2010/03/04

... y suma un nuevo dolor de cabeza: la deflación

Por Brian Blackstone

FRÁNCFORT—Los países europeos que luchan por tapar grandes agujeros en sus finanzas enfrentan un dolor de cabeza adicional: no hay suficiente inflación.

Una prolongada caída en los precios, que los economistas llaman deflación, es una posibilidad real en algunos países de la zona euro, incluidos España e Irlanda, afirman analistas. A otros, entre los que destaca Grecia, les esperan años de inflación muy débil. Un desenlace de este tipo podría dificultarles aún más a las economías más débiles de la zona euro a escaparse del bajón. Como consecuencia, los gobiernos pasarían todavía mayores apuros para reparar sus presupuestos y reducir sus deudas públicas.

"El riesgo de que España e Irlanda enfrenten un período muy largo de deflación es muy alto", cuando la explosión de las burbujas inmobiliarias sigue afectando sus economías, apunta Jennifer McKeown, economista de la consultora Capital Economics en Londres.

La combinación de alta deuda y precios menguantes dentro de las fronteras de la zona euro complicaría las esperanzas de una recuperación más amplia en el continente. España y otros países en la periferia del bloque fueron impulsores clave del crecimiento de la región en los últimos 10 años.

Encuestas difundidas hace poco mostraron que los fabricantes en España, Grecia e Irlanda recortaron los precios el mes pasado, siguiendo con una tendencia que ha cobrado impulso desde hace más de un año. En Grecia, cayeron a su ritmo más rápido en ocho meses, "a medida que la fuerte competencia continuó limitando a las empresas", según Markit Economics, que compila esta clase de datos. La producción industrial general en la zona euro se recuperó hasta alcanzar en febrero un máximo de 30 meses, impulsada por las exportaciones y el reabastecimiento de inventarios locales.

Los precios al consumidor ya están bajando en Irlanda. España corre el riesgo de sufrir algo similar, afirman muchos economistas, ya que el desempleo en el país es de los más altos en la zona euro. Los precios al consumidor en Irlanda bajaron 2,6% frente a un año antes, la mayor precipitación en la zona euro. El consumo de los irlandeses va en retirada, luego de que la recesión en el país impulsara la tasa de desempleados, que aumentó casi dos tercios, a más de 13% a fines de 2009.

Los minoristas respondieron con una rebaja de precios. La campaña de 2009 de la cadena de supermercados Marks and Spencer, que puede traducirse como "Escuchamos y Rebajamos" (en referencia a los precios), redujo los precios de la ropa, los muebles y los artículos para el hogar en un promedio de 12%. Se prevé que los precios vuelvan a caer en 2010, según la Comisión Europea.

Para las empresas, precios más bajos para los bienes de consumo y los servicios a menudo significan menores ganancias. Para los gobiernos, menores ingresos tributarios, en especial en países europeos donde los impuestos por ventas o valor agregado conforman una gran parte de sus ingresos impositivos. Eso podría complicar los cálculos de por sí frágiles de Grecia, Irlanda y otros, en momentos en que intentan controlar sus déficits presupuestarios.

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La deflación se produce cuando los precios a la baja se convierten en parte de la mentalidad de los hogares y las empresas, lo que los lleva a aplazar gastos, inversiones y contrataciones, dado que creen que los bienes, servicios y los empleados costarán menos en el futuro. Este tipo de expectativas y el comportamiento cauto al que conducen pueden hundir a una economía en una especie de malestar como el que atrapó a Japón durante casi 20 años.

Los economistas en general concuerdan en que, con moderación, el alza de los precios ayuda a llenar las arcas del gobierno y puede facilitar el pago de deuda soberana.

El Banco Central Europeo afirma que la inflación anual en la zona euro de 16 países se ubica en alrededor de 1%.

—Jonathan House, en Madrid, contribuyó a este artículo.

Fuente: WSJ