2009/10/16

Los fondos estatales extienden sus redes por todo el mundo

por Henny Sender

El mes pasado, China Investment Corp (CIC), el fondo soberano chino, adquirió una participación minoritaria por valor de 1.000 millones de dólares (671,7 millones de euros) en Noble Group, una gran empresa de Hong Kong que se encarga del envío, comercio y procesado de materias primas.

La operación no ocupó prácticamente ninguna portada de los diarios de Europa o EEUU. Sin embargo, pone de relieve una tendencia que podría tener importantes implicaciones para los flujos de inversiones hacia Occidente en los próximos años. Hace sólo dos años, tras su creación, el CIC destinó la mayor parte de sus inmensos fondos a la inversión en activos financieros estadounidenses, reproduciendo el interés que han mostrado tradicionalmente los fondos soberanos asiáticos por Occidente.

Sin embargo, tras la crisis crediticia, CIC ha cambiado radicalmente de estrategia. A CIC, al igual que a otras filiales del gobierno chino y a sus entidades homólogas de Singapur y Oriente Medio, le preocupa que los valores denominados en dólares, como los bonos del Tesoro, ya no sean reservas fiables. CIC se dedica ahora a buscar en todo el mundo oportunidades de inversión para sus 200.000 millones de dólares de fondos en un amplio número de empresas energéticas y de recursos naturales como Noble Group.

Según fuentes del entorno, también se está planteando la inversión en otros activos como la propiedad. JPMorgan calcula que a finales de este año, CIC probablemente habrá gastado 50.000 millones de dólares en inversiones similares al acuerdo con Noble –desviando dinero que en un tiempo podría haber estado destinado, por ejemplo, al mercado estadounidense de bonos.

Este cambio podría tener implicaciones macroeconómicas mucho más importantes, no sólo para las perspectivas del dólar y de los mercados de deuda estadounidenses, sino también para muchos otros sectores. Los vastos fondos de CIC son producto de la formidable máquina de exportaciones industriales de China, que ha producido reservas de cerca de 2 billones de dólares.

La mayor parte de los economistas esperan que el mundo consiga recuperar el equilibrio en los próximos años, cuando China opte por recortar el ahorro y las exportaciones y aumentar el gasto. Pero, con independencia de ese hecho, CIC y otros fondos asiáticos de riqueza soberana, como el fondo coreano, parecen dispuestos a reforzar su crecimiento, dado que la vuelta al equilibrio será lenta, decisión que vendrá acompañada de una revalorización de sus divisas.

No obstante, los fondos de riqueza soberana de Oriente Medio parecen depender más de los precios del crudo. No obstante, hay decisiones que están tomando estos fondos que aumentarán su influencia, con independencia de los ingresos que consigan. Por una parte, los fondos están intensificando sus relaciones y aprendiendo unos de otros, lo que reduce la posibilidad de posibles enfrentamientos o de que unos consigan peores condiciones de las entidades que intentan acudir a su rescate.

“Cuando la Autoridad de Inversiones de Qatar (QIA en sus siglas en inglés) se plantea invertir, Government of Singapore Investment Corp (GIC) y Temasek son nuestros primeros puertos de escala", explica un ejecutivo de QIA. Ésta invirtió junto a CIC en Canary Wharf, iniciando una relación que los ejecutivos tienen intención de continuar. Con el tiempo, estos fondos han aprendido a distinguir en quién pueden confiar, después de cometer algunos errores bastante costosos.

Hay cierto resquemor, por ejemplo, sobre las negociaciones que se produjeron cuando ejecutivos de Citigroup y Merrill Lynch (ahora parte de Bank of America) se mostraron interesados en acudir al rescate de algunos fondos. "Son como concesionarios de coches de segunda mano”, asegura un inversor que participó en el acuerdo de Merrill, refiriéndose al diálogo con esa firma.

Cuando se iniciaron esas operaciones de rescate, algunos inversores de deuda soberana obtuvieron mejores condiciones que otros, como el derecho a renegociar los términos. Hace poco, la Autoridad de Inversiones de Kuwait (KIA) y GIC consiguieron salvar sus inversiones cambiando los términos, mientras que Temasek tuvo que malvender su participación en Bank of America en febrero, a pesar de que sus homólogos le advirtieron de que no lo hiciera.Esas duras experiencias no han llevado a los fondos a abandonar totalmente sus inversiones en EEUU.

Cuando Larry Fink necesitó captar miles de millones de dólares para financiar la compra por parte de BlackRock de Barclays Global Investors a principios de año, GIC, CIC y KIA se ofrecieron a ayudarle en menos de un día, porque todos confiaban en él. Según personas del entorno, KIA también habría invertido en Goldman Sachs, por el buen concepto que tiene de la compañía y de su consejero delegado, Lloyd Blankfein.

No obstante, Goldman decidió recurrir a Warren Buffett porque éste, a diferencia de los fondos, tenía la capacidad de moverse rápido y comprometerse a llegar a un acuerdo en cuestión de horas. Además de activos, los fondos de riqueza soberana están haciéndose mucho más selectivos. Cuando CIC, por ejemplo, invierte en firmas de capital riesgo o hedge funds, como hizo, por ejemplo, cuando pagó 3.200 millones de dólares al veterano inversor Chris Flowers, o 1.000 millones de dólares a Oaktree Capital, una firma de inversión, suele hacerlo en cuentas separadas.

"Los fondos de riqueza soberana quieren más control", explica Monte Brem, fundador de la consultora StepStone y asesor de algunos de los fondos más sofisticados del mundo. "Quieren implicarse más, lo que también plantea preguntas sobre cómo fondos como CIC, entre otros, conseguirán hacer frente a las presiones políticas.

Paradójicamente, aunque se cree que estos fondos tienen un matiz político, muchos reniegan de sus raíces y de la interferencia políticas, optando por adoptar decisiones puramente económicas. No obstante, cuanto más transparentes sean las implicaciones de sus inversiones, más aumentarán seguramente el control y las presiones de la clase política, no sólo en sus mercados, sino también en EEUU.

Fuente: FT