2011/03/23

Portugal abre una nueva fase en la crisis de la deuda europea

Por Patricia Kowsmann y Jeffrey T. Lewis

LISBOA—El Parlamento portugués rechazó ayer un nuevo plan de austeridad, lo que llevó a la renuncia del primer ministro José Sócrates y sentó las bases para una nueva etapa en la crisis de la deuda soberana europea.

El fracaso a la hora de conseguir la aprobación de las medidas propuestas, tras un acalorado debate en el Parlamento, amenaza con empujar los ya elevados costos de financiamiento del gobierno a niveles que el país no puede pagar.

Esto hace probable que Portugal sea el tercer candidato entre los 17 países que comparten el euro en solicitar un rescate a los demás miembros de la Unión Europea y al Fondo Monetario Internacional (FMI). Grecia e Irlanda ya han recibido paquetes de ayuda.

Hay mucho dinero en los fondos de rescate de los que dispone Europa para abordar las posibles necesidades de financiamiento de Portugal en los próximos años, que podrían ascender a las decenas de miles de millones de euros. Sin embargo, si Portugal pierde el acceso a los mercados de capital, como ahora parece probable, la consecuencia podría ser que la atención se traslade a España, la cuarta economía de la zona euro.

España, ¿la siguiente?

La presión de los mercados financieros sobre España ha estado disminuyendo en las últimas semanas. Sin embargo, los acontecimientos en Portugal podrían ser una primera indicación de si los problemas fiscales de la zona euro se limitarán a tres pequeños países o si se propagarán hasta socavar a las economías más grandes de la región.

Un representante del gobierno español dijo que los precios de los bonos del país y de otros activos "podrían enfrentar cierta presión temporal y especulativa" vinculada a los problemas de Portugal. Pero, como ocurrió en ocasiones anteriores de intensa volatilidad en los mercados, "España continuará avanzando con sus esfuerzos de reforma".

El rechazo de las medidas de austeridad podría crear tensiones en los mercados de deuda soberana, dijo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) antes de la votación del miércoles.

Luego del voto, el euro bajó después del cierre del mercado en Nueva York, tras dos semanas de avances sostenidos frente al dólar. Durante la jornada, la moneda común de la eurozona cayó a un mínimo de US$1,4086 frente a los US$1,4196 al cierre del martes. No hubo señales de que se estuvieran operando bonos portugueses en Nueva York, pero el rendimiento de los bonos a 10 años llegó a 7,5% el lunes, el nivel más alto desde que el país se sumó al euro.

La crisis portuguesa ocupará un lugar destacado en la agenda de la cumbre de la Unión Europea que se celebra jueves en Bruselas. Los líderes europeos han dedicado los últimos meses a tratar de armar un paquete amplio que esperan que resuelva definitivamente la crisis de deuda soberana.

En la reunión de hoy se espera que quede estructurado un nuevo fondo de rescate para la región que entrará en vigencia en 2013 y que permitiría prestar 500.000 millones de euros (US$710.000 millones), y un acuerdo que mejore la competitividad de los miembros de la UE. Sin embargo, no se llegará a un acuerdo, tal como habían anticipado en un principio, sobre el incremento de la capacidad de concesión de préstamos del fondo de rescate actual a más allá de los aproximadamente 250.000 millones de euros. La decisión sobre este asunto fue postergada.

Sin embargo, los líderes europeos han relajado algunos de los requisitos económicos sobre las gobiernos miembro. Las economías más fuertes que financian los fondos de rescate también han impuesto condiciones restrictivas para futuros rescates, lo que preocupa a los inversionistas que temen pérdidas futuras en las inversiones que hicieron en los bonos gubernamentales de las economías más débiles.

La ansiedad de los inversionistas persiste, no solamente respecto a España sino también en relación a Grecia e Irlanda, que ya fueron rescatadas. Grecia es percibida como una economía que carga con una deuda excesiva, mientras que Irlanda da la impresión de no haber tocado fondo en su severa crisis bancaria.

Sócrates, que se espera se haga cargo del gobierno hasta que se forme uno nuevo o se celebren elecciones, podría comenzar las negociaciones sobre un rescate, aunque su capacidad de negociación y de ejecución de políticas será extremadamente limitada, prevén los analistas.

Cualquier rescate también necesitará el respaldo del FMI. Un economista que sigue de cerca las actividades europeas de ese organismo dijo que Lisboa ya arrancó las negociaciones con el FMI respecto al rescate.

El gobierno tiene que pagar deudas el próximo mes por 4.230 millones de euros (unos US$6.000 millones) pero sus reservas actualmente apenas suman US$4.000 millones de euros (US$5.600 millones).

Fuente: WSJ