2011/05/16

La UE podría perder a su mediador clave

Por Charles Forelle y Stephen Fidler

BRUSELAS—Cuando la policía bajó a Dominique Strauss-Kahn de un avión el sábado por la tarde en Nueva York, el director del Fondo Monetario Internacional se dirigía a Europa, el continente que sorprendentemente se convirtió en su cliente de más alto perfil.

El arresto de Strauss-Kahn bajo cargos de agresión sexual, que él niega, muy probablemente acabará con su período al frente de la institución con sede en Washington. Pero también complicará las tensas negociaciones entre los gobiernos europeos, a medida que la crisis de deuda soberana entre en otra fase crítica.

El nuevo capítulo está protagonizado por Grecia, cuyos problemas fiscales desataron la primera fase de la crisis antes de que fuera rescatada por la Unión Europea y el FMI hace un año.

El paquete de rescate de Grecia el año pasado asumía que recaudaría capital mediante la emisión de bonos a partir de este año, pero los mercados financieros siguen tan hostiles que parece que esta posibilidad ha quedado descartada, lo cual abre una brecha de hasta 60.000 millones de euros (US$84.600 millones) en sus finanzas para 2012 y 2013. Según funcionarios europeos, el FMI ha indicado que no se siente tranquilo con seguir financiando a Grecia este año sin un plan para hacer frente a ese déficit.

Antes de su arresto, se esperaba que Strauss-Kahn llegara a Berlín el domingo para reunirse con la canciller alemana Angela Merkel, y el lunes a Bruselas para un encuentro de los ministros de Finanzas de la zona euro para discutir el problema de Grecia.

El FMI se comprometió a aportar poco más de una cuarta parte de los 110.000 millones de euros en ayuda concedida a Grecia, y ha asegurado que proporcionaría un tercio del propuesto paquete de rescate de 78.000 millones para Portugal.

Se esperaba que Strauss-Kahn hiciera un llamado a los gobiernos de la UE a comprometerse con todo rescate adicional que Grecia pudiera necesitar para salir adelante en 2012 y 2013, así como sugerir que cualquier intervención posterior del FMI dependería de dicho compromiso.

Eso sería altamente controvertido en Alemania, donde el otorgamiento de fondos de ayuda para economías con graves dificultades fiscales es políticamente impopular. En su lugar, las autoridades allí tratan de presionar para que se le exija a Grecia posponer el pago de bonos en manos de inversionistas privados que vencen en 2012 y 2013.

Esa posición, a su vez, es la contraria a la del Banco Central Europeo, al que le preocupa el impacto que semejante reestructuración de deuda podría tener sobre el sistema bancario europeo y Francia.

Según los analistas, el FMI, y Strauss-Kahn, han jugado un papel estabilizador en los tensos desacuerdos entre los líderes europeos. "El fondo es visto más como un árbitro neutral que otras instituciones que participan en esta discusión", dijo Sony Kapoor, director gerente de Re-Define, un centro de investigación con sede en Bruselas.

Sin la presencia de Strauss-Kahn, no está claro cómo se procederá con estas discusiones. Funcionarios de la UE aseguran no haber recibido ninguna indicación de quién reemplazará al director en esta reunión, aunque algunos esperan que su segundo y sucesor interino, John Lipsky, asista.

Strauss-Kahn, un político europeo de primera fila, tenía una influencia inusual en los pasillos de poder del continente.

"Demuestra una mezcla única que lo hace muy relevante en la crisis europea", opina Uri Dadush, economista del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, con sede en Washington.

La reunión de ministros de Finanzas inaugura seis semanas muy ajetreadas. Se espera que la siguiente entrega del paquete original de rescate de 110.000 millones de euros sea aprobada y desembolsada el próximo mes. Además de luchar con Grecia, la UE y el FMI necesitan aprobar el paquete de Portugal a tiempo para que el país pueda cumplir con su pago de bonos a mediados de junio.

Strauss-Kahn, un defensor de los esfuerzos de reforma de Grecia, también es cercano al primer ministro de ese país, George Papandreou, un colega socialista. Durante una visita a Atenas en diciembre pasado, el director del FMI se mostró muy crítico con respecto a otros líderes europeos por no reaccionar con mayor rapidez a la crisis de la zona euro. Autoridades griegas aseguran en privado que les preocupa la posible pérdida de un aliado clave.

—Costas Paris y Alkman Branitsas contribuyeron a este artículo.

Fuente: WSJ