2010/01/13

El impuesto bancario de Obama

por Lex Column | FT

Mientras los principales banqueros de EEUU se reúnen en Washington para volver a tratar las causas de la crisis, la administración Obama intenta dar un golpe. Su objetivo es el de recaudar más de 100.000 millones de dólares (68.977 millones de euros) mediante un impuesto a los bancos, aparentemente para cubrir las pérdidas derivadas de los fondos de rescate del TARP.

Es probable que los políticos dictaminen que los bancos más pequeños y las Cooperativas de Ahorro y Crédito estarían exentas. Así que el proyecto provisional podría implicar un gravamen, tal vez similar a las contribuciones al fondo de seguro de depósitos, sobre los bancos de mayor tamaño durante varios años. El precio de las acciones de los grandes bancos cayó el martes.

Concept Capital calcula que el mayor de ellos podría pagar 20.000 millones de dólares (después de haber devuelto los fondos del TARP con intereses). Pero la propuesta, bajo su forma actual, no tiene mucho sentido. Se espera que las inversiones bancarias del TARP aporten beneficios a partir de ahora. Las pérdidas proceden, en cambio, del rescate del sector del automóvil y de AIG.

Además, los últimos cálculos oficiales de las “perdidas” del TARP incluyen una parte que en realidad son gastos; por ejemplo, hasta 50.000 millones de dólares para estimular la modificación de hipotecas. Así, este plan guarda más relación con el populismo y con la reducción simbólica del déficit que con la recuperación de la inversión en el sistema bancario.

Ese subterfugio no ayuda mucho a la hora de intentar diseñar un impuesto que no se trasladase a los clientes de los bancos. Al menos, los gravámenes europeos sobre los bonus –que probablemente dañarían más a los accionistas que a los empleados– abordaban directamente el descontento público. Tampoco es probable que ponga freno al riesgo –para empezar, las primas sobre los seguros de depósitos no penalizan a las entidades de riesgo–.

Entretanto, no está claro cómo encajaría el impuesto con otros ya propuestos, como un gravámen similar sobre las entidades importantes para el sistema. Es posible que un impuesto contra los bancos sea del agrado de una enojada opinión pública. Pero este nuevo ataque a los bancos se asemeja más al típico teatro político.

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