2011/07/11

La rebaja de calificación de Portugal, en el fuego cruzado griego

Por Richard Barley

El interminable y disfuncional debate europeo sobre la reestructuración de la deuda griega se ha cobrado una nueva víctima: la calificación de grado de inversión de Portugal por parte de Moody's. Esto supone un duro revés para Portugal, que lucha por controlar un déficit público del 9,1%, por impulsar el crecimiento a largo plazo y por gestionar el desapalancamiento del sector privado, cuya deuda es 2,6 veces el PIB. Esto dificultará aún más la ya de por sí difícil tarea que afronta el nuevo Gobierno luso.

Moody's rebajó esta semana el rating de Portugal en cuatro escalones a Ba2, a categoría "basura". La agencia afirma que los esfuerzos de Europa por conseguir que los tenedores de bonos del sector privado compartan la carga en Grecia disuadirá a los inversores y reducirá la capacidad de Portugal de recuperar acceso a los mercados en 2013. Moody's también duda de la capacidad de Portugal de reducir su déficit hasta el 3% en 2013, al considerar que incluso las asunciones conservadoras de que la economía se contraerá un 2,2% en 2011 y un 1,8% en 2012 podrían resultar excesivamente optimistas. Esto podría provocar que la deuda pública no logre estabilizarse en el 115% del PIB en 2013, despertando temores sobre su sostenibilidad.

Ambos temores de Moody's parecen algo agresivos en esta fase del programa. Portugal no ha hecho más que empezar con su reforma. El Ministerio de Finanzas se quejó de que el nuevo Gobierno liderado por Pedro Passos Coelho ha anunciado medidas adicionales para alcanzar sus objetivos, como privatizaciones aceleradas y un impuesto extraordinario con el que podría recaudar unos 800 millones de euros en 2011. La postura de Europa con respecto a la participación del sector privado en los rescates es cambiante, y no se sabe muy bien cuál será su postura en 2013.

Aun así, el daño ya está hecho: la rebaja generará costos directos para Portugal, dado que el recorte del rating tiene un efecto dominó sobre todo el sistema. Las calificaciones de los bancos y las compañías también descenderán, aumentando los costos de financiación y potencialmente incrementando la presión para que el sector privado se desapalanque, una amenaza fundamental para el crecimiento. El mayor riesgo para el país podría provocar que los bancos extranjeros reduzcan sus préstamos. Los inversores en bonos indexados se verán obligados a vender al ver que retiran a Portugal de los índices por estas rebajas.

Esto significa que los temores de Moody's sobre la participación del sector privado y las dinámicas de la deuda corren el riesgo de convertirse en una profecía que tiende a cumplirse por su propia naturaleza. La rebaja de Portugal lleva un claro mensaje para los políticos de otras capitales europeas, especialmente para Berlín.

Fuente: WSJ