2010/06/30

Los temores de un retroceso de la economía golpean los mercados

Por Jon Hilsenrath y Mark Whitehouse

Las bolsas estadounidenses y los rendimientos de los bonos del Tesoro cayeron con fuerza el martes ante las preocupaciones sobre un enfriamiento de la economía.

El Promedio Industrial Dow Jones retrocedió 2,6% para quedar por debajo de los 10.000 puntos tras el descenso en la confianza de los consumidores estadounidenses, la revisión a la baja de un indicador económico chino y las persistentes preocupaciones por la salud de los bancos europeos. El rendimiento del bono del Tesoro a 10 años cayó por debajo de 3%, su nivel más bajo desde abril de 2009, cuando arreciaba la crisis financiera.

El grupo de análisis sin fines de lucro The Conference Board informó el martes que la confianza del consumidor descendió en junio, borrando los avances de los dos meses previos. El índice marcó 52,9 puntos, un brusco retroceso frente a los 62,7 puntos del mes anterior y un creciente número de familias dijo que los empleos eran "difíciles de conseguir".

Otros factores que nublaron el panorama de los inversionistas fueron la drástica revisión a la baja de un indicador líder de la economía china y el vencimiento de una línea de crédito de 12 meses extendida por el Banco Central Europeo a los bancos de la región.

Los mercados aún consideran improbable una recaída, pero el descenso de la confianza es tan sólo la señal más reciente que sugiere que la economía estadounidense podría perder bríos en el segundo semestre y crecer a un ritmo más moderado que en el primero.

La creación de empleo es la clave del problema. La Oficina del Censo ha apuntalado el empleo al ofrecer cientos de miles de trabajos temporales. Incluso si el informe del viernes del Departamento de Trabajo muestra un aumento en las contrataciones del sector privado a medida que los trabajos del censo desaparecen, la economía enfrenta fuertes vientos en contra.

Hay señales, por ejemplo, de que el mercado inmobiliario se encamina a una nueva crisis y las condiciones financieras son menos conducentes al crecimiento económico a medida que las bolsas caen, el dólar se fortalece y los mercados crediticios atraviesan dificultades. El panorama global se ha vuelto más incierto después de que gobiernos europeos como los de Gran Bretaña y Alemania vuelcan su atención en reducir los déficits fiscales.

También hay razones para el optimismo. Los ingresos individuales de los estadounidenses están en alza y los flujos de caja de las empresas son sólidos y respaldan la inversión y las contrataciones. La recuperación industrial, asimismo, ha sido robusta.

EE.UU. creció a una tasa anualizada de 2,7% en el primer trimestre y los economistas consultados por The Wall Street Journal proyectan, en promedio, una expansión de 3,6% en el segundo trimestre. La mayoría prevé un crecimiento de 3% en el segundo semestre, si bien algunos no son tan optimistas.

"Me estoy volviendo más pesimista sobre la capacidad de la economía para reacelerar en el cuarto trimestre y en la primera mitad de 2011", afirma Paul Kasriel, economista jefe de Northern Trust Bank en Chicago. El experto espera que la economía se expanda en torno a 2,5% en el segundo semestre.

El presidente Barack Obama mostró optimismo sobre el panorama económico tras una reunión con el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. Dijo que ambos "comparten la opinión de que la economía se ha fortalecido", y resaltó que EE.UU. ha pasado de perder 750.000 empleos al mes el año pasado a cinco meses de crecimiento laboral.

Un aspecto que está afectando a la economía es el mercado de la vivienda que, tras estabilizarse, se está volviendo a debilitar al desvanecerse el apoyo gubernamental.

[EE.UU.]

La incertidumbre afecta las decisiones de las empresas. La papelera Lincoln Paper and Tissue LLC opera a plena capacidad, pero no contempla una expansión o nuevas contrataciones. "Nos batimos con las armas que tenemos y no contemplamos ninguna medida importante de ninguna especie", dice Keith Van Scotter, su presidente ejecutivo.

La Fed cree que los aspectos positivos se impondrán y apuntalarán la recuperación, lo que dejaría al banco central en posición para comenzar a subir las tasas de interés más adelante.

Una recaída supondría un dilema para la entidad. Las tasas de interés se encuentran cerca de cero, por lo que la Fed carece de la herramienta tradicional para combatir un bajón de la economía.

La siguiente prueba tendrá lugar el viernes, cuando el Departamento de Trabajo anuncie las cifras del empleo para el mes de junio. La mayoría de los economistas considera que la finalización de las contrataciones de trabajadores del Censo afectó al crecimiento del empleo en junio, si bien pronostican que las nóminas del sector privado avanzaron por sexto mes consecutivo.

Fuente: WSJ