2011/06/27

La solución para Grecia es garantizar su deuda, según ex banquero central de Alemania

Por Matthew Karnitschnig y Nina Koeppen

FRÁNCFORT—El ex presidente del Bundesbank Axel Weber dijo que Europa necesita considerar otorgar garantías a la deuda pendiente de Grecia porque la única alternativa viable para Atenas es una cesación de pagos que sería más costosa y que podría generar una agitación financiera más amplia.

En su primera entrevista tras dejar el Bundesbank y el consejo directivo del Banco Central Europeo (BCE) a fines de abril, Weber dijo que la respuesta de Europa hasta ahora ha enfrentado las necesidades inmediatas de financiamiento del país sin ofrecerle una solución creíble y de largo plazo para controlar su creciente montaña de deudas.

Esa incertidumbre está alimentando temores de que Atentas podría verse forzada a declararse en moratoria y ha desestabilizado los mercados.

"Al final, solucionar el problema de la deuda griega implicará lidiar con la deuda en circulación y la vencida, y hay, desafortunadamente, opciones muy limitadas: o una cesación de pagos o reducciones parciales del valor adeudado a los acreedores o una garantía para la deuda griega en circulación. Los gobiernos tienen que decidir qué opción quieren, pero el actual enfoque gradual de programas de ayuda repetidos inevitablemente llevará a la última opción", dijo el ex banquero central.

Incluso después de su renuncia, Weber, de 54 años, sigue siendo una figura influyente, aunque controvertida, en los círculos económicos europeos. Sus comentarios sobre Grecia seguramente atraerán la atención en Berlín y otras capitales europeas donde los líderes lidian con el último rebrote de una crisis que ha afectado al continente por casi dos años.

Desde que anunció su partida, Weber ha sido frecuentemente mencionado como un posible sucesor para el presidente ejecutivo del Deutsche Bank, Josef Ackermann, cuyo contrato expira en 2013. Weber no descartó ir a trabajar al sector privado, pero dijo que tiene un compromiso para enseñar gestión de bancos centrales en la Universidad de Chicago hasta mayo del próximo año.

Emitir garantías podría ayudar a persuadir a los acreedores de Grecia de que canjeen la deuda que actualmente tienen por nuevos bonos con vencimientos más prolongados, con lo que le darían a ese país más tiempo para pagar sus préstamos. Los bancos europeos, que tienen buena parte de los títulos públicos griegos, se resisten extender los vencimientos de los bonos griegos a menos de que reciban incentivos, como garantías de que esa deuda será pagada. Alemania y otros países europeos hasta el momento se han opuesto a emitir garantías, argumentando que está en el interés de los bancos participar voluntariamente.

Sin embargo, los líderes europeos también están preocupados de que se genere un pánico más amplio en el mercado y han repetidamente rechazado sugerencias de que Atenas reduzca su carga de deuda al obligar a los inversionistas a aceptar menos de lo que se les debe o, lo que sería peor, declarando una cesación de pagos.

La receta de Europa para que Grecia supere sus problemas abarca un programa de severo recorte del gasto público, la privatización de activos estatales y un acuerdo "voluntario" para que los acreedores den más tiempo a Atenas para cumplir sus obligaciones.

Muchos inversionistas y economistas consideran que la carga de la deuda griega que asciende a 350.000 millones de euros (US$496.600 millones), o 155 % de su crecimiento económico proyectado para este año, es simplemente demasiado grande como para que la actual estrategia de Europa funcione.

"En algún punto hay que recortar pérdidas y reiniciar el sistema", dijo Weber.

"El problema griego no es un problema de corto plazo y no fue causado por la moneda común. Es un problema de raíces profundas, fiscales y estructurales, que probablemente necesite un horizonte de más de treinta años para solucionarse más que uno de entre tres y cinco años. Las medidas que Europa necesita adoptar para resolver este problema son mucho más profundas que los simples fondos para dar liquidez a corto plazo", opinó.

Los críticos argumentan que las garantías a la deuda serían contraproducentes al dar incentivos a los países a gastar en exceso. Para evitar eso, Weber dice que Grecia y otros países de la zona euro que reciben rescates deben ser obligados a endurecer las cláusulas de los futuros bonos estableciendo que los inversionistas automáticamente enfrentarán pérdidas si un país necesita un rescate.

"Lo que debe ser fortalecido son los incentivos para que, en el futuro, los países tengan que enfrentar la responsabilidad por la deuda que emiten. Pero para llegar a ese punto tenemos que lidiar con el legado de la deuda en circulación", sostuvo.

La resistencia a garantizar la deuda es particularmente fuerte en Alemania y otros países del norte de Europa, donde la reacción popular contra los rescates en Grecia y otros países periféricos es más importante.

Según Weber, que se opuso a la compra el año pasado de deuda gubernamental por parte del BCE para frenar la crisis, el Banco Central Europeo debería limitar su rol a la política monetaria y no involucrarse en la fiscal, porque implicaría introducirse demasiado en el proceso político.

Fuente: WSJ