2010/06/08

La política de 'dinero fácil' de Bernanke va para largo

Por Jon Hilsenrath

Los inversionistas pasaron buena parte del primer semestre preguntándose cuándo el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, empezaría un ajuste de la política monetaria. La crisis europea, sin embargo, se está encargando precisamente de eso.

Las preocupaciones sobre la deuda de algunos países de la zona euro han derribado los principales indicadores bursátiles estadounidenses, fortalecido el dólar, elevado las tasas de interés para los préstamos interbancarios de corto plazo y contribuido a reducir la emisión de papel comercial.

Este cuadro, sumado al anémico crecimiento del empleo y una inflación baja en EE.UU., disminuye significativamente la probabilidad de que la Fed revierta su política de relajamiento que ha engrasado los motores del sistema financiero desde el comienzo de la crisis. "No creo que las condiciones económicas lo ameriten", dijo en una entrevista Richard Fisher, presidente del Banco de la Reserva Federal de Dallas.

James Bullard, presidente del Banco de la Reserva Federal de St. Louis, subraya que las últimas tensiones en los mercados refuerzan la postura precavida del banco central estadounidense. "Hay un mayor riesgo de sufrir un coletazo", indicó en una entrevista.

[EE.UU.]

De todos modos, la creciente presión de los mercados aún no es lo suficientemente severa como para alarmar a la Fed. Bullard destaca que varios factores contrarrestan la reciente caída en los precios bursátiles y las tensiones en los mercados de crédito. El declive de los rendimientos de los bonos del Tesoro a largo plazo, por ejemplo, ayuda a la baja generalizada de las tasas de interés. Las tasas hipotecarias a 30 años, sin ir más lejos, han descendido a menos de 5%.

Bajo control

Fisher espera que la economía estadounidense se desacelere levemente en el segundo semestre y que la inflación se mantenga bajo control. Las recientes tensiones en los mercados financieros podrían "restarle un poco" al crecimiento económico, manifestó. Fisher aclaró, no obstante, que no está "demasiado preocupado" al respecto, en parte porque los mercados crediticios no exhiben "muchos signos de problemas" y la volatilidad de las acciones es normal.

Los mercados a futuro asignan una probabilidad de 50% a que la Fed eleve en un cuarto de punto porcentual su tasa de interés de referencia en diciembre, de 0,25% a 0,5%. En mayo, en cambio, el mercado consideraba que el alza estaba prácticamente garantizada.

Muchos inversionistas también están revisando a la baja sus proyecciones sobre la magnitud del aumento de tasas. Los precios de los mercados a futuro indican que los inversionistas esperan que la tasa de fondos federales llegue a 0,75% para julio de 2011. A principios de abril se esperaba que superara 1,25% en la misma fecha.

Las señales de un deterioro en las condiciones del mercado son abundantes. Algunas empresas han abandonado sus intentos de recaudar capital en las últimas semanas. El operador de aerolíneas Allegiant Travel Co., por ejemplo, suspendió una colocación de bonos chatarra por US$250 millones.

Mientras tanto, la emisión de deuda de empresas con grado de inversión descendió a US$75.600 millones en abril y mayo, frente a los US$183.600 millones del mismo período del año pasado, según la firma de análisis de mercado Dealogic.

En el mercado "repo", donde los grandes bancos de Wall Street obtienen préstamos de corto plazo, la actividad ha caído 46% frente a igual lapso del año previo.

La próxima prueba de las intenciones de la Fed tendrá lugar en la reunión prevista para el 22 y 23 de junio.

Mucho antes de empezar a subir las tasas, el banco central debe eliminar de su comunicado la frase que especifica que mantendrá las tasas bajas "por un período extendido". "Durante un futuro previsible, la Fed mantendrá el lenguaje del 'período extendido'", señala Jan Hatzius, economista jefe para EE.UU. de Goldman Sachs Group Inc.

Fuente: WSJ