2009/10/06

EEUU: crecimiento sin inflación y sin crédito

por José Carlos Díez. Economista jefe de InterMoney

Esta semana se publicarán pocos datos macro relevantes y el libro Beige de la Fed que centrará, junto con los discursos de los miembros del Comité de política monetaria de la Fed (FOMC), la atención de los inversores. El libro recopila información desde la última reunión del FOMC y muchos datos qeu aún no han sido publicados oficialmente por lo que siempre tiene interés conocer el contenido del informe.

La economía sale con mucha inercia de la recesión y todo anticipa que el libro seguirá destacando una mejoría de la actividad generalizada en la mayoría de distritos. Especialmente relevante será su diagnóstico del sector residencial donde las ventas de viviendas y los precios han comenzado a repuntar, aunque tras un desplome histórico.

Los indicadores de precios y salarios seguirán mostrando atonía, aunque ya deberían ir remitiendo las presiones deflacionistas que recogían libros anteriores. Por lo tanto, un mundo idílico para las bolsas, más aún si su principal competidor, los bonos de largo plazo, no paran de caer en rentabilidad y de perder atractivo.

Por lo tanto, el ajuste de las cotizaciones que provocó el mensaje del FOMC que anticipaba que la Fed comenzaba a desmontar su política cuantitativa debemos entenderlo como una toma de beneficios sana para consolidar niveles pero la caída de las bolsas tiene un suelo próximo.

Lo que más controversia genera de los Libros Beige anteriores es que siguen detectando restricción de crédito y aún así se nota una significativa mejoría en la actividad económica. La Fed acaba de publicar su última encuesta bancaria y las entidades reconocen que están disminuyendo sus requisitos para conceder crédito con respecto a los máximos de marzo pero aún siguen muy por encima de sus promedios históricos por lo que el credit cruch minora pero sigue vivo.

La mejor señal que confirma este escenario es que los diferenciales de crédito efectivo a empresas y familias tocaron un máximo en marzo y desde entonces no han dejado de caer.

Como en cualquier mercado, una contracción de demanda de crédito debería haber llevado a una caída de los diferenciales por lo que el aumento de los diferenciales que se ha producido en los dos últimos años es la mejor medición de la restricción de oferta de crédito.

Los tipos oficiales están en el 0%, los tipos de largo plazo están en mínimos históricos pero los tipos hipotecarios siguen próximos al 5%, por lo tanto su diferencial ha caído significativamente pero sigue siendo muy elevado. Si tenemos en cuenta que los salarios apenas crecen, el tipo hipotecario real sigue siendo elevado desincentivando la demanda de crédito. En el caso de crédito a empresas minorista las conclusiones son similares.

Sin embargo, si se estudian los episodios de crisis financieras comparables a la actual, el crédito es un indicador coincidente de la recesión pero es un indicador muy retrasado de la recuperación. Cuando la demanda efectiva cae con tanta intensidad, el uso de la capacidad instalada ociosa aumenta significativamente. Luego, en la fase de recuperación, el aumento de las ventas no obliga a las empresas a acometer nuevas inversiones hasta que agotan su exceso de capacidad.

Además, se produce un proceso de selección natural durante la crisis y las empresas más vulnerables, financieramente hablando, desaparecen o son absorbidas por otras con una posición financiera más sólida, lo cual también reduce estructuralmente la demanda de crédito. Las que sobreviven, paralizan sus proyectos de inversión que no generan flujos positivos de caja y se centran en sus proyectos ya amortizados que generan flujo de caja diariamente.

Al frenar sus inversiones por motivo precaución, aumentan significativamente su ahorro y cuando necesitan acometer nuevas inversiones lo hacen con autofinanciación. Por lo tanto, hay fundamentos microeconómicos para justificar la evidencia de que el crédito es un indicador retrasado en la fase de recuperación.

En suma, todo está preparado para una recuperación en 'V' y tan sólo la Fed podría aguar la fiesta y provocar una 'W'. No obstante, si lees sus comunicados y los discursos de los miembros del FOMC, especialmente de Bernanke, la posibilidad de un escenario en 'W' les obsesiona y van evitar por todos los medios tirar del freno de mano y serán extremadamente cautos retirando la excesiva liquidez en el mercado. De momento la inflación es un aliado en su estrategia y los tipos de largo plazo en el mercado también.

Fuente: Expansión