Por Stephen Fidler y Neil Shah
LONDRES—El Reino Unido corre el riesgo de perder su codiciada calificación de crédito triple A. La dura advertencia de parte de la firma de evaluación de crédito Standard & Poor's provocó un desplome en los bonos británicos y desató temores globales sobre las consecuencias del endeudamiento masivo que Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países desarrollados han acumulado en sus esfuerzos por capear la crisis.
S&P cambió su perspectiva para la calificación de crédito del Reino Unido a negativa, lo que quiere decir que una rebaja en su calificación, aunque no es inminente, podría ocurrir en los próximos dos años. La advertencia, la primera vez que la calificación se ve bajo amenaza desde que la firma se la otorgara al Reino Unido en 1978, representa un nuevo revés para el primer ministro Gordon Brown en momentos en que empieza a prepararse para las elecciones generales que se celebrarán en junio de 2010.
El anuncio de S&P tuvo repercusiones del otro lado del Atlántico. Los inversionistas en un principio se libraron de bonos británicos y la libra, prefiriendo la relativa seguridad de los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Sin embargo, en pocas horas, los temores sobre una posible embestida contra nuevos bonos estadounidenses y sobre la propia calificación triple A de EE.UU. derrumbaron los bonos del Tesoro. El rendimiento del bono de referencia a 10 años, el cual se mueve en dirección opuesta a su precio, subió a 3,355%, el nivel más alto en seis meses.
El dólar descendió a su nivel más bajo contra el euro en cuatro meses y medio. El euro subió 1%, a US$1,3905. La divisa estadounidense terminó la jornada en el nivel más bajo respecto a la libra en seis meses. La libra subió 0,37%, a US$1,5856 (ver nota relacionada).
Los problemas de Gran Bretaña son una muestra de cómo los intentos por revivir economías alicaídas y salvar a bancos inestables están produciendo efectos negativos sobre las finanzas de gobiernos en todo el mundo. En los últimos meses, tanto Irlanda como España perdieron sus calificaciones triple A.
Los analistas afirman que esto también podría augurar advertencias similares a otros países que están elevando su endeudamiento a niveles que no se veían desde la Segunda Guerra Mundial. S&P prevé que la relación deuda/PIB del gobierno de EE.UU. aumente de 44% el año pasado a 77% para 2013; la de Japón, de 110% a 120%, y la de Italia, de 102% a 116%. S&P considera que la proporción en Francia y Alemania crecerá más lentamente, a 69% y 72% del PIB para 2013, respectivamente.
El salto en las ventas de bonos gubernamentales de EE.UU. y el Reino Unido el jueves resalta los riesgos que los dos países enfrentan en sus esfuerzos por revitalizar sus economías. Ambos gobiernos esperan que todos los préstamos que están otorgando generarán tanto crecimiento que la deuda se contraerá como una porción de la economía. El riesgo es que el crecimiento sea débil, lo que dejaría a esas economías aún en dificultades, pero sumidas en montañas de deuda.
Ese es el argumento presentado por otros países, como Alemania, que han optado por un camino más conservador con la esperanza que sus economías repunten sin que necesiten elevar demasiado su deuda. Los temores de que gastos descontrolados dispararían la inflación son una de las razones clave por las que Alemania y Francia se han resistido a incrementar sus paquetes de estímulo y probablemente rechazarán cualquier sugerencia para que lo hagan en el futuro próximo.
La reacción negativa al anuncio de S&P sobre el Reino Unido era aparente ayer en los mercados de los seguros contra cesación de pagos de deudas soberanas. El seguro sobre la deuda del Reino Unido, ahora en US$72.000 para cada US$10 millones asegurados, excede el de países con calificación más baja como Portugal y Bélgica. El mismo seguro en EE.UU., ahora está en US$37.500; el de Alemania, en US$34.500, y el de Francia, en US$36.500.
La advertencia de S&P llevó a algunos analistas a preocuparse de que EE.UU. podría ser el próximo, aunque el estatus del dólar como moneda de reserva le da a EE.UU. mucha más capacidad de soportar una carga pesada de deuda. "El ritmo del deterioro en las finanzas es el factor principal en este caso", dijo Huw Worthington de Barclays Capital. "Reino Unido y EE.UU. han caído mucho y rápido, mientras los declives en países como Alemania y Francia son más mesurados".
Las acciones de EE.UU. cayeron por tercer día consecutivo, con el Promedio Industrial Dow Jones perdiendo 129,91 puntos, presionado también por nuevos datos desalentadores del desempleo. Las acciones británicas también se hundieron, con el índice de referencia FTSE 100 perdiendo 2,7%, a 4.345,47 puntos luego de que S&P anunciara su nueva perspectiva para el país. Asimismo, los bonos del gobierno británico cayeron, elevando los costos de la deuda soberana. La agencia indicó que reevaluará la calificación de Gran Bretaña luego de las elecciones.
"Esto es como ponerle una pistola en la cabeza al próximo gobierno para que ordene las finanzas públicas", afirmó Russell Silberston, director de tasas de interés globales de Investec Asset Management en Londres.
S&P afirmó que es probable que la deuda pública británica casi se duplique y alcance el 97% de la actividad económica anual para 2013, un nivel que, si se sostiene, sería inconsistente con una calificación de triple A y supera con holgura la proyección del gobierno de una relación deuda/PIB de 79% para 2013-2014.
–Alistair MacDonald, en Londres, y Min Zeng, en Washington, contribuyeron a este artículo.