La Bolsa de Londres, la libra, y los mercados de deuda y de CDS en Reino Unido activan el freno a sus recientes mejoras, como respuesta a la decisión de la agencia Standard & Poor's de poner bajo vigilancia 'negativa' el ráting de AAA. Nunca por el momento la economía británica ha perdido la máxima calificación crediticia. Fitch, por contra, mantiene sin cambio su perspectiva 'estable'.
Las agencias de ráting vuelven a interferir en las expectativas de mejora predominantes en los mercados durante los últimos meses.
El índice Ftse de la Bolsa de Londres sufre su mayor caída desde el 30 de marzo; la libra registra su mayor revés frente al dólar en un mes; el diferencial de la deuda británica respecto a la alemana se amplía en nueve puntos básicos, y los CDS (seguros de impago) sobre la deuda de Reino Unido suben otros seis puntos básicos. Pero el alcance de la decisión va más allá de los mercados británicos.
Hasta el momento, cuatro países europeos (sin incluir los emergentes) han perdido su ráting durante la crisis, la 'vecina' Irlanda y tres representantes de la Europa del sur, Grecia, Portugal y España (que perdió la máxima calificación crediticia). Pero ninguna de estas economías tiene un peso comparable al de Reino Unido, la segunda mayor del continente.
Los analistas de Standard & Poor's justifican la decisión de poner bajo vigilancia 'negativa' el ráting de Reino Unido en su elevado endeudamiento, que podría llegar a alcanzar el 100% del PIB. De acuerdo con las previsiones oficiales del Gobierno británico, el déficit alcanzará este año los 175.000 millones de libras (unos 198.700 millones de euros), equivalente al 12,4% del PIB. El aumento del pasado mes, de 8.500 millones de libras, fue el mayor de los registrados en abril de toda la serie histórica, que se remonta a 1993.
No en vano, en los tres primeros meses del año la economía británica sufrió su mayor contracción, un 1,9%, desde el año 1979. Como consecuencia de este crecimiento negativo y del creciente endeudamiento, el Tesoro británico tiene previsto emitir 220.000 millones de libras de deuda pública a lo largo del presente ejercicio fiscal, que finalizará el 30 de marzo de 2010.
Por el momento, y nada más conocerse la advertencia de S&P, Reino Unido no ha tenido excesivos problemas en la subasta de bonos, por importe de 5.000 millones de libras, realizada hoy. La demanda ha superado en 2,6 veces la oferta. En cambio, el índice Markit iBoxx Sterling Non-Financials de bonos emitidos por compañías británicas ha respondido a las presiones de S&P con su mayor caída en mes y medio, un 0,9%.
La advertencia de S&P se produce casi en paralelo a la intención del Gobierno británico de comenzar a dar salida a la participaciones tomadas en los principales bancos del país. A pesar de estas nacionalizaciones bancarias, fruto de una crisis inmobiliaria y financiera especialmente aguda, en las últimas semanas la Bolsa de Londres se ha convertido en una de las apuestas favoritas de los analistas de cara a la esperada recuperación de los mercados.
La advertencia de Standard & Poor's sobre Reino Unido ha activado las alertas en los mercados sobre la posibilidad de que el ráting de la mayor economía del mundo, Estados Unidos, tampoco esté a salvo de posibles revisiones.