2009/05/21

El rescate financiero de EE.UU. adquiere aires duraderos

Por Damian Paletta, David Enrich y Deborah Solomon

Dentro de unas semanas, algunos de los mayores bancos estadounidenses empezarán a romper sus ataduras con el gobierno al devolver los miles de millones de dólares que les fueron inyectados como parte del plan de rescate.

El gesto cargado de sinmobilismo marca el final de un capítulo turbulento, pero probablemente quedará en segundo plano a raíz de un fenómeno paralelo: buena parte del resto de las otras medidas de emergencia para apuntalar el sistema financiera están adquiriendo un cierto aire de permanencia. De esta manera, el pago de los fondos provenientes del Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP por sus siglas en ingés) podría significar no el principio del fin, sino el fin antes de un nuevo principio.

"Llegará un momento en el cual podamos salir y decir, 'así es que va a funcionar el proceso de liquidación de los activos'", dijo el secretario del Tesoro Timothy Geithner en una audiencia ante el Senado el miércoles. "Pero es demasiado prematuro para hacer eso ahora".

El presidente Barack Obama promulgó el miércoles una ley que extiende el aumento de la garantía estatal sobre los depósitos hasta 2013. La Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) y el Departamento del Tesoro están desarrollando las llamadas asociaciones público-privadas para ayudar a los bancos a desprenderse de sus activos tóxicos y la Fed acordó el martes expandir una de sus líneas de crédito que ahora acepta como colateral valores respaldados por hipotecas comerciales de alta calidad.

Al gobierno le sigue preocupando la fragilidad del sector financiero. Su renuencia a eliminar estos programas y la inclinación de la industria financiera a seguir usándolos ha hecho más difícil para los reguladores el restablecer la sensación de disciplina en el mercado, dijeron funcionarios del gobierno. "Cuanto más tiempo existan, los mercados dependerán más de ellos", dijo el senador republicano Richard Shelby, en la audiencia. "Como resultado, es muy, muy probable que los mayores retos presentados por esta crisis financiera estén todavía por llegar".

Goldman Sachs Group Inc., J.P. Morgan Chase & Co., Capital One Financial Corp., U.S. Bancorp y Morgan Stanley figuran entre las instituciones que negocian con los reguladores la devolución de las inversiones del TARP. Funcionarios del Tesoro podrían permitir que un puñado de bancos empiece a repagar el dinero alrededor del 8 de junio.Los bancos tienen que demostrarle a los reguladores que son sólidos y pueden emitir deuda sin la asistencia del gobierno. Se espera que, después de este grupo inicial, la Fed recomiende mensualmente al Tesoro que otra tanda de bancos pague los fondos del TARP.

Por ahora, sólo cinco de las 45 entidades de ahorro que recibieron fondos bajo el TARP han solicitado autorización para regresarlos, dijo un portavoz de la oficina gubernamental que supervisa estas instituciones.

Edward Wehmer, presidente ejecutivo de Wintrust Financial Corp., un holding bancario que recibió US$250 millones en ayuda de los contribuyentes, considera los fondos como "capital barato". Dice que no le gustan las reglas impuestas por Washington tras el inicio del programa, sobre todo en cuanto a los límites a la remuneración de los ejecutivos, pero aprecia cómo el capital del gobierno está ayudando a su compañía a expandirse en un entormo operativo muy complicado. No espera repagar los fondos hasta fines de año.

El Tesoro planea usar los fondos pagados para inyectar dinero en otras instituciones, incluyendo bancos más pequeños y aseguradoras.

Los bancos con activos inferiores a los US$500 millones, incluyendo algunos que ya han recibido ayuda estatal, podrán recibir una mayor porción de dinero del gobierno. Las firmas ahora pueden solicitar fondos equivalentes al 5% de sus activos ponderados por riesgo, comparado con el 3% permitido anteriormente.

Geithner también dijo que el gobierno extenderá por seis meses el plazo para que los bancos pequeños formen holdings bancarios y se postulen para recibir ayuda gubernamental.

Las inyecciones de capital en cientos de bancos han adquirido una importancia simbólica inmensa. En términos de dólares, en cambio, representan una ínfima porción de la intervención del gobierno en el sistema financiero. Washington se encamina a inyectar un total de hasta US$14,9 billones (millones de millones) en el sistema financiero, a través de una docena de iniciativas, según un reporte de Deutsche Bank del mes pasado. De ese total, apenas US$250.000 millones, menos del 2% del total, irá a parar al Programa de Recompra de Capital del Tesoro. El resto está destinado a apuntalar áreas como los fondos del mercado monetario, los préstamos a corto plazo para empresas y las compras de valores respaldados por otros activos.

Geithner dijo que algunas de las medidas del gobierno, incluyendo su implicación financiera en American International Group Inc., podrían continuar al menos otro año.

Fuente: WSJ