones de China, el principal socio comercial de Brasil, se vuelvan menos competitivas.

Es una apuesta arriesgada. Si no se alinean las estrellas de esa forma, los exportadores brasileños deben prepararse para sufrir más y los inversionistas para tasas de interés más altas.

Fuente: WSJ