2009/10/15

Anatomía de un auge imprevisto

Por E.S. Browning

El miércoles, el Promedio Industrial Dow Jones escaló a 10.015,88 unidades, superando la barrera simbólica de los 10.000 puntos más rápido de lo que casi todos imaginaban. Tras la marca , el indicador acumuló un alza de 53% en apenas siete meses.

Fue la primera vez que el Dow Jones superaba los 10.000 puntos desde octubre del año pasado, cuando los mercados se vinieron abajo después del colapso del banco de inversión Lehman Brothers Holdings. La velocidad de la recuperación ha sorprendido a la mayoría de los inversionistas. El Dow alcanzó un mínimo de 6.547,05 unidades el 9 de marzo.

En esta ocasión, sin embargo, la reacción fue mucho más mesurada que la primera vez que el Dow cerró por encima de la barrera psicológica, el 29 de marzo de 1999, cuando los operadores descorcharon champán y repartieron gorras con la leyenda Dow 10.000.

"La gente no lo cree, no tiene confianza, está nerviosa y ansiosa", dice Andy Brooks, director de corretaje bursátil del grupo de gestión de patrimonio T. Rowe Price. "La mayoría de nosotros no podemos creer el año por el que acabamos de pasar, en el que se ganó y se perdió tanto dinero".

El Dow Jones subió en la jornada del miércoles 144,80 puntos, 1,47%, su mayor avance porcentual y en puntos desde el 21 de agosto. Otros índices bursátiles registraron ganancias similares.

A pesar de franquear un hito, los analistas subrayaron que el mercado no ha conseguido avanzar en más de 10 años. En realidad, el Dow Jones ha sobrepasado los 10.000 puntos en 26 ocasiones para luego descender al territorio de los cuatro dígitos.

En la ocasionalmente contradictoria lógica de Wall Street, el escepticismo generalizado es interpretado como algo positivo a corto plazo: significa que hay suficientes inversionistas que pronto podrían entrar al mercado e impulsar los principales indicadores.

A largo plazo, sin embargo, las dudas reflejan una preocupación de que el mercado no haya superado los problemas que lo postraron, de modo que la posibilidad de un nuevo declive está latente. "No vemos un catalizador que haga caer a la economía inmediatamente, pero ciertamente hay ciertos riesgos de que el mercado retroceda", ya que el alza ha sido tan súbita, dice Bruce McCain, estratega jefe de inversión de Key Private Bank.

De todos modos, las noticias económicas recientes, en especial los resultados de las empresas, han superado las expectativas. Esa fue una de las principales razones que explica el alza del miércoles.

Aunque las ganancias siguen muy por debajo de los niveles previos a la crisis, tanto Intel como J.P. Morgan Chase impresionaron gratamente a los inversionistas con resultados trimestrales mejores a lo esperado. Los ejecutivos de ambas compañías hicieron comentarios cautelosamente optimistas sobre el panorama de sus respectivos negocios.

Además, las ventas minoristas de septiembre en Estados Unidos fueron algo mejores de lo previsto y las empresas informaron que se deshicieron de sus inventarios con más rapidez de lo esperado en agosto. "La gente se sorprendió con los buenos resultados de Intel y J.P. Morgan, sobretodo J.P. Morgan", dijo Brooks, de T. Rowe Price. "Se trata de unos resultados muy buenos para ellos".

Las expectativas positivas para la economía mundial provocaron un aumento de US$1,03 por barril en los futuros del crudo en Nueva York. El petróleo alcanzó US$75,18 por barril, su mayor nivel en doce meses. El dólar, en tanto, prosiguió su declive al tiempo que los inversionistas se desprendieron de inversiones más seguras, como los bonos del Tesoro, en busca de retornos más jugosos fuera de EE.UU.

¿Hora de pisar el freno?

En apenas siete meses, el Dow Jones recuperó casi la mitad de lo que perdió en 17 meses: un derrumbe de 7.617,48 puntos desde su récord de 14.164,53 unidades alcanzado en octubre de 2007.

Hay motivos de peso para actuar con cautela. La economía estadounidense continúa con problemas y los bancos afrontan deudas incobrables y embargos hipotecarios generalizados. Asimismo, se espera que el gasto y el endeudamiento de los consumidores se mantengan por debajo de sus niveles habituales durante un tiempo.

La firma de investigación Ned Davis Research ha comparado el actual mercado alcista al que se registró entre 1974 y 1976, cuando el Dow se disparó 76%. Al igual que la actual, esa alza tuvo lugar en medio de un período problemático para las acciones. Si esta corrida es similar, aún hay espacio para subir, pero la mayoría de los avances ya se habrían logrado.

La acción promedio en el índice bursátil Standard & Poor's 500 actualmente se transa a un valor equivalente a unas 20 veces las ganancias de los últimos 12 meses, calcula Ned Davis, por encima del promedio de 17 desde 1972. La cifra, no obstante, está por debajo del nivel de 22 que ha sido el techo para las acciones en los últimos años, afirma la firma de investigación. Ned Davis estima que el S&P 500, que aumentó 1,75% el miércoles a 1.092,02 puntos, podría tocar los 1.200 antes de que comience a parecer caro.

"Pensamos que la racha alcista aún tiene combustible", señala Ed Clissold, analista global senior de Ned Davis. Al igual que muchos analistas, sin embargo, Ned Davis prevé cierto retroceso debido a la ganancia significativa de las acciones desde marzo.

Una peculiaridad es que, históricamente, los niveles de 10.000, 1.000 y 100 han sido grandes atolladeros para el Dow, que ha tendido a estancarse en esos niveles. El índice llegó por primera vez a los 1.000 en los años 60, pero luego pasó más de una década por debajo de ese nivel, que no superó de manera duradera hasta 1982.

Muchos inversionistas temen que, para que las acciones empiecen una racha alcista duradera y dejen atrás de manera definitiva la barrera de los 10.000 puntos, la economía estadounidense tiene que resolver sus numerosos problemas y las acciones tendrían que pasar un período mayor con una relación de precio-ganancia por debajo del promedio.

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Fuente: WSJ