2009/09/07

EEUU: corrigiendo los desequilibrios

por José Carlos Díez. Economista jefe de InterMoney

Los datos de empleo de agosto en EEUU confirmaron que la recuperación sigue su curso, aunque se siguen notando las cicatrices de la crisis. La economía destruyó 216.000 empleos, 60.000 menos que en julio.

El sector servicios es el que más nota la mejoría con una destrucción de 80.000 empleos frente a los 154.000 de julio. La construcción destruyó 65.000 empleos frente a los 73.000 del mes anterior y la industria vuelve a empeorar y destruyó 136.000 frente a los 122.000 del mes anterior. Aunque la demanda se está recuperando, la industria acumula un elevado exceso de capacidad instalada y algunos sectores, como el automóvil, se enfrentan a un ajuste estructural por lo que si nos centramos en el análisis del sector servicios la recuperación cíclica siguió consolidándose en agosto.

Empleo total y de servicios. Fuente Bloomberg (4/9/09)
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Empleo total y de servicios. Fuente Bloomberg (4/9/09)

Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) fueron mucho peor de lo esperado y la destrucción de empleo fue más intensa que en la encuesta de payrolls y la tasa de paro se situó en el 9.7%, su mayor nivel desde 1983. Los salarios sorprendieron al alza y fueron revisados en el mes anterior, registrando en ambos meses un 0.3% mensual.

Desde el punto de visto de la demanda efectiva y del consumo, el aumento de los salarios aleja el fantasma de la deflación y del caso japonés pero hay que seguir de cerca su evolución, ya que un aumento de salarios reales retrasaría la recuperación de la inversión y de la demanda de empleo. De momento, siguen en niveles próximos al 3% por lo que los fuertes aumentos de productividad derivados de la destrucción de empleo limitan su impacto sobre los costes laborales unitarios de las empresas.

Esta semana conoceremos el Libro Beige de la Fed que confirmará la mejora de actividad, especialmente en el sector de la construcción e industrial, y el interés estará en ver cómo evolucionan salarios y precios con el fin de conocer si las presiones deflacionistas siguen diluyéndose. No obstante, se publican escasos datos por lo que no dispondremos de información relevante sobre la evolución cíclica pero si sobre la estabilidad y los riesgos asociados a dicho crecimiento.

Gráfico 2: Déficit comercial y tasa de ahorro de las familias. Fuente Bloomberg (4/9/09)
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Gráfico 2: Déficit comercial y tasa de ahorro de las familias. Fuente Bloomberg (4/9/09)

El principal desequilibrio de la economía estadounidense en los últimos años era su bajo nivel de ahorro que se materializaba en un elevado y creciente déficit exterior que aumentaba la liquidez mundial y ha sido una de las principales causas de los excesos que provocaron la crisis. Como se puede observar en el gráfico 2, el déficit comercial ha comenzado a reducirse con fuerza en el último año y en los últimos meses se ha reducido casi a la mitad respecto al nivel alcanzado el pasado verano. El descenso de los precios de las materias primas, especialmente del petróleo, explica buena parte de la caída tan exponencial del déficit, pero en el gráfico se observa cómo las familias americanas que, junto al Gobierno, explicaban la anormalmente baja tasa de ahorro de EEUU, han cambiado radicalmente su patrón de consumo y han revertido su tasa de ahorro a niveles de principios de los noventa.

Las perspectivas anticipan que el consumo privado en EEUU seguirá débil por un tiempo y se interpreta como un riesgo más que como algo positivo para las perspectivas económicas futuras de la economía mundial. Un consumo privado que crece, pero por debajo de su promedio histórico, facilitará que las familias americanas reduzcan su elevado endeudamiento y lo adecuen a los nuevos precios de los activos y al valor de su riqueza que ha caído aproximadamente una cuarta parte en los dos últimos años.

Si EEUU, Reino Unido y España están reduciendo significativamente sus déficits exteriores es porque se están reduciendo en la misma proporción los superávit de los países ahorradores, especialmente en China. El Dragón asiático ha sido el primer país en entrar en fase de recuperación y lo ha conseguido gracias al estímulo fiscal y monetario.

Esto ha provocado un fuerte aumento de sus importaciones, especialmente de sus vecinos asiáticos, y su superávit de balanza comercial se ha reducido drásticamente en los últimos meses. Los desequilibrios globales han derivado en elevados stock de deuda externa y de reservas de divisas por lo que tardarán mucho tiempo en normalizarse, pero al menos los flujos ya han caído a niveles sostenibles.

Fuente: Expansión