2010/11/15

El presupuesto irlandés, en el centro del drama

Por Charles Forelle

BRUSELAS—El primer acto de la crisis de deuda soberana en Europa tuvo a Grecia luchando por reparar sus finanzas antes de que una enorme redención de bonos vaciara sus arcas. Su gobierno no podía encontrar una solución y tuvo que pedirles 110.000 millones de euros (US$151.000 millones) a otros países de la zona euro y el Fondo Monetario Internacional.

La cortina subió para el segundo acto, en Irlanda, y la trama es muy distinta. Un complejo cálculo determinará cómo termina, y no sólo para Irlanda. El hecho de si la Isla Esmeralda recibirá un rescate, y cuándo y cómo funcionará, dirá mucho sobre cómo Europa resolvería una crisis de deuda soberana en un país más grande, como España. Si no maneja bien la situación, podría desatar una renovada agitación en los mercados financieros. En este acto, muchos en Europa preferirían que Irlanda recibiera un rescate a arriesgarse a ver cómo el sentimiento negativo del mercado envenena la península ibérica.

[Irlanda]

La respuesta de Irlanda hasta ahora: gracias, pero no necesitamos el dinero en este momento. Desde el primer ministro Brian Cowen para abajo, los funcionarios irlandeses insisten en que el gobierno está "financiado completamente" hasta mediados de 2011. Por lo tanto, afirman, el país tiene siete u ocho meses más antes de que le quede tan poco efectivo que necesite un rescate.

Irlanda no necesita pagar un bono soberano hasta noviembre próximo. Eso significa que el factor clave es la velocidad a la que el gobierno deficitario gasta su efectivo, que ascendía a 22.400 millones de euros a fines de octubre. El dinero podría durar ocho meses, pero sólo si muchas cosas salen bien.

En primer lugar, Irlanda necesita controlar el ritmo de pérdida de efectivo. Entre noviembre de 2009 y junio de 2010, el gobierno consumió 11.000 millones de euros. El ministro de Finanzas, Brian Lenihan, ha prometido reducir el presupuesto de 2011 en 6.000 millones de euros con respecto a proyecciones anteriores mediante aumentos de impuestos y recortes de gasto. Los detalles serían revelados en las próximas semanas.

En segundo lugar, la economía necesita recuperarse. Las proyecciones de presupuesto del gobierno suponen que el Producto Interno Bruto crecerá 1,75% el año próximo y que el desempleo se mantendrá estable en alrededor de 13%. Si esas estimaciones son demasiado optimistas, afirma Constantin Gurdgiev, un profesor de finanzas de Trinity College en Dublín, el presupuesto se verá afectado por una caída de la recaudación tributaria y un alza en el gasto en programas automáticos de bienestar social.

En tercer lugar, los nerviosos mercados de deuda deben cooperar. En septiembre, Irlanda canceló las subastas de bonos del Tesoro a corto plazo para el resto del año. Sin embargo, 6.000 millones de euros en títulos vencerán entre enero y abril, por lo que Irlanda necesita volver al mercado para postergar esos pagos.

Las cuentas dejan poco lugar para ilusionarse. Si Lenihan no puede imponer la ley de presupuesto, e Irlanda gasta y grava impuestos a los niveles del año pasado, gastará 11.000 millones de euros para fines de junio. Una redención de pagarés a principios de 2011 podría costar 3.000 millones de euros. La incapacidad de postergar vencimientos de valores del Tesoro consumiría 6.000 millones de euros. Eso significa 20.000 millones de euros, y sacar eso de las reservas de efectivo de 22.000 millones de euros sería demasiado.

Esta semana y la próxima, Europa tendrá los ojos puestos en el Parlamento de Irlanda.

Fuente: WSJ