2010/01/05

Subidas de tipos: Los viejos fantasmas amenazan con volver

por Jennifer Hughes y Michael MacKenzie

Inversores y banqueros se reincorporaron ayer a sus puestos de trabajo preparados para enfrentarse a las nuevas tendencias de los mercados. Hay un tema que predomina sobre los demás: el riesgo del aumento del coste del crédito, a medida que los bancos centrales comiencen a retirar las medidas de estímulo extraordinarias de los dos últimos años.

Muchos pronósticos se centran en dos años en concreto, 1994 y 2004, a la hora de evaluar lo que el futuro próximo puede depararnos. En 1994, la rentabilidad de los bonos se disparó después de que los inversores se vieran sorprendidos en febrero de aquel año por un aumento de los tipos por parte de la Reserva Federal, que resultó ser el primero de muchos.

Del mínimo registrado a principios de año, un 4%, la rentabilidad a dos años terminó el ejercicio en un 7,7% . En 2004, el último año en el que los inversores anticiparon el final del periodo de relajación de la política monetaria, los datos provocaron una fuerte subida de la rentabilidad, aunque las cosas se calmaron cuando la Fed comenzó una serie de aumentos de un cuarto de punto debidamente anunciados, que se prolongaron durante los siguientes dos años. Esta vez, hay más en juego. Si cierran el grifo demasiado pronto, los banqueros centrales corren el riesgo de desencadenar una nueva recesión.

Si tardan demasiado en retirarse, aumentará el riesgo inflacionista. Un malentendido, un equívoco en la política de un banco central o incluso una mala interpretación de la tendencia de los mercados podrían provocar un aumento de la rentabilidad y caídas bursátiles. En opinión de Paul McCulley, del fondo de inversión de bonos Pimco, no parece que la Fed vaya ajustar los tipos este año, aunque, según él, el lenguaje utilizado por el banco central cambiará antes de que se produzcan cambios, y casi con seguridad, este mismo año.

“Hay bastante incertidumbre sobre la rapidez y la intensidad con la que el mercado se anticipará al proceso de ajustes”, asegura McCulley. “Nuestra sensación es que en el momento en el que la Fed cambie mínimamente el discurso, habrá sorpresas desagradables, por la impaciencia y las especulaciones de los mercados. Para los inversores activos, la incertidumbre es una oportunidad para explotar las oscilaciones entre los distintos mercados”, añade.

“2010 será una fuente importante de ingresos para quien sepa aprovechar el momento”, explica Jim Caron, responsable de estrategias de tipos de interés de Morgan Stanley. “Esperamos que esta retirada de estímulos sea un proceso bastante desigual a nivel global, con oscilaciones de tipos poco sincronizadas. El riesgo está en el ritmo al que se desarrollen los acontecimientos”, asegura.

En cuanto a las tendencias bursátiles, las acciones, por lo general, suelen sufrir caídas cuando los mercados se enfrentan a subidas de los tipos. ”En EEUU, suele haber cierta corrección de los mercados al comienzo de los ajustes monetarios”, explica Teun Draaisma, estratega de renta variable de Morgan Stanley.

Según Draaisma, la caída media de las acciones europeas es del 13% semestral, y suele comenzar con la primera subida de tipos, aunque esta vez podría adelantarse. “En esta ocasión, creemos que esta fase comenzará con la retirada de liquidez en la primera mitad del año y no con la revisión de tipos por parte de la Fed, que podría llegar en el segundo semestre”, explica.

En 1994, el S&P 500 cayó un 4,6% en los seis meses siguientes a la primera intervención de la Fed. En 2004, con los mercados más en calma, el S&P 500 cayó menos de un 1% en el semestre posterior a la primera subida de la rentabilidad y acabó por recuperar un 9,2% anual tras difundirse la sensación de que el ajuste de la Fed era un voto de confianza a la economía. Si en esta ocasión cualquier cambio de política de la Fed se percibe de la misma forma, la corrección de los mercados podría ser mínima.

No obstante, hay otros factores que podrían provocar más subidas de la rentabilidad de los bonos y afectar al ánimo de los mercados. Entre estos están el exceso de emisión de bonos soberanos durante este año, en un intento de los gobiernos por compensar el gasto del año pasado. El endeudamiento del año pasado se compensó en gran parte por los estímulos que permitieron a los bancos centrales comprar la mayor parte de los nuevos bonos, pero estos programas están llegando a su fin.

El lunes, McCulley reconoció que Pimco reducirá su exposición en EEUU y Reino Unido. Por otra parte, en opinión de Jerome Booth, responsable de investigación de Ashmore Investment Management, “la crisis crediticia podría considerarse algo positivo por haber acelerado los cambios en la percepción global sobre los mercados emergentes y la valoración del riesgo”. Booth cree que la clave está en la diversificación, como mejor forma de protección frente a los posibles resultados.

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