2009/10/09

Japón estudia incentivos económicos para elevar la tasa de natalidad entre su población

Por Daisuke Wakabayashi y Miho Inada

Japón quiere crear el ambiente perfecto para que sus ciudadanos conciban más hijos. Pero en lugar de cenas románticas a la luz de las velas, el plan del gobierno depende de grandes cantidades de dinero.

Preocupados por la caída de las tasas de natalidad y el envejecimiento de su población, los nuevos líderes de Japón están proponiendo pagos mensuales para los nuevos padres que totalizarían hasta US$3.300 al año por cada nuevo hijo hasta que cumplan 15 años. Otras iniciativas incluyen guarderías subsidiadas por el Estado y exenciones de la matrícula.

Los expertos, sin embargo, advierten que el dinero no es razón suficiente para tener hijos. Los gobiernos han tenido resultados dispares con programas de incentivos a la natalidad, ya que el factor económico algunas veces no puede superar otras fuerzas sociales complejas que afectan la decisión de tener hijos.

En Japón, esto incluye la dependencia en las madres para que desempeñen la mayor parte de las labores del hogar, incluyendo la crianza. Los demógrafos dicen que Japón puede tener más éxito si también anima a los hombres a ir a la casa y lavar los platos.

Francia, Alemania, Dinamarca, Holanda y otros países han ofrecido incentivos económicos a sus ciudadanos para que tengan más hijos, pero los resultados han dividido a los investigadores.

En general, concuerdan en un punto: el dinero ayuda hasta cierto punto. Otros factores importantes que los gobiernos deben considerar son la aceptación de las madres trabajadoras y una cultura corporativa dispuesta a brindar más apoyo.

Sin cambios clave que promuevan compartir la responsabilidad en la crianza de los hijos "ni todo el dinero del mundo puede marcar una diferencia a largo plazo", afirma David Coleman, profesor de demografía de la Universidad de Oxford.

El gasto considerado en Japón tiene como fin evitar un mayor costo fiscal por el cuidado de los ancianos. La tasa de natalidad de Japón de 1,37 niños por mujer significa que menos personas tendrán que trabajar más para financiar el envejecimiento de la población y respaldar su masiva deuda. Para solucionar esto, el nuevo primer ministro, Yukio Hatoyama, y su Partido Democrático proponen más que triplicar los pagos gubernamentales por hijo.

El partido estima que los incentivos le costarían al país unos US$71.000 millones por año. Esa suma es más baja que el costo que le significa a Japón el envejecimiento de la población. El gasto público en pensiones ya asciende al 8,7% del PIB de US$4,9 billones (millones de millones), según cifras de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica.

Japón espera seguir el ejemplo de países como Francia, que gastan 3,8% del PIB en políticas familiares.