2010/06/28

El mensaje del G-20: llegó la hora de empezar a sacar el pie del acelerador

Por Bob Davis

TORONTO— Los países más ricos del Grupo de los 20 se comprometieron a reducir a la mitad sus déficits fiscales para 2013 y "estabilizar" sus niveles para 2016 en lo que constituye una señal a los mercados internacionales, así como a sus respectivos electorados, de que están tomando en serio la posibilidad de empezar a retirar las políticas de estímulo.

La reunión del fin de semana sugirió que la economía mundial ha entrado en una nueva etapa desde el apogeo de la crisis financiera. En ese entonces, los países industrializados y en desarrollo se abocaron a promover el gasto fiscal. Ahora, al menos retóricamente, parecen más preocupados por controlar los déficits y la deuda.

El comunicado final, que representa un compromiso entre dos distintas posturas acerca de la economía mundial, ocultó las divisiones entre las delegaciones de Europa y Estados Unidos que afloraron en los preparativos de la cumbre. EE.UU. advirtió que un retiro acelerado del estímulo fiscal podría propiciar una recaída global. Los europeos, liderados por Alemania, enfatizaron que un exceso de cautela podría producir cargas de deuda insostenible, alzas en las tasas de interés y posibles cesaciones de pagos de deuda soberana.

Al fin de cuentas, EE.UU. acordó respaldar el compromiso de reducir el déficit a la mitad a cambio de un lenguaje que aclarara que el crecimiento es la prioridad principal, dijo un funcionario europeo.

La declaración del G-20 calificó el ritmo de reducción de deuda de "favorable para el crecimiento". Eso quiere decir que el compromiso demuestra la voluntad de recortar los déficits, pero no contempla una rápida caída del gasto fiscal. India, Brasil, China y otras economías emergentes se mostraron reacias a socavar el crecimiento en especial en EE.UU., la mayor economía del mundo.

El comunicado del G-20 catalogó a la recuperación de la economía global de "dispareja y frágil" y manifestó que para que el crecimiento fuera sostenible "necesitamos seguir adelante con los actuales planes de estímulo mientras trabajamos para generar las condiciones para una demanda robusta del sector privado".

Alemania, que se ha presentado últimamente como el principal defensor de la austeridad, aprovechó el encuentro para hacer algunas críticas veladas contra EE.UU. En una entrevista con el diario francés Le Monde, el ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, afirmó que el enorme paquete de estímulo del gobierno de Obama apenas ha tenido efecto en la tasa de desempleo, que se mantiene muy por encima del 9%.

El domingo, no obstante, la canciller Angela Merkel declaró su solidaridad con EE.UU. y otros países.

Según los documentos facilitados por los países del G-20, EE.UU. y Alemania, al igual que Francia, Gran Bretaña y Canadá, siguen caminos similares para disminuir a la mitad sus déficits fiscales. La cumbre del G-20 les concedió la forma de formalizar esos compromisos.

EE.UU. estima que reducirá su déficit a 4,2% de su Producto Interno Bruto para 2013 frente al 10,1% actual, mientras que Alemania busca un déficit de 3% del PIB en 2013, frente al 5,5% de 2010. EE.UU., sin embargo, depende más del crecimiento económico para alcanzar este objetivo que Alemania, que se espera se expanda a un ritmo más pausado.

"Históricamente, los compromisos alcanzados durante las cumbres han servido para que los países hagan lo que de todos modos querían hacer", dijo Ted Truman, economista del Instituto Peterson de Economía Internacional, un centro de estudios de Washington.

La cumbre de Toronto se vio afectada por algunas de las mayores manifestaciones contra un foro económico internacional desde los disturbios del encuentro de la Organización Mundial del Comercio en Seattle en 1999. Cerca de 600 personas fueron arrestadas en las protestas.

La sesión del G-20 se centró poco en los grandes mercados emergentes como China, India y Brasil. La parte más significativa de la cumbre podría haber sido que se encontraba en el calendario internacional, lo que les permitía usarla como fecha límite para solicitar cambios.

Tanto Washington como funcionarios del banco central en Beijing usaron la sesión para lograr la aprobación del gobierno chino para permitir la apreciación del yuan. El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, dejó claro que EE.UU. esperaba una decisión sobre la moneda para la cumbre del G-20 cuando retrasó la divulgación de su informe semestral sobre prácticas en el mercado internacional de divisas, que podría haber usado para acusar a Beijing de manipular el yuan para obtener ventaja en el comercio internacional.

[G-20]
Funte: WSJ