2009/01/20

Gran Bretaña refuerza la ayuda a los bancos, pero ¿será suficiente?

Por Carrick Mollenkamp, Sara Schaefer Muñoz y Alistair MacDonald

El gobierno del Reino Unido se comprometió a destinar decenas de miles de millones de dólares adicionales para reanimar un tambaleante paquete de rescate financiero. El anuncio coincidió con la advertencia de uno de los principales beneficiarios del plan, Royal Bank of Scotland Group PLC, sobre pérdidas gigantescas en 2008.

La situación sugiere que los gobiernos a ambos lados del Océano Atlántico luchan por no verse superados por una crisis económica cada vez más profunda y podrían estar quedándose sin municiones para combatirla.

El plan más reciente del Reino Unido gira en torno a un intento por asegurar a los bancos contra nuevas pérdidas, una medida similar a los anuncios en Estados Unidos la semana pasada para limitar las pérdidas de Citigroup Inc. y Bank of America Corp. EE.UU. también contempla una segunda etapa de su rescate financiero que involucraría una garantía adicional sobre los activos bancarios y el establecimiento de una entidad estatal dedicada a comprar los activos tóxicos en los balances de los bancos.

Aún no se sabe cuándo tocarán fondo los bancos. Eso quedó de manifiesto el lunes cuando Royal Bank of Scotland (RBS) afirmó que espera que sus pérdidas en 2008 oscilen entre 22.000 millones de libras esterlinas y 28.000 millones de libras esterlinas (entre US$31.800 millones y US$40.500 millones). Como parte del rescate, la participación del gobierno en RBS aumentará de 58% a 70% y muchos opinan que una nacionalización total del banco es probable. La acción de RBS se precipitó 67% el lunes.

La pérdida de RBS también sugiere que la participación del banco en la compra de ABN Amro Holding NV por parte de un consorcio europeo probablemente pase a la posteridad como una de las peores decisiones de la historia bancaria. Una cuantiosa pérdida está ligada a un préstamo de ABN al fabricante de químicos Lyondell Chemical Co., el brazo estadounidense de una empresa holandesa controlada por el industrial de origen ruso Len Blavatnik, que este mes se acogió a las leyes de bancarrota. "Duplicamos la apuesta en el momento equivocado", señaló el presidente ejecutivo de RBS, Stephen Hester. El precio de la acción de RBS llegó a 12 peniques, menos de lo que cuesta un paquete de chicles.

El último plan del gobierno británico se produce sólo tres meses después de que el primer ministro, Gordon Brown, anunciara un paquete de rescate de 400.000 millones de libras esterlinas en octubre (unos US$590.000 millones), que incluía una inyección de capital de 37.000 millones de libras en RBS, HBOS PLC y Lloyds TBS Group PLC. Ese paquete impidió un colapso de los bancos británicos, pero no estabilizó el sector.

El plan más reciente es una apuesta de Brown a que el sistema financiero británico se mantendrá a flote. Brown, que debe convocar elecciones antes de mayo de 2010, fue aclamado por el plan de octubre que se convirtió en un modelo global.

Esos halagos, sin embargo, ahora se desvanecen y el lunes el líder británico afirmó ante los periodistas que "estas son épocas extraordinarias. Requieren de acciones sin precedentes". George Osborne, vocero de finanzas del Partido Conservador, contestó que el nuevo plan era "la admisión más clara de que el primer rescate de los bancos había fallado". El gobierno enfrenta importantes preguntas sobre si el plan será suficiente para contener los problemas de la banca.

"La escala de las pérdidas, tanto de los activos existentes del mercado financiero como de pérdidas de crédito futuras... probablemente sea mucho mayor que el escenario para el que se diseñaron las medidas tomadas en octubre", afirmó Robert Law, analista bancario de Nomura International PLC.

Para los reguladores, se ha vuelto cada vez más claro que la protección de los bancos requerirá de un esfuerzo persistente que podría exigir miles de millones de dólares más a lo largo de varios años. Podrían necesitarse medidas más extremas, incluyendo la nacionalización completa de RBS. Según una fuente al tanto, tanto el gobierno como RBS evaluaron esa opción en semanas recientes.

El gobierno de Gran Bretaña "está apostando a que la economía global mejore y no tenga que llegar hasta el extremo de nacionalizar, pero esa es la dirección en la que avanza", señaló Simon Johnson, profesor de la escuela de administración Sloan del Instituto de Tecnología de Massachusetts, MIT, y un ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional. "Pero nadie está completamente preparado para eso a ambos lados del Atlántico, así que hay que pasar por estos pasos intermedios".

El nuevo plan británico aglutina varias medidas en un intento combinado por limitar las pérdidas por préstamos incobrables y generar nuevos préstamos. El gobierno planea obligar a los bancos que acepten la nueva ayuda a cuantificar sus compromisos de préstamos, los que serán auditados.

En un intento por limitar las pérdidas que los bancos tendrán que absorber —y aliviar las necesidades de capital— el gobierno británico accedió a asegurar el 90% de las pérdidas bancarias una vez que los bancos absorban un golpe inicial bajo un llamado "plan de protección de activos". El plan, que podría durar hasta cinco años, abarcará préstamos hipotecarios comerciales y residenciales, complejos fondos de deuda y préstamos apalancados. Una ventaja: ayudará a los bancos a reducir la cantidad de capital necesario para cubrir pérdidas previstas e imprevistas.

Muchos detalles del plan aún no están claros, como la comisión que pagarían los bancos por el seguro. El gobierno afirma que es difícil determinar el costo total de las medidas porque aún no está claro cuánta protección contra las pérdidas solicitarán los bancos. Funcionarios del Tesoro británico y ejecutivos bancarios negocian actualmente sobre los activos qué necesitan asegurarse.

Simon Adamson, analista de la firma de valores londinense CreditSights‐, duda de que el plan sea suficiente para contener los problemas del sector financiero. "Si esto no funciona en términos de la economía en general, probablemente no hay mucho más que el gobierno pueda hacer", señaló.