2009/01/23

La difusión de la crisis amenaza el crecimiento de los emergentes

Marcos Ezquerra - Madrid - 23/01/2009

Esta vez, habían hecho sus deberes. Las grandes potencias emergentes presentaban hasta hace poco cuentas públicas saneadas, superávits comerciales y niveles de crecimiento que han posibilitado a cientos de millones de personas escapar de la pobreza. Pero la crisis financiera global no perdona a nadie. A diferencia de otras convulsiones recientes, como el efecto tequila de 1994 o la crisis de los tigres asiáticos, de 1997, esta vez el epicentro del terremoto financiero se encuentra en la mayor potencia mundial: Estados Unidos. Organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y la OCDE contaban hasta hace poco con la resistencia de los emergentes para descartar una recesión global este año, pero el deterioro de las cifras se contagia rápidamente también a esos países.

El ejemplo más revelador es el de China: el gigante emergente cerró el ejercicio con la primera caída intertrimestral de PIB en 16 años: 0,3%, mientras en tasa interanual se desaceleró hasta el 6,8%, según publicó ayer la agencia oficial de noticias Xinhua. Los dirigentes del Partido Comunista Chino llevan años buscando un enfriamiento de la economía, pero el fuerte deterioro de las exportaciones (frente a subidas habituales del 30%, en diciembre cayeron un 2,8%) ha exacerbado la frenada. Uno de los aspectos positivos de ese enfriamiento económico tiene que ver con los precios: el IPC de China cerró 2008 con un alza del 5,9%. Un dato notable, comparado con el máximo en doce años del 8,7% alcanzado en febrero.

La siguiente potencia mundial en términos de población, India, también está sufriendo en sus carnes el colapso económico mundial. Su PIB creció en el tercer trimestre de 2008 un 7,6%, en una senda clara de desaceleración que a buen seguro se agudizó en el último.

También Rusia afronta un panorama preocupante. El aumento del PIB se ha desacelerado en tres puntos en apenas tres trimestres, pero, además, el mayor país del mundo se enfrenta a un nuevo escenario en el que los precios del gas y del petróleo (sus dos principales exportaciones) se han desplomado.

Las noticias son poco esperanzadoras a lo largo del globo. Corea del Sur, uno de los llamados tigres asiáticos, sufrió en el último tramo de 2008 una caída trimestral del PIB del 5,6%, según publicó el Banco de Corea. Precisamente, el peor resultado desde la salida de la crisis asiática, en 1998.

La depresión económica mundial se va a cebar con la inversión extranjera directa en los países en desarrollo: según datos del Banco Mundial, este año se perderán 180.000 millones de dólares, lo que representa una caída del 31% respecto a 2008.

Las claves

Exportaciones La caída de las ventas al exterior está minando las cuentas de países que se habían convertido en grandes fabricantes mundiales.

Depreciación Salvo la china, las monedas del resto de emergentes caen con fuerza frente al dólar, encareciendo las compras y dificultando la inversión.
Cierres de fábricas y menos sueldo

'China es la fábrica del mundo, pero si el mundo deja de consumir...'. José Vicente Molera, director general de Infinity System (fabricante de los ordenadores Airis) resume así el 'preocupante panorama' que ha observado en su reciente viaje por la región de Shenzhen. Las monedas de Rusia, Brasil, Corea, Australia e India se han depreciado alrededor de un 40% frente al dólar en menos de medio año. Por eso, explica Molera, esos países han cancelado la mayoría de sus pedidos a China, súbitamente encarecidas. 'El resultado es que muchas fábricas están cerrando y, a la vista de que el despido es caro, otras han reducido a la mitad las jornadas laborales y también los salarios. Eso significa que los trabajadores ya no pueden vivir en las ciudades, y se enfrentan a regresos a sus pueblos de origen, a 2.000 o 3.000 kilómetros de distancia'. Molera cree que, entre la población del gigante emergente, 'se está extendiendo una sensación de desesperación'.
Depreciación en Brasil y México

Entre los países emergentes, Brasil es el único que presenta, de momento, un gráfico creciente en cuanto a avance del PIB. Sin embargo, una depreciación del real del 50% desde principios de agosto amenaza la estabilidad de sus cuentas. El Banco de Brasil anunció el pasado miércoles la reducción de los tipos de interés en un punto porcentual, lo que los deja todavía en el 12,75%.

Peor le van las cosas a la otra gran potencia latinoamericana. Por su dependencia económica respecto a Estados Unidos, México se ha convertido en el emergente más rápidamente contagiado por la crisis global. Con un aumento del PIB del 1,6% en el cuarto trimestre, el crecimiento mexicano se ha reducido a menos de la mitad en nueve meses. Mientras, el peso se ha devaluado un 40% frente a la moneda del vecino del Norte.

2009/01/22

Cifras de PIB de China confirman su desaceleración

Por Andrew Batson

BEIJING – El gobierno de China dijo que la economía se expandió 6,8% en el cuarto trimestre de 2008 frente al mismo lapso del año anterior, confirmando una dramática desaceleración que ha recortado las tasas de crecimiento en la tercera economía del mundo en casi la mitad en un solo año.

Las cifras significan que el crecimiento para 2008 fue de 9,0%, dijo la Oficina Nacional de Estadísticas el jueves, marcando la primera vez desde 2002 en la que la economía china se ha expandido en menos de 10% anualmente. Este es un cambio marcado frente a 2007, cuando la economía saltó a una tasa de 13% para el año, su mayor avance en 13 años, según cifras revisadas la semana pasada.

China, sigue siendo la potencia de mayor crecimiento del mundo, pero lo abrupto de la desaceleración reciente ha sorprendido a casi todos los observadores económicos. La debilidad ha apagado las esperanzas de que China provea ayuda a la economía global en momentos en que EE.UU. Europa y Japón están en, o a punto de entrar en recesión.

La actual tasa de crecimiento pone a China en peligro de caer por debajo de la tradicional meta anual del gobierno de 8% y probablemente elevará los temores de pérdidas de empleos y el prospecto de trastornos sociales. El crecimiento del PIB en el cuarto trimestre fue más débil que el 9% reportado para el tercer trimestre y algunos economistas creen que el crecimiento podría desacelerarse aún más este año.

La mayoría de los economistas creen que lo peor no ha pasado, aunque podría haber una mejora en marzo, cuando el impacto del programa de estímulo fiscal comience a sentirse. En los últimos años el gobierno de China ha fijado su meta de crecimiento anual en 8%, el cual ve como una base para asegurar el empleo. Aunque los funcionarios han dicho repetidamente que creen que 8% es alcanzable en 2009, otros tienen serias dudas. Algunos economistas privados predicen un crecimiento tan bajo como 5% este año.

El gobierno está tomando medidas agresivas para estimular el crecimiento, pero es agobiado por el hecho de que dos de los principales motores detrás del boom reciente, la vivienda y las manufacturas para exportar, están debilitándose al mismo tiempo. Las ganancias de los exportadores chinos ya habían comenzado a caer cuando EE.UU. entró en recesión en diciembre de 2007. Sin embargo, la fortuna económica de China realmente comenzó a deteriorar cuando su burbuja inmobiliaria explotó, a mediados de 2008.

Los bancos británicos comienzan una carrera para impedir su nacionalización

Por Sara Schaefer Muñoz y Carrick Mollenkamp

LONDRES—Apenas dos días después de que Gran Bretaña divulgara sus más recientes medidas de rescate financiero, dos de los mayores bancos del país y el gobierno libran una ardua batalla para impedir que el plan se convierta en una nacionalización total.

Mientras el nerviosismo de los inversionistas acerca de los bancos y las finanzas del país castiga a las bolsas, el Royal Bank of Scotland Group PLC y Lloyds Banking Group PLC se encuentran en una posición precaria: si necesitan una nueva inversión para apuntalar su capital, probablemente tendrán que acudir al gobierno. Eso los ha embarcado en una carrera contra reloj para tranquilizar a acreedores y depositantes y vender activos para levantar el efectivo que necesitan para absorber mayores pérdidas en momentos en que la economía británica va de mal en peor.

En tanto, los funcionarios del gobierno se esfuerzan por ultimar los detalles de un plan diseñado para tranquilizar a los mercados al asegurarles que las pérdidas de los bancos no serán tan cuantiosas. Paul Tucker, el encargado de los mercados financieros del Banco de Inglaterra, el banco central, afirmó el miércoles en el Parlamento que la agitación de los últimos días había sido una "distracción", pero que aún cree que el paquete de rescate tiene posibilidades "razonables" de surtir efecto. El primer ministro Gordon Brown aseguró que una nacionalización no solucionaría el hecho de que los bancos no están prestando.

El gobierno británico ya posee un 70% de Royal Bank of Scotland (RBS) y el 43% de Lloyds, lo que quiere decir que tiene un control significativo sobre ambos. Dar el siguiente paso y nacionalizar un 100% de los bancos, sin embargo, no sólo significaría una situación vergonzosa para Brown, sino que también dejaría a los contribuyentes con unos 3 billones de libras esterlinas (millones de millones) (unos US$4 billones) en nueva deuda, una cantidad que superaría con creces la producción anual del país. Es más, dejaría al gobierno en la posición políticamente delicada de decidir cuáles empresas deberían recibir préstamos y de expulsar de sus viviendas a deudores hipotecarios morosos. Un banco estatal también podría afectar injustamente a la competencia debido a que los clientes podrían preferir operar con una institución soberana.

"La nacionalización es un último recurso, casi tan desagradable para el gobierno como lo es para los accionistas", afirmó Bruno Paulson, analista de Sanford Bernstein en Londres.

Algunos inversionistas creen que la nacionalización es prácticamente un hecho consumado. Las acciones de los bancos de Gran Bretaña cayeron el lunes y el martes luego del anuncio del lunes de las medidas planeadas por el gobierno y el Banco de Inglaterra para estimular los préstamos y asegurar las pérdidas provocadas por activos incobrables.

El miércoles, los precios bursátiles se estabilizaron. La acción de RBS subió 2,20 peniques a 12,50 peniques mientras que la de Lloyds, una combinación de HBOS PLC y Lloyds TSB Group PLC, subió 0,3 peniques a 43,1 peniques. La acción de Barclays PLC anotó un descenso de 6,8 peniques, a 66,1 peniques, un reflejo de las preocupaciones de que el banco podría tener que acudir al gobierno en busca de capital.

Hasta ahora, no parece que una corrida de depósitos o un éxodo de acreedores —dos factores que llevarían a la nacionalización— se estén produciendo a gran escala. El año pasado, el gobierno se vio obligado a nacionalizar al banco hipotecario Northern Rock PLC luego de que fuera blanco de la primera corrida bancaria del país en más de un siglo.

Dejando de lado las corridas bancarias, tanto los reguladores como los bancos enfrentan tareas difíciles.

Una pieza central en el más reciente paquete de rescate del gobierno es un plan para otorgar seguros que limiten las pérdidas de los bancos sobre préstamos e inversiones que se vuelven incobrables. Pero la falta de certeza sobre el precio de los seguros se está sumando al nerviosismo de los mercados y ha generado dudas sobre si el plan funcionará. El gobierno afirma que es difícil determinar el costo total del plan de seguros, porque aún no está claro cuánta protección demandarán los bancos. Las precisiones podrían llegar recién en febrero, según una fuente al tanto.

RBS y Lloyds, al mismo tiempo, necesitan encontrar compradores para toda clase de activos, en momentos en que las fuertes pérdidas están dañando la confianza seriamente.

Una gran interrogante en Gran Bretaña es Barclays, que a fines del año pasado eludió una inyección por parte del gobierno al levantar capital entre inversionistas de Medio Oriente.

Luego de una repentina caída del 25% en sus acciones el viernes pasado, el banco emitió un comunicado diciendo que sus resultados de 2008 excederán las expectativas de los analistas de 5.300 millones de libras esterlinas, US$7.500 millones. Los resultados serán anunciados el 17 de febrero.

La caída de la libra sirve de advertencia para el dólar

Por Joanna Slater

La libra esterlina sigue cayendo y sus penurias son una advertencia cautelar para el dólar.

Estados Unidos y el Reino Unido se encuentran en aprietos similares, desde una recesión que empeora hasta un sistema financiero atribulado. Ambos gobiernos están organizando enormes rescates bancarios, incluso cuando dependen del financiamiento de inversionistas extranjeros para cubrir su déficit. Además, los bancos centrales de ambos países han rebajado sus tasas de interés y han recurrido a formas poco convencionales para estimular sus economías.

Sus divisas, sin embargo, se han movido en direcciones opuestas. Ayer, la libra cayó a su mínimo en décadas frente al dólar, y brevemente llegó a cotizarse a US$1,362, frente a los más de US$2 hace apenas seis meses. La libra también alcanzó su mínimo histórico con respecto al yen japonés.

En cambio, el dólar logró fortalecerse en relación a una canasta de divisas a medida que la crisis financiera se intensificaba a finales del año pasado. Perdió un poco de terreno en diciembre, pero ha vuelto a apreciarse en los últimos días, especialmente contra la libra y el euro.

A diferencia de la libra, el dólar está ganando fuerza gracias a su exclusivo estatus de divisa de reserva mundial y vehículo para las transacciones en los mercados financieros de EE.UU., incluídos los bonos del Tesoro. Eso significa que los inversionistas buscan dólares cuando aumentan los temores, a veces a pesar de sus preocupaciones sobre la economía estadounidense.

"El dólar todavía se está beneficiando de ser la moneda por defecto", en un momento en que los inversionistas huyen de las apuestas más riesgosas, dice Lisa Scott-Smith de Millennium Global Investments, una firma de gestión de divisas con sede en Londres. "La libra no es una divisa de reserva natural en el sentido en que lo sería el dólar ".

El panorama no es bueno para la atribulada libra, señalan algunos expertos en divisas. Las noticias económicas son "horrendas", dice Neil Mellor, un estratega de divisas de Bank of New York Mellon. "Hay muy buenas razones para el pánico en este momento".

En una señal preocupante, esta semana los inversionistas no sólo se alejaron de la libra, sino que también se desprendieron de acciones y bonos soberanos británicos. De continuar, esta combinación alimentaría el temor a que los inversionistas se retiren de los activos británicos. Muchos expertos están ansiosos porque ese podría ser el escenario que le espera a EE.UU., si el apetito de los inversionistas internacionales disminuye.

Las autoridades se predisponen a dejar que sus divisas se debiliten "hasta el momento en que otros mercados de activos señalen que han llegado al límite", dice Alan Ruskin, estratega internacional de RBS Greenwich Capital. "No creo que hayamos alcanzado ese punto en el Reino Unido".

2009/01/21

Geithner sería confirmado al frente del Tesoro de EE.UU.

Por Deborah Solomon

WASHINGTON—Timothy Geithner abogará por un enfoque amplio y agresivo para frenar la crisis financiera de Estados Unidos cuando se presente hoy en el Capitolio para ser confirmado como el nuevo secretario del Tesoro. Además, intentará convencer a los legisladores de que simplemente se equivocó cuando no pagó algunos impuestos hace unos años.

En su audiencia ante el Congreso, el actual presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York probablemente será bombardeado con preguntas sobre sus tropiezos tributarios y su rol en el diseño del paquete de rescate del gobierno de George W. Bush.

Algo que juega a favor de Geithner es que los legisladores no parecen encaminados a descarrilar su confirmación en un momento en que la economía tambalea y la crisis financiera empeora.

"Esta crisis se está deteriorando día a día y hace falta tener a alguien en el Tesoro que tome las decisiones necesarias para tratar de pararse frente la crisis, silenciarla, frenarla y domarla", señaló el senador republicano de New Hampshire, Judd Gregg.

No se espera que Geithner critique directamente al gobierno de Bush por su gestión de la crisis, pero tratará de distanciarse asegurándoles a los legisladores que el gobierno de Obama planea una estrategia más amplia, abierta y mejor orientada, según asesores del Congreso y otros funcionarios.

Es probable que Geithner sea presionado por algunos miembros del Comité de Finanzas del Senado por su papel en la respuesta del gobierno hasta ahora, incluyendo el Programa de Alivio de Activos en Problemas (TARP) de US$700.000 millones. Entre otras cosas, le pedirán que explique de qué forma su estrategia diferirá de la del secretario del Tesoro saliente, Henry Paulson. Sus funciones como gobernador de la Fed de Nueva York le permitieron trabajar de cerca con Paulson.

Los temas que seguramente surgirán incluyen la decisión del gobierno de dejar que Lehman Brothers quebrara y los rescates de Citigroup Inc., American International Group y Bank of America, financiados con dinero de los contribuyentes.

Intervención clave

"Hay cuestiones más allá de ésta que van a ser consideradas además del asunto de los impuestos", aseguró el senador republicano de Iowa, Charles Grassley. "Creo que algunas personas tienen preguntas acerca de su participación en el TARP y quizás sobre algunas de las fusiones y asuntos que ha impulsado desde que se desataron los problemas".

Grassley, el miembro republicano de mayor rango en el Comité de Finanzas, dijo que no decidiría si respaldar o no la nominación de Geithner hasta después de la audiencia.

Se espera que Geithner les asegure a los legisladores que hizo todo lo posible para salvar a Lehman pero que la Fed no tenía autoridad para inyectar dinero en el atribulado banco de inversión y que nadie estaba dispuesto a comprarlo.

Pocos consideraban la confirmación de Geithner como algo más que un trámite hasta que surgieron evidencias de que no había pagado más de US$34.000 en impuestos de seguridad social y cuidado médico cuando trabajaba para el Fondo Monetario Internacional.

Después de que el Servicio de Impuestos Internos de EE.UU. le hiciera una auditoría en 2006 y descubriera errores en su declaración de impuestos, Geithner los corrigió para los años 2003 y 2004. Geithner esperó a que Obama lo nominara como secretario del Tesoro hace unos meses para pagar los impuestos que debía de 2001 y 2002.

Se espera que Geithner hable hoy de los planes del gobierno de Obama para renovar los esfuerzos de rescate e implementar una serie de nuevas medidas para resolver la crisis financiera, incluyendo un plan de entre US$50.000 millones y US$100.000 millones para ayudar a los propietarios de viviendas que enfrentan un posible embargo. El gobierno también está considerando un plan para deshacerse de los activos tóxicos que están paralizando a muchas instituciones financieras, posiblemente creando un banco estatal que compre las inversiones y los préstamos incobrables que están detrás de las enormes pérdidas que los bancos estadounidenses continúan reportando.

—Corey Boles y Patrick Yoest contribuyeron a este artículo.

El fantasma de la nacionalización de la banca recorre las bolsas de EE.UU. y Gran Bretaña

Por E.S. Browning, David Enrich y Jon Hilsenrath

Las acciones de los principales bancos de Estados Unidos cayeron a su nivel más bajo desde que se desatara la crisis financiera, después de que una nueva ronda de pérdidas hiciera añicos la confianza de los inversionistas. Éstos parecen comportarse como si el gobierno nacionalizará las instituciones financieras más perjudicadas.

La llegada del nuevo gobierno encabezado por Barack Obama añadió tanto temor como esperanza a este explosivo cóctel y los inversionistas anticipan medidas drásticas en los próximos días para apuntalar los bancos y restaurar la confianza, aunque eso signifique nuevas sacudidas para los accionistas. Las autoridades siguen con atención la evolución de los mercados y evalúan nuevas medidas para fortalecer a los bancos, aunque sea a costa de los accionistas.

Los problemas no se limitan a EE.UU. Ayer, los esfuerzos de Gran Bretaña para rescatar a sus bancos provocaron una respuesta turbulenta de los inversionistas. La libra esterlina se precipitó a su nivel más bajo desde 2002 en medio de una desconfianza generalizada sobre la estabilidad de los bancos y el temor de que el gobierno del primer ministro Gordon Brown, que ya ha inyectado 37.000 millones de libras esterlinas (unos US$53.500 millones) en los tres bancos principales, se vea obligado a nacionalizar.

En el resto de Europa cayeron los precios de los bonos soberanos, una señal del creciente temor de que los gobiernos se vean forzados a asumir costos cada vez más altos con tal de mantener a flote sus sistemas bancarios. El gobierno alemán proyectó una contracción de 2% para este año y la moneda húngara alcanzó un mínimo histórico.

Por su parte, el banco central de Canadá recortó su tasa de interés de referencia en medio punto porcentual a su mínimo histórico.

Las acciones de los bancos estadounidenses descendieron cerca de 20% para alcanzar su menor nivel en más de diez años. La caída arrastró al Promedio Industrial Dow Jones, que declinó 332 puntos, un 4% para quedar en 7.979,09 puntos. La acción de Citigroup perdió 20%, a US$2,80, y la de Bank of America 29%, a US$5,10. Esto constituye una señal de que los inversionistas no ven mucho valor en los títulos de los bancos.

La gota que colmó el vaso fue el anuncio de State Street Corp., un banco considerado de bajo riesgo que juega un papel fundamental en el sistema financiero al gestionar efectivo para empresas e inversionistas, que registraría casi US$10.000 millones en pérdidas. La acción de la entidad se derrumbó 57% ayer. State Street, que sigue siendo rentable, aclaró que la pérdida estaba ligada a su exposición a vehículos de inversión que emitían valores respaldados por créditos hipotecarios.

"El temor va en aumento en el mercado", dice John McDonald, analista de Sanford C. Bernstein & Co. Los inversionistas están huyendo de las acciones bancarias "porque no saben cuál será la siguiente solución del gobierno y hay un temor de que cualquiera que sea, en última instancia, vaya a diluir a los accionistas".

Los inversionistas, que hacia fines del año pasado, parecían dispuestos a creer que el sistema financiero había iniciado una mejoría, se vieron sorprendidos por una nueva serie de tropiezos y pérdidas. La semana pasada, Merrill Lynch reportó una gran pérdida inesperada, mientras su propietario, Bank of America, recibió su segunda infusión de capital por parte del gobierno estadounidense.

El último recurso

Asimismo, varios bancos regionales considerados estables han reconocido en los últimos días tener problemas. James Smith, presidente ejecutivo de Webster Financial Corp., un banco de Connecticut con unos US$17.000 millones en activos que advirtió recientemente que los resultados de su cuarto trimestre no pintan bien, dice que la nacionalización será el último recurso pero que ya no le parece impensable.

"El último recurso ya no parece estar tan lejos en este momento, especialmente dadas las valuaciones", señala Smith.

En Washington, las autoridades seguían atentamente los acontecimientos y consideraban nuevas medidas que podrían ir más allá de sus acciones iniciales de comprar US$250.000 millones en acciones preferentes en los bancos. Ahora, podrían ensayar otras estrategias, como la compra de valores que se conviertan en acciones comunes. Las acciones preferentes pagan dividendos pero carecen de derechos de voto.

La Reserva Federal de EE.UU. (Fed) es reacia a tomar el paso más extremo: la nacionalización de la banca. Un motivo que explica su reticencia es la preocupación de que el gobierno no sea capaz de gestionar los bancos.

La Fed, sin embargo, ha estudiado con cuidado los rescates bancarios en lugares como Japón y Suecia, y es consciente de que varios de sus mayores bancos insolventes terminaron siendo nacionalizados.

Representantes del banco central dicen que aún no han llegado a ese punto, pero que lo tomarán en cuenta si la economía sigue empeorando. El nuevo gobierno de Obama y el Congreso jugarían un papel crucial en estas decisiones, porque implicarían mucho más que el uso del dinero de los contribuyentes.

—Alistair MacDonald y Neil Shah contribuyeron a este artículo

2009/01/20

Standard & Poor's rebaja la calificación de deuda de España

Por Joellen Perry

España se ha convertido en el segundo país de la zona euro que en menos de una semana ha sufrido una rebaja de su calificación de deuda soberana a medida que una recesión que va de mal en peor absorbe parte de sus ingresos fiscales y amenaza la salud de las finanzas públicas.

La rebaja es la última señal en la rápida caída de España, que ha pasado de ser la economía estrella de la zona euro a una de las más atribuladas.

Durante una década, España, la mayor creadora de empleos del bloque, y su sector inmobiliario vivieron un boom. Ahora, tiene la mayor tasa de desempleo de los 16 países de la zona euro. El gobierno espera que el índice de desempleo alcance 16% este año, mientras el sector de la construcción se paraliza y los consumidores, temerosos, reducen su nivel de gasto.

Ayer, Standard & Poor's redujo su calificación para la deuda gubernamental de AAA a AA. El recorte significa que todavía es improbable que España entre en cesación de pagos, pero reconoce que el final del auge inmobiliario desacelerará el crecimiento y reducirá las arcas públicas en la cuarta economía de la zona euro. La medida siguió a una reducción similar en la calificación de la deuda del gobierno griego el miércoles pasado.

Estas rebajas de calificación en la región podrían no ser las últimas, ya que S&P colocó a Irlanda y Portugal en la mira este mes. La calificación de Irlanda podría ser vulnerable debido al alto costo de su plan de rescate bancario, que es dos veces el tamaño de su Producto Interno Bruto, y su alicaída economía.

Estas rebajas y advertencias reflejan cómo la ansiedad sobre la capacidad de los gobiernos de la zona euro de evitar el creciente declive va en aumento. España ha lanzado un ambicioso plan de estímulo fiscal para amortiguar el impacto de la crisis económica. Tras una racha de crecimiento de 14 años, la economía cayó en recesión en el segundo semestre del año pasado.

El gobierno ha prometido inyectar 38.000 millones de euros (US$49.780 millones) en la economía en 2008 y 2009 (el equivalente a cerca del 2% del PIB) mediante recortes de impuestos e inversión. Como parte de un plan de rescate bancario, España también ha prometido comprar hasta 30.000 millones de euros (US$39.840 millones) en activos emitidos por sus bancos, así como garantizar hasta 200.000 millones de euros (US$265.604 millones) en deuda bancaria.

Aun así, los analistas dicen que años de gestión responsable de las finanzas públicas hacen que una cesación de pagos sea poco probable en España. Aunque la desaceleración y su plan de estímulo fiscal situarán la deuda de España en 53% del PIB en 2010, según previsiones de la Comisión Europea, las finanzas del país siguen siendo mucho más saludables que las de Italia y Grecia, donde la deuda pública alcanzará el 98% y el 110% del PIB, respectivamente.

La Comisión Europea pronosticó el lunes que la producción anual del bloque se contraerá este año por primera vez en su historia. El brazo ejecutivo de la Unión Europea predijo una contracción del 1,9% en 2009, frente a la expansión de 0,1% que pronosticó en noviembre.

El vacilante crecimiento de las exportaciones y la inversión significan que Alemania, la mayor economía de Europa, se contraerá 2,3% este año, según la proyección. España e Italia se contraerían un 2% y la economía irlandesa 5%.

Gran Bretaña refuerza la ayuda a los bancos, pero ¿será suficiente?

Por Carrick Mollenkamp, Sara Schaefer Muñoz y Alistair MacDonald

El gobierno del Reino Unido se comprometió a destinar decenas de miles de millones de dólares adicionales para reanimar un tambaleante paquete de rescate financiero. El anuncio coincidió con la advertencia de uno de los principales beneficiarios del plan, Royal Bank of Scotland Group PLC, sobre pérdidas gigantescas en 2008.

La situación sugiere que los gobiernos a ambos lados del Océano Atlántico luchan por no verse superados por una crisis económica cada vez más profunda y podrían estar quedándose sin municiones para combatirla.

El plan más reciente del Reino Unido gira en torno a un intento por asegurar a los bancos contra nuevas pérdidas, una medida similar a los anuncios en Estados Unidos la semana pasada para limitar las pérdidas de Citigroup Inc. y Bank of America Corp. EE.UU. también contempla una segunda etapa de su rescate financiero que involucraría una garantía adicional sobre los activos bancarios y el establecimiento de una entidad estatal dedicada a comprar los activos tóxicos en los balances de los bancos.

Aún no se sabe cuándo tocarán fondo los bancos. Eso quedó de manifiesto el lunes cuando Royal Bank of Scotland (RBS) afirmó que espera que sus pérdidas en 2008 oscilen entre 22.000 millones de libras esterlinas y 28.000 millones de libras esterlinas (entre US$31.800 millones y US$40.500 millones). Como parte del rescate, la participación del gobierno en RBS aumentará de 58% a 70% y muchos opinan que una nacionalización total del banco es probable. La acción de RBS se precipitó 67% el lunes.

La pérdida de RBS también sugiere que la participación del banco en la compra de ABN Amro Holding NV por parte de un consorcio europeo probablemente pase a la posteridad como una de las peores decisiones de la historia bancaria. Una cuantiosa pérdida está ligada a un préstamo de ABN al fabricante de químicos Lyondell Chemical Co., el brazo estadounidense de una empresa holandesa controlada por el industrial de origen ruso Len Blavatnik, que este mes se acogió a las leyes de bancarrota. "Duplicamos la apuesta en el momento equivocado", señaló el presidente ejecutivo de RBS, Stephen Hester. El precio de la acción de RBS llegó a 12 peniques, menos de lo que cuesta un paquete de chicles.

El último plan del gobierno británico se produce sólo tres meses después de que el primer ministro, Gordon Brown, anunciara un paquete de rescate de 400.000 millones de libras esterlinas en octubre (unos US$590.000 millones), que incluía una inyección de capital de 37.000 millones de libras en RBS, HBOS PLC y Lloyds TBS Group PLC. Ese paquete impidió un colapso de los bancos británicos, pero no estabilizó el sector.

El plan más reciente es una apuesta de Brown a que el sistema financiero británico se mantendrá a flote. Brown, que debe convocar elecciones antes de mayo de 2010, fue aclamado por el plan de octubre que se convirtió en un modelo global.

Esos halagos, sin embargo, ahora se desvanecen y el lunes el líder británico afirmó ante los periodistas que "estas son épocas extraordinarias. Requieren de acciones sin precedentes". George Osborne, vocero de finanzas del Partido Conservador, contestó que el nuevo plan era "la admisión más clara de que el primer rescate de los bancos había fallado". El gobierno enfrenta importantes preguntas sobre si el plan será suficiente para contener los problemas de la banca.

"La escala de las pérdidas, tanto de los activos existentes del mercado financiero como de pérdidas de crédito futuras... probablemente sea mucho mayor que el escenario para el que se diseñaron las medidas tomadas en octubre", afirmó Robert Law, analista bancario de Nomura International PLC.

Para los reguladores, se ha vuelto cada vez más claro que la protección de los bancos requerirá de un esfuerzo persistente que podría exigir miles de millones de dólares más a lo largo de varios años. Podrían necesitarse medidas más extremas, incluyendo la nacionalización completa de RBS. Según una fuente al tanto, tanto el gobierno como RBS evaluaron esa opción en semanas recientes.

El gobierno de Gran Bretaña "está apostando a que la economía global mejore y no tenga que llegar hasta el extremo de nacionalizar, pero esa es la dirección en la que avanza", señaló Simon Johnson, profesor de la escuela de administración Sloan del Instituto de Tecnología de Massachusetts, MIT, y un ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional. "Pero nadie está completamente preparado para eso a ambos lados del Atlántico, así que hay que pasar por estos pasos intermedios".

El nuevo plan británico aglutina varias medidas en un intento combinado por limitar las pérdidas por préstamos incobrables y generar nuevos préstamos. El gobierno planea obligar a los bancos que acepten la nueva ayuda a cuantificar sus compromisos de préstamos, los que serán auditados.

En un intento por limitar las pérdidas que los bancos tendrán que absorber —y aliviar las necesidades de capital— el gobierno británico accedió a asegurar el 90% de las pérdidas bancarias una vez que los bancos absorban un golpe inicial bajo un llamado "plan de protección de activos". El plan, que podría durar hasta cinco años, abarcará préstamos hipotecarios comerciales y residenciales, complejos fondos de deuda y préstamos apalancados. Una ventaja: ayudará a los bancos a reducir la cantidad de capital necesario para cubrir pérdidas previstas e imprevistas.

Muchos detalles del plan aún no están claros, como la comisión que pagarían los bancos por el seguro. El gobierno afirma que es difícil determinar el costo total de las medidas porque aún no está claro cuánta protección contra las pérdidas solicitarán los bancos. Funcionarios del Tesoro británico y ejecutivos bancarios negocian actualmente sobre los activos qué necesitan asegurarse.

Simon Adamson, analista de la firma de valores londinense CreditSights‐, duda de que el plan sea suficiente para contener los problemas del sector financiero. "Si esto no funciona en términos de la economía en general, probablemente no hay mucho más que el gobierno pueda hacer", señaló.

2009/01/19

Reino Unido aprueba un nuevo plan de rescate para la banca

Agencias - Londres - 19/01/2009

El Gobierno de Reino Unido ha decidido lanzar un segundo plan de rescate para la banca, en el que se garantizarían activos tóxicos de las entidades hasta 200.000 millones de libras, alrededor de 220.000 millones de euros, según informaban ayer los dominicales británicos.

El Primer Ministro, Gordon Brown, dijo en El Cairo que los detalles del plan se harían públicos hoy o mañana, después de que altos cargos del Gobierno y de los bancos estuvieran reunidos a lo largo del fin de semana.

Brown aseguró que 'sabemos que el gran problema es la reanudación del crédito por parte de los bancos', y el nuevo plan está diseñado para que 'las familias y las empresas vuelvan a disponer de crédito', subrayó el líder laborista.

Los elementos más relevantes del multimillonario rescate incluirían, según fuentes fiables, el aval del Estado a los activos contaminados y más capitalizaciones de las entidades con dinero público. El viernes volvieron a sufrir caídas de dos dígitos en la Bolsa.

Gran Bretaña ha gastado ya cerca de 30.000 millones de euros en capitalizar tres de los mayores bancos, además de buscar socios para otras pequeñas entidades en quiebra.

Brown ha exigido la máxima transparencia sobre los activos dañados. Ayer volvía a especularse con la necesidad de capitalización del HSBC, del que hasta hace poco se decía que era el banco más saneado de Europa (tiene enormes intereses también en China).

Reino Unido aprueba un segundo plan de rescate "esencial" para salvar la economía

El ministro británico de Economía, Alistair Darling, defendió hoy el segundo plan de rescate de la banca y aseguró que es "esencial" para salvar la economía. En unas declaraciones a la cadena BBC, Darling admitió que, si se produce un colapso del sistema bancario, "la economía caerá", aunque se mostró optimista sobre la recuperación económica.

Efe - Londres - 19/01/2009

"Los bancos en todo el mundo se han visto en serias dificultades y, sinceramente, los gobiernos han tenido que resolver los problemas", agregó. Según explicó, el primer rescate bancario -presentado el pasado octubre- fue necesario para evitar un inmediato desplome del sistema bancario británico, pero el de hoy responde al problema de la falta de la concesión de créditos a las empresas.

"Los préstamos, por varias razones, no se conceden a los negocios, a las personas que necesitan hipotecas, en el nivel que necesitamos para apoyar la economía", agregó. Parte de este problema, puntualizó, es que los bancos extranjeros han reducido su actividad en el Reino Unido.

"Hay menos dinero disponible para prestar en este país, y además, la incertidumbre sobre (la situación de) la economía hace que los bancos se queden con el dinero que, de otras circunstancias, prestarían", dijo. El titular del "Exchequer" resaltó que la actual crisis hace cada vez más necesario revisar la regulación de los bancos.

Para Darling, la ayuda del Gobierno es vital para impedir que pueda repetirse una crisis como esta. También dejó claro que el Gobierno no pretende mantener a largo plazo su participación en los bancos, si bien aumentó al 70 por ciento la suya en el Royal Bank of Scotland (RBS).

Una vez que la crisis quede superada, el Gobierno buscará la forma de retirar su participación en las instituciones bancarias. Como parte las medidas de hoy, el Gobierno apoyará un mecanismo que garantizará, a través del pago de un honorario y hasta un determinado nivel, las llamadas deudas "tóxicas" de los bancos para animarles a reiniciar la concesión de créditos a los negocios y a las personas.

El Tesoro británico quiere proteger a las instituciones financieras de posibles pérdidas por impago de sus acreedores, con lo que se espera que las nuevas medidas sean suficientes para devolver la confianza en el sector.

Con el plan de hoy, el Gobierno amplía el llamado Programa de Garantía del Crédito, que asegura las deudas de los bancos que fueron recapitalizados por la Administración a finales del 2008.

Este es el segundo programa que presenta el Ejecutivo laborista en tan sólo tres meses y pone de manifiesto el alcance de la crisis financiera que atraviesa el Reino Unido.

El primer plan, de 37.000 millones de libras (unos 40.330 millones de euros), no consiguió crear las condiciones necesarias para reanudar un flujo normal de préstamos.

Gobierno de EE.UU. prepara segunda fase de rescate financiero

Por Deborah Solomon, Jon Hilsenrath y Damian Paletta

WASHINGTON – El gobierno estadounidense, reconociendo que la crisis bancaria es mucho más grande de lo que pensaba originalmente, está estableciendo las bases para una segunda fase de su intento de rescate, con planes para purgar los activos problemáticos que están paralizando al sistema financiero.

Los funcionarios del Tesoro, la Reserva Federal y Federal Deposit Insurance Corp., en coordinación con el gobierno entrante, están discutiendo un plan para crear un banco estatal que compraría las inversiones y préstamos problemáticos que están detrás de las grandes pérdidas que los bancos estadounidenses siguen reportando, aseguran funcionarios del gobierno. También se está considerando una gigantesca garantía por parte del gobierno de los activos de los bancos en contra de mayores pérdidas.

Las negociaciones, las cuales se están intensificando, muestran cómo el rápido deterioro de los activos de los bancos está sobrepasando a los esfuerzos de rescate del gobierno. Los bancos ahora no sólo pasan apuros con las inversiones en bienes raíces que desataron la crisis, sino también con los préstamos automotrices, deuda de tarjeta de crédito y otra deuda al consumidor que ha sido golpeada por la tambaleante economía.

Las propuestas más recientes del gobierno están dirigidas a atraer capital privado de regreso al sistema bancario, un objetivo que hasta el momento ha sido elusivo. "Todas estas ideas están diseñadas para facilitar un aumento de los préstamos en la economía", dijo la presidenta de FDIC Sheila Bair. "Es esencial lograr que regrese algo de capital privado a estos bancos".

Los economistas de Goldman Sachs calculan que las instituciones financieras y los inversionistas de todo el mundo finalmente registrarán US$2 billones (millones de millones) en pérdidas, pero sólo han reconocido la mitad de esas pérdidas hasta el momento. Esto asusta a los inversionistas que de otra forma le darían a los bancos el capital que necesitan y hace que los bancos sean reacios a hacer nuevos préstamos. Los reguladores dicen que les preocupa que la única fuente de capital que le queda a los bancos sea el gobierno.

Otra de las principales opciones en discusión sería el ampliar una técnica que el gobierno ya ha usado en su rescate de Citigroup y Bank of America. En ambos casos, el gobierno accedió a compartir las pérdidas en un cierto grupo de activos. Los bancos accedieron a recibir el primer golpe y los contribuyentes tienen que asumir el resto de las pérdidas. En el caso de Citigroup, la cantidad total de activos protegidos es más de US$300.000 millones.

Este plan de aseguramiento de pérdidas estaría dispuesto a bancos tanto grandes como pequeños. Bair dijo que ella y otros reguladores son partidarios de proveer soluciones amplias en vez de las medidas ad hoc del año pasado. Los funcionarios no están de acuerdo, sin embargo, sobre si las garantías podrían ofrecerse ampliamente, dada la complejidad y la variedad de instrumentos que poseen muchas instituciones.

Bajo el plan de mal banco, las instituciones financieras se desharían completamente de los activos. Bajo el plan de seguro, estos se quedarían en sus balances. Esto lo hace menos preferible, dicen algunos economistas, debido a que la presencia de activos malos en los balances podría preocupar a los inversionistas.

Los funcionarios estatales también contemplan el expandir un programa existente de la Fed que busca alentar los préstamos motivar a los inversionistas a comprar valores respaldados préstamos al consumidor de alta calidad recién emitidos. El gobierno podría expandir el programa de otras formas: por ejemplo al acceder a garantizar otro tipo de valores, tales como aquellos respaldados por hipotecas comerciales o al comprar valores de menor calidad o emitidos anteriormente.