2009/01/17

El gobierno prepara una inyección de hasta US$20.000 millones en Bank of America

Por Dan Fitzpatrick, Deborah Solomon y Susanne Craig

La acción de Bank of America Corp. llegó a su nivel más bajo desde 1991 en momentos en que la empresa se dispondría a asumir pérdidas de miles de millones de dólares relacionadas con la reciente compra de la firma de valores de Wall Street Merrill Lynch & Co.

Se espera que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos inyecte entre US$15.000 millones y US$20.000 millones en capital fresco y asuma entre de US$115.000 millones y US$120.000 millones en pérdidas de Bank of America, en un intento por apuntalar una institución que ha sido considerada una de las más sólidas del endeble sistema bancario estadounidense, dicen fuentes cercanas.

La caída de 18% de la acción de Bank of America el jueves le otorga al banco de Carolina del Norte una capitalización de mercado en torno a los US$41.800 millones, una suma inferior a los US$46.000 millones en acciones que el banco originalmente ofreció por Merrill. Su título ha perdido más de 40% de su valor en las últimas siete sesiones bursátiles.

Los acontecimientos irritaron a los accionistas de Bank of America, que empezaron a preguntarse cuándo su presidente ejecutivo, Kenneth Lewis, se enteró por primera vez de las problemáticas posiciones de Merrill. Muchos querían saber por qué Lewis no divulgó las pérdidas antes de la votación sobre el acuerdo con Merrill el 5 de diciembre, o antes de cerrar el pacto el 1 de enero. Otros se preguntaban por qué el ejecutivo y otros banqueros no anticiparon las pérdidas antes de alcanzar el acuerdo con Merrill el 15 de septiembre.

La adquisición de Merrill se realizó en un momento de frenesí cuando Lehman Brothers Holdings Inc. se declaraba en bancarrota. Durante la conferencia de prensa en la que se anunció la operación, Lewis resaltó que no necesitaba ninguna clase de asistencia gubernamental. "De hecho, pensamos que la estructura de capital de Merrill Lynch era muy buena y que tenía una base de capital accionario mucho más grande en comparación a otros que habíamos visto, así que se ve bien", dijo entonces.

Fuentes cercanas indican que Bank of America sólo se enteró de las pérdidas de Merrill después de la votación de los accionistas. En los días siguientes, tanto el Presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Ben Bernanke, como el Secretario del Tesoro, Henry Paulson, le insistieron a Lewis sobre la importancia de cerrar la transacción para el sistema financiero del país en general, aseguran fuentes al tanto.

"Si hubiéramos sabido a principios de mes lo que averiguamos a fines de mes habríamos actuado de otra manera", señala una fuente cercana. En un momento de diciembre, Lewis incluso envió a abogados a Nueva York para que trataran de averiguar si la situación de Merrill había llegado a ser "significativamente adversa" hasta el punto de cancelar el acuerdo, asegura una fuente.

Lo que Lewis descubría en ese momento era que Merrill sufría pérdidas en el cuarto trimestre en todos sus productos crediticios, afirman fuentes al tanto. Las mayores pérdidas se registraban en una amplia gama de productos, como bonos ligados al desempeño de bienes raíces comerciales y otros valores respaldados por activos, según las fuentes. Estas pérdidas podrían superar los US$10.000 millones, afirman fuentes al tanto.

El 17 de diciembre, Lewis viajó a Washington para tratar lo que ya le había revelado a Bernanke en una llamada telefónica previa: que su banco tenía problemas para digerir las pérdidas de Merrill. El presidente ejecutivo describió las pérdidas como monstruosas, según una fuente cercana. Durante esa reunión, Bernanke y Paulson le dijeron a Lewis que no completar la adquisición de Merrill sería desastroso. Los funcionarios afirmaron que creían que abandonar el acuerdo desestabilizaría aún más a los mercados, lo que perjudicaría a Bank of America y podría desatar un efecto dominó que exacerbaría una situación de por sí frágil.