2011/12/07

La deuda "chatarra" quizás no se merezca ese nombre

Por Suzanne McGee

Para algunos inversionistas, los bonos "chatarra" últimamente se parecen mucho a un tesoro.

Los generosos rendimientos sobre estos bonos por debajo del grado de inversión —a menudo llamados cortésmente bonos de alto retorno— atrajeron una gran cantidad de nuevo capital de inversionistas hacia fondos de inversión y fondos que cotizan en bolsa que se especializan en esta parte del mercado de renta fija. En un momento en octubre, los flujos semanales ascendieron a US$2.200 millones, el más alto que haya registrado Lipper desde que comenzó a seguir estos datos en 1992.

Eso podría sonar irracional, considerando los altos niveles de volatilidad del sector este año. También están las perspectivas preocupantes de que una crisis financiera europea afecte a inversiones de todas clases. El fondo de alto retorno promedio tuvo un rendimiento de 0,51% hasta el 30 de noviembre, según Lipper, lo que supera el rendimiento promedio de 4,95% para algunos fondos de bonos con grado de inversión.

Pero Ray Kennedy, cogestor del fondo Hotchkis & Wiley High Yield, afirma que los inversionistas responden de una forma perfectamente racional a una oportunidad bastante irracional que de golpe apareció hace poco y se mantiene más o menos intacta. "Vemos niveles de diferenciales que simplemente no parecen tener sentido", señala.

Normalmente, la razón por la que los diferenciales de bonos chatarra se vuelven tan amplios —hasta el nivel actual de alrededor de ocho puntos porcentuales por encima de lo que se les paga a los inversionistas que poseen valores del Tesoro de EE.UU.— es que el riesgo asociado con la inversión también aumenta marcadamente. Pero ese ya no es el caso, afirman gestores y analistas de renta fija. Los diferenciales aumentaron a mediados de año a medida que los inversionistas comenzaban a abandonar lo que consideraban activos de riesgo, incluyendo acciones y bonos basura; en tanto, la tasa de cesación de pagos de bonos chatarra cayó por debajo de 2% por primera vez desde 2008, lo que indica que el riesgo real asociado con la clase de activos de hecho era menor, sostienen gestores y analistas.

Barclays Wealth, una división de Barclays PLC, está entre las firmas que ven una oportunidad en los bonos basura. "Es un buen momento para estar en esta parte del mundo de la inversión, con diferenciales que están por encima de la media de 10 años y que superarán significativamente los niveles probables de cesación de pagos, incluso con un pronóstico pesimista", señala Elizabeth Fell, una estratega de renta fija de EE.UU. en la firma. En las últimas semanas, Fell y su equipo elevaron la asignación recomendada a una categoría que incluye deuda de mercados emergentes y bonos basura de 2% a 6%, y esos cuatro puntos porcentuales extra fueron colocados en bonos basura, explica.

Con el tiempo, si el apetito de los inversionistas por los retornos por encima del promedio de bonos basura sigue siendo insaciable, los precios aumentarán y el spread entre los rendimientos de bonos basura y de valores del Tesoro de EE.UU. volverá a contraerse. "Estamos en las primeras etapas de una fuerte racha de (los bonos) de altos retornos", afirma Kathleen Gaffney, gestora de renta fija de la firma de fondos de inversión Loomis, Sayles & Co. Si Gaffney tiene razón, el mercado podría terminar llevando los diferenciales de bonos chatarra a niveles tan bajos que los retornos ya no reflejarían lo suficiente el riesgo que separa un bono basura de otro con grado de inversión.

El desafío para los gestores de altos retornos es decidir cómo posicionar sus portafolios dentro de la clase de activos, teniendo en consideración, por ejemplo, bonos de calificación BB contra otros más peligrosos como valores con calificación C.

Gaffney y otros gestores y analistas sostienen que la clave para capturar y conservar los altos retornos del sector es un análisis riguroso valor por valor; coinciden en que no es momento de invertir en un fondo que se concentre en un sector o una parte del espectro de crédito.

Todd Rosenbluth, analista de fondos de inversión de S&P Capital IQ, una filial de McGraw-Hill Cos. en Nueva York, afirma que las inversiones exitosas en bonos basura este año dependieron de tomar buenas decisiones a nivel micro y no macro.

Aunque las cifras fundamentales indican que los bonos basura seguirán teniendo un mejor desempeño que otras clases de valores de renta fija, quienes tienen experiencia en esta parte del mercado afirman que otras cosas podrían afectar los precios. Uno es el hecho de que muchos bancos y bancos de inversión redujeron sus actividades de generación de mercado como respuesta a nuevas regulaciones financieras o simplemente para reducir su propia exposición al riesgo. El resultado, afirma Kennedy, es que el corretaje de valores individuales —nunca tan líquido como lo es en las acciones o incluso en bonos corporativos de grado de inversión— puede volverse más complicado, y añadir volatilidad.

Fuente: WSJ