2009/10/13

Comportamientos opuestos en los mercados

por Lex I Financial Times

En mecánica cuántica, la denominada superposición se produce cuando algo existe en dos o más estados al mismo tiempo. Últimamente, lo mismo parece producirse en las economías y mercados financieros.

La opiniones diametralmente opuestas sobre cualquier tema, desde las perspectivas de crecimiento a si habrá inflación o desinflación, están derivando en subidas simultáneas de tipos de activos generalmente opuestos.

Los que piensan que lo peor ha pasado llevan comprando despreocupadamente renta variable desde marzo. También están haciendo que suba el precio del petróleo y las materias primas, con la esperanza de que la demanda global se recupere hasta los niveles previos a la crisis con una rapidez razonable.

Al mismo tiempo, por los motivos opuestos, los catastrofistas acumulan bonos –la rentabilidad de los títulos del Tesoro a 10 años ha caído 30 puntos básicos en las dos últimas semanas y las únicas entradas netas en fondos de inversión este año en EEUU se han producido en fondos de renta fija–. Las interpretaciones desiguales también abundan en el área de las divisas.

Los boyantes operadores quieren monedas de riesgo como el dólar australiano y el real brasileño. Pero las divisas seguras como el yen japonés también están repuntando. Asimismo, los inversores en oro actúan de forma esquizofrénica. Tanto los signos alentadores como las noticias negativas parecen buenos motivos para adquirir el metal amarillo. Y el oro ha tocado recientemente niveles récord en términos nominales, mientras que los movimientos relativos de los bonos, vinculados a la inflación, sugieren que otros inversores piensan que el precio va a caer.

Para ser justos, estos universos paralelos son un simple reflejo de la inconsistencia de datos esenciales. ¿Por qué están mejorando las ventas minoristas en EEUU mientras que el desempleo y las ejecuciones siguen aumentando y el crédito cae? Las grandes naciones exportadoras como Alemania se están recuperando al tiempo que aumenta el precio de sus divisas. La deuda soberana de los mercados emergentes o los bonos municipales estadounidenses tienen un precio que los hace parecer libres de riesgo.

Al final, desde luego, sólo una de las interpretaciones será la correcta. Los mercados pueden seguir actuando de forma irracional durante mucho tiempo, pero cuando se verifique la realidad, las consecuencias para algunos serán atroces.

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